Félix Ovejero Lucas

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Cuando la palabrería ensucia las razones

Los libros de teoría política sirven poco para entender la política. Mejor dicho, no sirven para nada. No estoy pensando en ese género que, según la autocomplaciente solemnidad habitual, se da en llamar «ciencia política», investigaciones con vocación empírica que describen -o intentan explicar- el funcionamiento de los procesos o de los sistemas políticos. Estas, con las cautelas debidas, las estadísticas en primer lugar, algo ayudan. Me refiero a quehaceres que sistematizan valores, ideologías o filosofías políticas (socialismo, liberalismo, utilitarismo, etc.). Si están escritos con precisión, sin ser matemáticas, pueden incluso emocionar. Pero útiles, lo que se dice útiles, no son.…  Seguir leyendo »

La moral termina en la frontera

La teoría de la guerra justa especifica las circunstancias que disculpan las guerras: causa justificada, autoridad legítima, intención correcta, perspectiva de éxito, proporcionalidad y último recurso. Con variantes y matices, todas ellas resultan imprescindibles. Todas a la vez: cada una de ellas es condición necesaria y, conjuntamente, todas, suficientes (o casi). Lo cuento en mis clases, pero en los últimos meses me han entrado dudas leyendo los periódicos. Como hacía tiempo que no atendía a las últimas investigaciones, he tenido que repasar unas cuantas revistas por ver si se había incluido un principio invocado con frecuencia para justificar las respuestas al terrorismo de Hamas: «Israel es la única democracia en Oriente Medio».…  Seguir leyendo »

Fábrica de independentistas: razón Moncloa

En mi colección de chatarra palabrera facturada por el procés, «fábrica de independentistas» ocupa un lugar destacado. Ya saben: el aumento del número de independentistas es resultado del maltrato español. Pronúnciese como un quejío: «¡Ay, qué ha hecho esta gente de mí!».

Como mercancía era muy buena. Cumplía impecablemente su función: alimentar debates que, por falsos, por no tener solución, nos encanallan. Un genuino Catch 22. Su sustrato argumental, eso sí, era pura cochambre. Incluso por razones pragmáticas. Escuchar el lamento en boca de los independentistas invitaba a sospechar. Como si los delincuentes se quejaran de que las cajas de los bancos fueran de cartón.…  Seguir leyendo »

Feijóo y el cuento catalán

Al ocuparse de Cataluña, Feijóo, cuando alcanza alguna coherencia, se parece al PSC de hace unos años, aquel que, a su vez, asumía el guion nacionalista de CiU con cinco años de retraso. Ya conocen la historia: hay un conflicto territorial que solo se solucionará con el reconocimiento -y la compensación- de la deuda que España tiene con Cataluña. Asumido ese supuesto se hace inteligible la mercancía del PP: encaje de Cataluña; nacionalismo amable; normalización de relaciones con el nacionalismo, etc. En breve: hay una injusticia de fondo que reparar y, como no se resolvió debidamente, acabó tomando formas extremas. Conclusión: una vez reparadas, las aguas volverán a sus cauces normales.…  Seguir leyendo »

Los últimos acontecimientos no son halagüeños para la izquierda en España, empecinada en una aritmética endiablada, a cambio de renunciar a sus principios ideológicos y morales básicos. Como viene siendo costumbre en nuestro país, la izquierda institucional busca alianzas en organizaciones nacionalistas para formar gobierno presuntamente progresista. En esta ocasión, al bloque plurinacional se añade Junts, partido político de la derecha identitaria catalana, instalado en tesis supremacistas y posicionamientos neoliberales de segregación fiscal y económica. En el horizonte asoma la amnistía, pero el problema es de mayor calado y se resume en estos puntos:

  1. La amnistía sobre los hechos del golpe nacionalista acontecido en el año 2017 violenta el contenido mínimo del Estado de Derecho generando una situación de impunidad para unos pocos y, por lo tanto, de desigualdad en la aplicación de la ley.
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El Congreso de Babel

