Fernando Savater (Continuación)

"Han preferido el deshonor a la guerra y ahora tendrán el deshonor y la guerra", dijo Churchill en una ocasión famosa; podríamos parafrasear sus palabras para aplicarlas a las circunstancias de la visita de Benedicto XVI a España: nuestras autoridades renunciaron al laicismo democrático para no pasar por anticlericales y ahora se ven sin dignidad laica y encima tachadas de anticlericales por el beneficiario de su abandono de los principios.

¿Acaso aún no han aprendido que la Iglesia es insaciable y se toma todas las concesiones sin agradecimiento por lo que se le da y con aire ofendido por lo que aún se le niega?…  Seguir leyendo »

También acerca de la Ilustración dieciochesca, ese pronunciamiento cultural antisupersticioso por excelencia, se han fraguado supersticiones. Una de ellas asegura que los grandes ilustrados, cuyo epítome es Voltaire, persiguieron a los creyentes. No es cierto o, al menos, no lo es salvo que precisemos bien y de forma contraintuitiva los creyentes a quienes nos referimos. Porque en el sentido más acogedor del término, todos somos creyentes... en el siglo XVIII y hoy en día.

Los conocimientos bien fundados fueron y son demasiado escasos para lo que requieren nuestros anhelos de comprender la vida y actuar en la urgencia del momento presente.…  Seguir leyendo »

Por supuesto, no es el caso presentar argumentos a favor o en contra de mantener las corridas de toros, como suele decirse: quienes tienen que justificar la insólita medida son los que han decidido prohibirlas parlamentariamente. Hay gente a la que le gustan los toros y otros muchos que no han pisado una plaza en su vida o que sienten repugnancia por la fiesta: es la diversidad de los hijos de Dios. Pero que un Parlamento prohíba una costumbre arraigada, una industria, una forma de vida popular... es algo que necesita una argumentación muy concluyente. La que hemos oído hasta la fecha dista mucho de serlo.…  Seguir leyendo »

Cierto día algún osado preguntó a Leo Messi por sus preferencias literarias y el pequeño gran hombre repuso: "Una vez quise leer un libro y a la mitad no pude más". Le comprendo perfectamente, a mí me pasó lo mismo cuando intenté ver en televisión un partido de fútbol. Ni su confesión deroga la lectura ni desde luego la mía el fútbol. Todo entusiasmo que nos subleva contra la muerte y sus rutinas merece aprecio. Cuando su prosaico amigo comerciante preguntó a Stendhal para qué servía la cúpula de San Pedro del Vaticano que tanto acababa de encomiarle, el escritor repuso: "Sirve para conmover el corazón humano".…  Seguir leyendo »

Como ha señalado Sánchez Ferlosio, no hay disparo más peligroso que el de quien se ha cargado de razón. Ejemplo señero es el de aquel boy-scout cuya obra buena del día fue ayudar a cruzar la calle al ciego que no quería cambiar de acera. En España padecemos hoy una conjura de salvadores para redimirnos de nuestros vicios y nuestras devociones, en la que confluyen una derecha que tiene de liberal lo que yo de obispo y una izquierda torpe en la gestión económica y laboral pero firme en las prohibiciones: del tabaco, de los toros, de la rotulación comercial en lengua impropia y quizá mañana de las corrientes de aire, que también salen caras a la Seguridad Social.…  Seguir leyendo »

Cuando llegué a Epsom el día del Derby me encontré con los escarabajos y con Sid Halley. Los escarabajos no son de oro precisamente, como el de Poe, sino negros y alados: constituyen una auténtica plaga que alarma a los caballos, ya de por sí asustadizos, y muestran un pegajoso interés por el cogote de los humanos. En pasadas semanas hubo que suspender por su culpa la competición en un par de hipódromos. Como el calor es agobiante, en Epsom se exhiben muchos torsos viriles y frecuentes pechos femeninos gozosamente ofrecidos (lo siento por quienes creen que todo el mundo lleva en las carreras inglesas chistera o pamela envuelta en muselina).…  Seguir leyendo »

Creo que no hay ejercicio más estéril que proclamar con lúgubre satisfacción ante un desastre: "Ya lo había dicho yo". Es puro narcisismo masoquista que no resuelve nada ni mejora a nadie, aunque quien lo cometa amplíe su currículum. Como me dispongo a incurrir en él, vayan por delante los golpes de pecho antes del pecado. Pero no he podido remediar, al leer el artículo de Patxo Unzueta (Semprún, las fosas de Katyn y Garzón, 15 de abril), acordarme del que publiqué en noviembre de 2008, titulado ¿El final de la cordura? Como Unzueta, yo también comenzaba citando a Paul Watz-lawik y sus soluciones clarificantes, es decir, las que aplican tal dosis de remedio a los problemas que en lugar de curarlos provocan peligrosas hemorragias.…  Seguir leyendo »

Para quienes teníamos 20 años cuando mataron a Martin Luther King y recordamos al gobernador Wallace en la puerta de la Universidad de Alabama cerrando el paso al estudiante negro que había reivindicado su derecho constitucional a entrar en ella, la llegada de Obama a la presidencia de Estados Unidos supuso ante todo el cumplimiento de un sueño romántico juvenil: algo insólito, porque pocos llegan a realizarse. Entonces admiré al candidato vencedor, desde luego, pero sobre todo la transformación regeneradora del electorado que le votó.

