Guardia Civil: un pronóstico feliz
Resulta singular que la Guardia Civil sea una institución española, y que lo sea tanto. El español es proclive a imaginarse capaz de empresas fuera de su alcance: «Si yo fuera el presidente del Gobierno...», «si yo fuera el seleccionador nacional...» y otras similares. Y mientras así se ilusiona, descuida probablemente su obligación, al dedicar tiempo y energía a ensoñaciones irrealizables. Olvida en su fantasía la necesidad de su concurso, como pieza valiosa, para el eficaz funcionamiento de la colectividad de la que forma parte.
El guardia civil, en cambio, solo quiere ser guardia civil, no pretende ser otra cosa ni se siente llamado a empresa diferente.… Seguir leyendo »