Francisco Rosell (Continuación)

Sánchez se opera de apendicitis

Federico Fellini es –a qué dudarlo– uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos, junto a un gran guionista, aunque no le anduvieran a la zaga sus tablas de actor que le sirvieron para salir bien librado de algún contratiempo. Quizá la prueba de fuego para sus dotes interpretativas fue, cuando en 1960, para rodar a sus órdenes La dolce vita, aterrizó en Roma la espectacular Anita Ekberg. Aquella muñeca rubia platino que, empapada en agua, compitió en belleza con la mismísima Fontana de Trevi en una arrebatadora escena que marcó época hasta mover a su censura.

Fellini rompió en gran actor cuando la escultural actriz sueca le telefoneó y le invitó a la habitación de su hotel.…  Seguir leyendo »

El delito de lesa humanidad del 'apartheid' catalán

Mientras Barcelona asistía deslumbrada en la Festividad de la Inmaculada a la iluminación de la estrella que corona la torre de la Virgen María de la Sagrada Familia, con asistencia del cardenal Omella y toda la oficialidad de la Generalitat con Pere Aragonès al frente, los herodes del independentismo promovían su particular infanticidio educativo en Canet de Mar contra el derecho de un colegial de cinco años a recibir parte de su enseñanza en español. Contra lo ventilado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en favor de tantos «santos inocentes» estigmatizados por el cruel despostismo nacionalista, estos émulos de aquel Herodes el Grande han recreado la venganza de quien, burlado por los Magos de Oriente, sobre el lugar exacto del nacimiento de Cristo y sobre la estrella que debía orientarle, ordenó deshacerse, según la tradición, de los menores de dos años nacidos en Belén.…  Seguir leyendo »

¡Bendita impertinencia de la prensa!

Coincidiendo con la entrega del XIX Premio Internacional de Periodismo de EL MUNDO a Anne Applebaum, autora de El ocaso de la democracia y gran debeladora del «telón de acero» de la desinformación comunista, así como de los celajes del populismo de los «hechos alternativos», todos los jefes de prensa al unísono de la Alianza Frankenstein que sustenta a Pedro Sánchez en La Moncloa suscribían una solicitud para que el Congreso pusiera una mordaza a determinados medios –sin especificar– que habrían roto el «clima de cordialidad» imperante. Tan extravagante carta petitoria por parte de los grupos parlamentarios evoca la anécdota del redactor-jefe al que galardona el Gobierno galo y, esperando los plácemes de su director por tal reconocimiento oficial, se topa con su reproche.…  Seguir leyendo »

Bárbaros, ¿qué queréis?. ¡Puerto de mar!

Como todo es posible en Granada desde antes de convertirse en tópico y título de película, en el municipio serrano de Pitres, el gran oligarca alpujarreño Natalio Rivas protagonizó un elocuente episodio de aquel periodo de la historia que ahora se repone con caracteres de estreno y marchamo político de la España vaciada. Pródigo en mercedes, al visitar esta localidad a 1.250 metros sobre el nivel del mar, el dadivoso prócer no se anduvo con chiquitas e interpeló a los lugareños en estos términos: «Bárbaros [gentilicio del lugar desde la rebelión morisca] de Pitres, ¿qué queréis?». Y ellos, siendo realistas, reclamaron lo imposible.…  Seguir leyendo »

Monos sin gramática y sin memoria

En una visita a las ruinas de Galta, en el norte de India, donde se ubican antiguos palacios y templos como el que está dedicado al dios-mono Hanuman, el premio Nobel mexicano Octavio Paz concibió su inclasificable obra El mono gramático. En sus veintinueve capítulos, recrea las hazañas prodigiosas –entre ellas, volar de la India a Ceilán en un salto– y las facultades portentosas –entre otras, ser gramático– de Hanuman. Nadie igualaba en erudición al «noveno autor de la gramática», según el Ramayana, el libro en sánscrito iluminado por el placentero dios Rama. Si «el mono gramático» evolucionó su condición animal con su sapiencia de antropoide lingüista, las nuevas hornadas de colegiales españoles involucionan a monos sin gramática.…  Seguir leyendo »