Ha vuelto a suceder. Con ocasión del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, ha circulado otra vez la calderilla de la diversidad: falsedades empíricas (nuestra singular diversidad), palabrería tramposa (lengua propia, normalización) y maltrato conceptual (igualdad, libertad, discriminación positiva). Un montón de baratijas que nadie se molesta en razonar y con una única función: justificar que en un país con una lengua común se discrimine a los usuarios exclusivos de esa lengua. Políticas indefendibles desde la igualdad pero que encuentran fervorosos cruzados en organizaciones que se presentan como progresistas y de izquierdas.…  Seguir leyendo »

Las dudas de Oppenheimer

El estreno de Oppenheimer ha coincidido con el manifiesto firmado por importantes científicos invitando a embridar el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) ante sus potenciales peligros. Son asuntos serios que merecen alguna reflexión. Como siempre, la mejor manera de abordarla es comenzar con algunas distinciones elementales. Por una parte, está el dominio de la ciencia, que responde a la pregunta: ¿X es verdadero? Por otra, el de la felicidad, el bienestar o la moral, de contornos más imprecisos, que arracima preguntas como: ¿X nos parece bien? ¿X resulta deseable? En el primer lote se incluyen enunciados de largo alcance, como las leyes de la termodinámica, y otros de vuelo rasante, como «la Tierra tiene un satélite».…  Seguir leyendo »

Socialistas recalcitrantes

Si se miran bien los resultados de las elecciones municipales, al PSOE no le fue tan mal. Sorprende la fidelidad de muchos de sus votantes. Llueva o truene, nunca faltan cuando los convocan. Aunque no sepan para qué. Recordemos algo de lo sucedido. Y olvidado.

El PSOE reaccionó a las listas de Bildu con la parsimonia de los bueyes. Sin convicción. Seamos claros: al principio le parecían bien, normales, si acaso, un error. «Se han equivocado», dijeron. Solo corrigió su actitud al percibir que no todos habíamos perdido el norte moral. Y la corrigió de aquella manera, únicamente para desplazar el foco: lo que estaba mal era recordar el mal, hablar de las listas: «Usan políticamente al terrorismo».…  Seguir leyendo »

Si hemos de creer en sus palabras, la mayor derrota cultural de la izquierda no es la extensión del etnicismo en su peor versión: como justificación de la pertenencia a las comunidades políticas. Ya saben: somos diferentes y, por tanto, no queremos votar ni redistribuir con quienes no comparten nuestra identidad. Exactamente lo opuesto a la nación de ciudadanos, de una ley común que asegura igualdad en libertades y derechos. Nuestra izquierda se ha entregado fanáticamente al unga, unga y el resto son solo corolarios de ese principio: la ocupación de las instituciones, para allanar el camino a los secesionistas; la ruptura de la unidad fiscal y distributiva, incluido el impuesto a los ricos, que no alcanza a los ricos con RH-; la descalificación de la justicia (un vicepresidente de Gobierno sosteniendo que tenemos «presos políticos»); la consolidación del poder despótico, despreciando al Parlamento de todos y patrimonializando lo común (desde el Zapatero del «os daré el Estatuto que queráis», hasta el Sánchez de «tranquilo, Aragonés, no recurriremos al incumplimiento de la sentencia del 25% de clases en español»).…  Seguir leyendo »

¿Ingeniería social? ¡Pues claro!

En 1309, en Londres, se comenzó a multar a quienes dejaban porquería en la calle. Al año siguiente se prohibió, bajo pena de cárcel, a sastres y peleteros abatanar pieles en los paseos. Poco tiempo después se penalizó la costumbre de tirar la mierda al Támesis. Estas cosas nos las cuenta Ian Mortimer en su maravillosa Guía para viajar en el tiempo a la Inglaterra medieval. A nosotros nos parecen medidas muy sensatas, incluso si pensamos que suponen limitaciones a la libertad. Y, no, aquellos gobernantes no eran socialcomunistas.

