
Soy de los culpables
Soy de los culpables. En los ochenta del siglo pasado escribí artículos ensalzando la nueva Constitución española como modélica no sólo para España, sino para Europa. El concepto de autonomía flexible y ajustada a las tradiciones y necesidades de distintas regiones me pareció admirable. Esperaba una vuelta a aquella «unidad diversa y diversidad unificada» que a mí siempre me parecía que era la esencia de España.
No hubiera podido estar más equivocado.
La autonomía, en ciertas zonas del país, se ha convertido en un monstruo o uno de esos carros gigantes de los desfiles de dioses hindúes que aplastan todo lo que les viene delante –los individuos, los derechos, la igualdad, la decencia, la justicia, las leyes, la responsabilidad cívica.… Seguir leyendo »