Y me acordé de nuevo de Lindon B. Johnson, el presidente de la posguerra que más hizo por los derechos civiles y acabó con la segregación racial en las escuelas: los niños así educados con menos prejuicios fueron los que votaron 40 años después a Obama...…  Seguir leyendo »

Lo que diferencia el actual episodio del enfrentamiento entre taurinos y antitaurinos en el Parlamento catalán de otras fases de ese cíclico y antiguo debate es que por primera vez parece plantearse efectivamente la abolición de las corridas de toros en una región española. De modo que lo que se discute -o se debería discutir- no es tanto si ese espectáculo es una fiesta artística, portadora de tales y cuales valores, o por el contrario una muestra de barbarie anticuada, sino si debe o no ser prohibida para todos, la acepten o la rechacen. Es perfectamente imaginable que haya personas que sientan desagrado y repugnancia por las corridas pero que consideren abusiva su prohibición; incluso puede haber aficionados contritos que, reconociendo su gusto por ellas, admitan la necesidad de suprimirlas para verse libres de tan pecaminosa tentación, siguiendo el criterio de Pérez de Ayala: "Si yo mandase en España, suprimiría las corridas...…  Seguir leyendo »

Hace muchos años, en tiempos atroces e incorrectos, alguien dijo que "desde que se inventó la máquina de cortar jamón y el bidé, ni el jamón sabe a jamón ni... lo demás sabe como debe de saber". A la constatación de esa decadencia podemos añadir ahora que, desde que se inventaron las redes sociales de Internet, tampoco los etarras responden ya a la siniestra dignidad de su función. Los últimos detenidos estaban por lo visto más interesados en alardear, propagar su imagen con camisetas infamantes y hacerse amiguetes a través de la red que en exterminar a sus conciudadanos hasta lograr la liberación de Euskadi.…  Seguir leyendo »

Suele decirse, es casi un lugar común, que los grandes escritores padecen un purgatorio más o menos largo de indiferencia tras su muerte. Algunos salen de él fortalecidos y eternos, otros permanecen incurablemente en el olvido. Pero Albert Camus representa una notable excepción a esta regla: a 50 años de su muerte temprana en un accidente de carretera, su figura intelectual ha aumentado sin cesar de tamaño y es hoy más prestigiosa que nunca.

Aún más sorprendente resulta la casi total unanimidad encomiástica que le rodea. Las polémicas y críticas acerbas que acompañaron la mayor parte de su vida creadora parecen haber desembocado hoy en un plácido estuario de reconocimiento sin fisuras.…  Seguir leyendo »

El debate sobre la identidad francesa incitado por el presidente Sarkozy es un síntoma alarmante de cómo se están poniendo las cosas en nuestra Europa de los malentendidos. ¡Preocupación identitaria hasta en el último bastión republicano del radicalismo ilustrado! Si la sal pierde también el sabor... ¿con qué podremos devolvérselo? Probablemente, la mejor respuesta a quienes inquieren en qué consiste la identidad francesa es replicar: "En no hacer nunca preguntas como ésta". Pero hemos llegado a tal punto que ya no podemos limitarnos a esa irónica contundencia. Es preciso intentar de nuevo dar otra vuelta de tuerca a la pedagogía cívica.…  Seguir leyendo »

No sé si la prohibición de fumar en todos los lugares públicos que anuncia la ministra de Sanidad es tan «ineludible» como asegura el editorial en su apoyo de este mismo diario: pero estoy convencido de que supone un abuso autoritario. Y las expeditivas argumentaciones que justifican la medida me parecen como mínimo discutibles y en ciertos casos nada concluyentes. Intentaré razonar mi discrepancia.

