Sobre nuestra incapacidad para reformar la Constitución
Por las incógnitas que siempre plantea y las secuelas que puede tener, la reforma de la Constitución despierta entre nuestros políticos muchos temores y cautelas y una atención muy constante y reiterada entre los juristas. No es imposible que estemos también bajo una cierta sugestión por razones históricas. Desde 1812 hasta hoy no hemos sido capaces de culminar de forma espontánea y acordada ninguna reforma de nuestras constituciones. Las dos veces que hemos reformado la actual —y bien limitadamente— hemos ido a ello poco menos que obligados por la UE. No es por ello extraño que experimentemos un cierto desasosiego al saber que nunca hemos logrado llegar a ese acuerdo común, como si estuviéramos presos de un atavismo que nos impidiera entendernos también en esto.… Seguir leyendo »