Francisco Almendros Alfambra

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Resulta singular que la Guardia Civil sea una institución española, y que lo sea tanto. El español es proclive a imaginarse capaz de empresas fuera de su alcance: «Si yo fuera el presidente del Gobierno...», «si yo fuera el seleccionador nacional...» y otras similares. Y mientras así se ilusiona, descuida probablemente su obligación, al dedicar tiempo y energía a ensoñaciones irrealizables. Olvida en su fantasía la necesidad de su concurso, como pieza valiosa, para el eficaz funcionamiento de la colectividad de la que forma parte.

El guardia civil, en cambio, solo quiere ser guardia civil, no pretende ser otra cosa ni se siente llamado a empresa diferente.…  Seguir leyendo »

La pandemia de coronavirus ha tenido el efecto de un cataclismo en nuestra segura, pacífica y egoísta vida ordinaria. La incredulidad inicial ante el brutal efecto mariposa de lo ocurrido en la lejana China sobre nosotros, el acomodado occidente, ha dejado paso primero a la incertidumbre a medida que crecían las cifras de contagiados y de fallecidos, contra el optimismo inicial de los responsables de la sanidad, y luego al miedo, incluso la histeria, por el temor a algo desconocido que de manera tan drástica sacude nuestra vida.

Nos conmociona que las seguridades de nuestro organizado sistema de vida se tambaleen ante el embate de un enemigo inasible, insidioso e invisible contra el que carecemos de armas suficientes para luchar.…  Seguir leyendo »

Por estas fechas, próximas a la Navidad, se cumplen veinticinco años del terrible atentado a la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza. Aquel día se desató el infierno sobre los guardias civiles y sus familias. Y, entre el fuego, el humo y los escombros, los que pudieron sobrevivir recogieron, entre rabia y llanto, los cadáveres mutilados de once españoles inocentes que se empezaban a preparar como cada mañana para afrontar un nuevo día. Unos entrarían de servicio, quizás a regular el tráfico, o a auxiliar a alguien en apuros o a mantener el orden que les está confiado. Otras irían a trabajar o a hacer la compra o a ir preparando los regalos o a poner la casa especialmente acogedora para la Navidad.…  Seguir leyendo »

EL relativismo debilita la memoria. Y olvidamos la sangre. Olvidamos a ochocientas cincuenta y nueve personas asesinadas y cientos de heridos que no pudieron ser rematados. Cinco mil litros de sangre. Demasiada sangre. Derramada solo por ser española. Sangre imposible sin cuerpos destrozados y despojos humanos esparcidos por todos los rincones de nuestra desnortada España. Sangre de sobra para avergonzar a los profesionales del buenismo si no fueran refractarios a la compasión y a la justicia y, desde luego, al compromiso con la Nación.

Se olvida este inmenso sacrificio y, si sacrificar es hacer ofrendas a la divinidad, cuando se ofrenda a la Nación, la sangre se hace sagrada y exige el respeto y la veneración que se deben a las cosas sagradas.…  Seguir leyendo »

El Cuerpo cumple años. El día 13 de mayo de 1844, hace hoy 165 años, se publicaba el Real Decreto Fundacional, firmado por Ramón María Narváez, Presidente de Gobierno y Ministro de la Guerra y sancionado por S. M. la Reina Isabel II. Su creación respondía a la necesidad del Estado de dotarse de un cuerpo de seguridad de carácter e implantación nacional, que armonizara y uniformizara la seguridad pública en todo el territorio, en contraposición a la profusión de cuerpos de policía con funciones heterogéneas y ámbitos diversos, de imposible coordinación y condicionados en su actuación por la adscripción política de sus dirigentes, cuando no del propio cuerpo.…  Seguir leyendo »