Según datos aparecidos hace pocos días en prensa y radio, el consumo de tabaco ha crecido el último año un 7% en nuestro país, a pesar de las actuales medidas prohibicionistas. Supongamos que este ascenso sea real: se dirá -lo he oído decir- que ello demuestra el creciente nerviosismo causado por la crisis económica, para el cual algunos buscan paliativo en el hábito de fumar.…  Seguir leyendo »

Muchos de los que se oponen a conceder a los docentes estatuto de autoridad pública (casi siempre porque la propuesta proviene de fuera de su clan) sentencian que "la autoridad no es algo que pueda conferirse por decreto sino que hay que ganársela". Y se quedan muy orondos después de proferir lo que en la mayoría de los casos es una obviedad y, en el que nos ocupa, también una sandez. Sin duda la auctoritas del maestro -o sea, el espontáneo respeto y casi veneración a su figura y a su magisterio- es cosa que algunos conquistan merced a sus dotes personales: habilidad para comunicar, simpatía, equidad, etc...…  Seguir leyendo »

Ciertas expresiones comunes y reiteradas, como 'espíritu de cuerpo' o 'marcha de parados', resultan si bien se mira algo cómicas, involuntariamente. Pero la segunda de ellas corresponde bastante adecuadamente a lo que presenciamos el otro día por las calles de San Sebastián. Los que allí desfilaron eran parados, en la doble acepción que tiene la palabra: parados o cesantes del anterior Gobierno autonómico, aún quejosos por haber perdido una situación de mando que consideraban suya por naturaleza y dispuestos a denunciar como usurpadores a quienes formaron democráticamente la mayoría que les privó de ella; y también parados en la historia, incapaces de darse cuenta de que los tiempos cambian y de que la época feliz en que se podía compaginar el título de 'hombre de paz' políticamente respetable y la sumisión a la estrategia de ETA ha concluido de forma irrevocable.…  Seguir leyendo »

José Bergamín deploraba la decadencia del analfabetismo; otros, con menos ingenio pero con mayor sinceridad, lamentamos el presente eclipse del sentido común. En el caso de Bergamín, la paradoja era provocativamente deliberada; en el nuestro, la constatamos como un doloroso síntoma que confirma nuestras peores previsiones.

Cuando insistimos en la redundante candidez del caballo blanco de Santiago -ustedes me disculparán el símil hípico- no falta nunca la ofendida denuncia, casi incrédula ante tanta desfachatez: "¡De modo que para usted el caballo blanco de Santiago es nada menos que blanco!". Y a uno le toca sonrojarse por ser tan arcaico, tan poco pluralista o alternativo y tan cerrado al diálogo.…  Seguir leyendo »

Frecuento mucho las convenciones y seminarios de los maestros de primera y segunda enseñanza, porque tengo la suerte de que suelan querer recibirme entre ellos. Estoy acostumbrado a que me cuenten sus problemas y dificultades, junto a sus nobles ilusiones. Quizá no haga falta decirlo, pero me satisface proclamarlo una vez más: forman el gremio que más admiro y al que tengo por más imprescindible para el mantenimiento de la vida civilizada. Aplaudo a los artistas, necesito a los científicos, respeto a jueces y policías... pero mi mayor admiración y gratitud van para los maestros. Sin ellos, serían imposibles los demás.…  Seguir leyendo »

Las cosas, poco a poco, van cambiando en Euskadi. Por lo que hemos visto este verano, parece que lo 'popular' -esa bestia legendaria y oportunista- va a dejar de tener bula para enaltecer al terrorismo, promocionar sus fechorías y recaudar fondos para financiarlo. Durante años se nos vendió como un dogma indiscutible que 'popular' equivale no ya a nacionalista, sino directamente a proetarra o al menos a simpatizante más o menos tímido de la banda. Los más populares en cualquier festejo eran los más cercanos a nuestros particulares ángeles exterminadores, lo mismo que en las aulas del parvulario el más popular suele ser inevitablemente el más bruto de la clase.…  Seguir leyendo »

No recuerdo ahora si esta anécdota se la he contado ya a los lectores (puede ser la amnesia producida por fumar porros, imagínense a estas alturas, tantos años...). Trata de un amigo que dio una charla en Buenos Aires, el tema es lo de menos. Después del acto, una atildada señora porteña de mediana edad se le acercó, la mar de efusiva. Que si la alegría de recibir a alguien que venía de la Madre Patria, que cuantas ganas tenía de volver allá. "Porque yo soy etarra, ¿sabe usted?". Mi amigo se sobresaltó un poco: así que etarra... Y la señora, tan ufana: "¡De pura cepa!…  Seguir leyendo »

En los primeros tiempos del cristianismo, cuando la ortodoxia aún no estaba definitivamente establecida -si es que lo ha estado alguna vez- y abundaban las vehementes discrepancias, algunos padres de la Iglesia más imaginativos solían asegurar: "oportet et haéreses esse" (o sea, que conviene que haya herejías). Ellos lo decían suponiendo que refuerzan la fe, pero también podríamos afirmarlo si creemos que los herejes sirven para espabilar a los creyentes y hacerlos más reflexivos, menos simplistas en sus dogmas. A quien le incomodan las perplejidades porque turban su placidez sectaria, los herejes sólo le despiertan ansias inquisitoriales y exterminadoras; pero a los capaces de pensar por sí mismos, aunque guarden fidelidad a su familia ideológica, los herejes les ayudan a conocer mejor las razones, los límites y sobre todo las posibles alternativas razonables de su compromiso.…  Seguir leyendo »