Pero quizá me he precipitado al presumir el acuerdo. Porque, en los últimos tiempos, apelando a la libertad, una parte de la derecha no para de tronar contra cualquier intromisión de los poderes públicos.…  Seguir leyendo »

Todos somos negacionistas

Cada año, cuando comienzo mis clases de Filosofía de la Ciencia, defiendo la teoría geocéntrica; ya saben: la Tierra, en el centro del sistema solar. Apelo, naturalmente, al sentido común: cada mañana vemos al sol desplazarse por el firmamento; los objetos caen hasta su lugar natural, abajo, donde nosotros estamos, el centro; si nuestro planeta se desplazara, experimentaríamos un viento lateral que haría algo más que despeinarnos; y cosas parecidas. Sin darles tiempo a reponerse de la sorpresa, si es que llegan a experimentarla, me arranco con una apología del terraplanismo.

Por supuesto, después aclaro que yo creo en la teoría heliocéntrica y que la Tierra es, más o menos, esférica.…  Seguir leyendo »

¿Y si el problema no es el nacionalismo?

Cuando Mozambique se independizó de Portugal, el portugués casi desapareció del país africano. Expulsados los nativos portugueses, sólo un 5% lo usaba como segunda lengua. Desde entonces los mozambiqueños han ido abandonando sus lenguas nativas (bantúes) en favor de la metropolitana: actualmente el 50% de la población sabe hablar portugués (el 80% en zonas urbanas). La operación fue obra del gobierno izquierdista del FRELIMO. En previsión de que se disparen los anticuerpos contra la ingeniería social, recuerden que el proceso fue un calco de la consolidación del español en América después de la independencia, protagonizado por las nuevas élites dirigentes, o de aquel otro, anterior, en la Revolución francesa, cuando se impuso el francés, lengua de apenas un tercio de la población.…  Seguir leyendo »

¿No hay otra izquierda?

Son pocos los gobernantes que en nuestro tiempo se refieren a sí mismos como dictadores. Eso quiere decir que hasta el déspota más despiadado honra los valores democráticos o liberales, esto es: reconoce un común paisaje político-moral susceptible de ser invocado. Esa circunstancia abre la posibilidad del debate; por ejemplo, de la crítica: «Eso no es una verdadera democracia». No es poca cosa.

Eso sí, para que esa crítica funcione resulta imprescindible disponer de una idea previa de democracia, ajena a la voluntad del déspota. Dicho de un modo más general: la autocalificación necesita del concepto. De otro modo, más terrenal: la afirmación «yo soy una mujer porque me considero una mujer» solo resulta inteligible si disponemos de una idea independiente y precisa de mujer, si la segunda aparición de la palabra mujer es distinta de la primera.…  Seguir leyendo »

El peligro de los intelectuales

Sin darse cuenta, uno llega a una edad en la que le cae la etiqueta de «referente». En estos casos, reacciono como Arcadi Espada cuando le llamaron «fascista» en mi universidad: me vuelvo en busca del referente, a ver si me guía a mí también, para acabar descubriendo que el referente soy yo. La situación me incomoda. A diferencia de Sánchez, no aspiro al mármol. A duras penas me veo capaz de gestionar mis tribulaciones, como para ser ejemplo de nada.

Peor es cuando me llaman «intelectual». En este caso, la desazón tiene una raíz -si me permiten- intelectual. Viene de antiguo, de aquellos años en los que la izquierda, para dar lustre a sus intelectuales decorativos, popularizó el sintagma «alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura».…  Seguir leyendo »

El poder corruptor de los barones

La mejor predicción política de nuestra historia reciente no salió de la boca de nadie que viviera de la ciencia política, sino de una mujer ajena al mundo académico, Pilar Ruiz, socialista y vasca, cuyo hijo murió asesinado por la organización terrorista ontológica y filogenéticamente entrañada en organizaciones políticas que sostienen al Gobierno socialista: "Patxi, ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás cosas que me helarán la sangre". Naturalmente, Patxi no ha decepcionado. Nunca decepciona. Si acaso, depura su estilo. Su granítica simplicidad.

