Cuando la palabrería ensucia las razones
Los libros de teoría política sirven poco para entender la política. Mejor dicho, no sirven para nada. No estoy pensando en ese género que, según la autocomplaciente solemnidad habitual, se da en llamar «ciencia política», investigaciones con vocación empírica que describen -o intentan explicar- el funcionamiento de los procesos o de los sistemas políticos. Estas, con las cautelas debidas, las estadísticas en primer lugar, algo ayudan. Me refiero a quehaceres que sistematizan valores, ideologías o filosofías políticas (socialismo, liberalismo, utilitarismo, etc.). Si están escritos con precisión, sin ser matemáticas, pueden incluso emocionar. Pero útiles, lo que se dice útiles, no son.… Seguir leyendo »