La excepción Magallanes
Pigmalión se enamoró de una estatua, caso excepcional, desde luego, por ser él quien la esculpió. Pero apreciar las estatuas era típico de los griegos antiguos y, por tanto, de la larga historia de la influencia clásica en los gustos y valores del mundo occidental. Ahora, sin embargo, hemos dejado de imitar las excelencias de la antigüedad. Las estatuas son tan ignoradas como otros objetos del mobiliario de las calles –los cubos de basura, digamos, o, por algunos conductores, los semáforos. A mis hijos, de chiquitines, procuraba enseñarles historia comentando las estatuas que embellecían las calles de Londres. «No me explico –me dijo el mayorcito a la edad de 6 años– por qué erigen esas estatuas, papá.… Seguir leyendo »