La madre de Maite Pagazaurtundúa se quedó corta en su predicción, en el dominio, que dirían los matemáticos; pues al expresivamente patético López lo acompaña ahora, con desigual intensidad, la corte completa de los llamados barones (¡bendito hallazgo!)…  Seguir leyendo »

Nada por aquí, nada por allá

Hace cosa de un mes nuestro debate público estuvo centrado durante varios días en las ocurrencias testosterónicas de un colegio mayor. El debate entero resultaba un despropósito, pero no sus circunstancias, que resumían perversiones básicas de nuestro ecosistema político. No era la menor que, entre los Savonarola dispuestos a lapidar a los jóvenes, destacara un hombre hecho y derecho, Echenique, quien, en sus horas de ocio, en compañía de otros dirigentes de su partido, entonaba una sofisticada jota cuyos versos más conocidos son: «Chúpame la minga, Dominga/ que vengo de Francia/ chúpame la minga, Dominga/ que tiene sustancia». Nada singular: todos hemos cantado canciones de hondura parecida, entre ellos muchos de quienes en aquellos días se echaron las manos a la cabeza.…  Seguir leyendo »

Principios marxistas de la OTAN

Estos últimos meses, a cuenta de la guerra, ha rebrotado el debate sobre la OTAN, sobre su sentido, una vez extinto -por decisión unilateral de Gorbachov- el mundo de bloques que la pudo justificar. He estado atento para no perderme nada. No me ha llevado mucho tiempo. Por una parte, quienes la criticaban, Unidas Podemos y sus entornos, apenas pasaban de candorosas consignas sobre las bondades de la paz. Nada sorprendente entre quienes parecen instalados a perpetuidad en asambleas universitarias. Una pena, porque confiaba en encontrarme nuevos argumentos. En realidad, si la memoria no me traiciona, en las asambleas de 1986, cuando se votó el referéndum sobre la permanencia, las críticas al ingreso eran más solventes.…  Seguir leyendo »

Hace unos años, en el blog de economía Nada es gratis, mis amigos Sevi Rodríguez-Mora y Maia Güell resumieron los resultados de su interesante investigación sobre Cataluña (De los apellidos de los catalanes, 22-09-2015). Mediante un ingenioso uso de los registros por apellidos, mostraron que la sociedad catalana tiene una nula o casi nula movilidad social y que el mestizaje es mínimo, que resultan excepcionales los emparejamientos mixtos entre personas con apellidos fetén y personas con apellidos "charnegos". A poca imaginación que el lector tenga podrá adivinar la lengua y los apellidos de los de arriba y de los de abajo.…  Seguir leyendo »

¿Mitos democráticos?

En 1918, un efímero gobierno socialista de Baviera, encabezado por un poeta judío, Ernst Toller, y del que formaban parte artistas, economistas libertarios, comunistas diversos y algún tronado, adoptó importantes medidas culturales, casi todas ellas orientadas a asegurar el acceso de los ciudadanos a la alta cultura. Entre otras cosas, abrió la Universidad de Múnich a todo el mundo. Con una excepción: la historia, una disciplina que el gobierno consideraba "hostil a la civilización".

Cuando noto que mis convicciones radicales se debilitan, me basta con recordar este suceso para tonificarme. Cada vez vuelvo con más frecuencia sobre aquel momento de gloria.…  Seguir leyendo »

El cuento de la diversidad lingüística

Muchos recordarán el chiste. Un responsable de recursos humanos pregunta a un candidato a un puesto de trabajo: "¿Cuántos idiomas habla?", a lo que este contesta: "Alemán, francés, inglés e italiano". Muy impresionado, el primero, quizá nacionalista, le pide una precisión más: "Excelente, excelente...pero, pensar ¿en qué piensa?", a lo que el candidato, en un alarde de sinceridad que, es de temer, no será tenida en cuenta, replica: "¿Yo?, pues, en follar, como todo el mundo".

Algunos académicos puede que no encuentren la gracia a esta historia. Por obvia. Para la psicología evolutiva somos poco más que vehículos de genes. Los asuntos que tan en serio nos tomamos, y en los que nos apostamos enteros -a nosotros y, ay, a muchos otros-, como el amor o la religión, vendrían a ser fantasías o subproductos de procesos adaptativos que nos entretienen y hasta amargan la vida, pero no tienen otra función que engrasar el trámite.…  Seguir leyendo »