La política de cancelación de la Constitución

Aparentemente tan distinta y distante de aquella de fines del XIX que el padre del regeneracionismo, el aragonés Joaquín Costa, retrató amortajada por la oligarquía y el caciquismo, la España actual se acerca inopinadamente en sus abusos a aquel pretérito tan imperfecto. Si aquel feudalismo de nuevo cuño era, para aquellos reformistas, cien veces más repugnante que el vasallaje guerrero del Medievo, este caciquismo postmoderno no le anda a la zaga y retrocede a aquel mundo de ayer. Baste como certificado la artera renovación de los órganos constitucionales por medio del apaño entre el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y el principal partido de la oposición para luego sus feudatarios abominar del gatuperio en una muestra de cinismo y de desparpajo de difícil parangón.…  Seguir leyendo »

El PP y la guerra de los botones

Desde los sesenta, sucesivas generaciones han podido contemplar hasta cinco versiones cinematográficas del clásico de la literatura francesa La guerra de los botones, amén de poderlo leer, claro. Escrita en la antesala de la Primera Guerra Mundial, la novela de Louis Pergaud narra la enconada rivalidad entre chavales de dos pueblos aledaños de la Francia rural que dirimen sus porfías con apedreos a mano o con tirachinas, así como con espadas de madera o palos sin desbastar, entre improperios a cuál más procaz. De pronto, se experimenta un giro inesperado cuando los contendientes deciden arrancar a sus prisioneros los botones de sus prendas para hacerles correr semidesnudos hacia sus casas, donde les aguardará un duro castigo al verlos hechos un cristo.…  Seguir leyendo »

Sánchez y la farsa de los Presupuestos

Cuando en una democracia el presidente del Gobierno recibe tres revolcones seguidos del calibre de los asestados a Sánchez por el Tribunal Constitucional por arrollar la Carta Magna que juró guardar y hacer guardar al prometer su alta encomienda, tras valerse de la excepcionalidad del Covid para arrogarse poderes que exceden de sus atribuciones, tales arbitrariedades le habrían costado el puesto. O, al menos, la reprobación de las Cortes a quien instrumentalizó el gazapo voluntario de un juez afín en una sentencia-falsa contra Rajoy para la moción de censura que le aupó a La Moncloa. Así se procede cabalmente en un régimen democrático digno de tal nombre y en el que no se halle tan dañado el funcionamiento institucional como para transigir con dictadura constitucional alguna o con el bonapartismo de un César de ocasión o de guardarropía.…  Seguir leyendo »

Sáncheztein y los ángulos muertos

Cuando el domingo último, en el cierre del Congreso XL del PSOE, luego de aprobar «por unanimidad absoluta» la gestión sin votarse, como resolvió obsequioso Tximo Puig, porque «aquí se viene a aplaudir, no a discutir», Pedro Sánchez martilleó a tambor batiente –hasta cincuenta veces cincuenta– la palabra «socialdemocracia», todos entendieron que lo que, en realidad, hacía era negarla y clavetear su féretro quien afirma cuando niega y niega cuando afirma. A este respecto, más que vindicar los legados de dos genuinos socialdemócratas como González y Rubalcaba, lo que hizo fue sepultarlos con un abrazo al primero y con una escultura al segundo para seguir por la senda nada socialdemócrata que le aupó como presidente por sorpresa y al que fía su continuidad el próximo sexenio en La Moncloa con sus compañeros de viaje de la «moción de censura Frankenstein» (Rubalcaba dixit).…  Seguir leyendo »

¡El PSOE ha muerto! ¡Viva Sánchez!

Hace veinte años, con Zapatero como sorpresivo secretario general del PSOE tras resbalar Bono, como luego la hoy proscrita Susana Díaz con Sánchez, Alfonso Guerra tiraba de ironía al contemplar la milagrosa conversión de los detractores del nuevo líder socialista en una conferencia política del PSOE convocada para cerrar filas y trasladar una imagen de unidad tras una azarosa temporada de porfías y cuchilladas. "Aquí estamos para soplar velas de cumpleaños", deslizó el antaño vicetodo mientras Chaves peroraba como paladín zapaterista tras jugar fuerte en favor de Bono y en contra de aquel chico leonés que lo escuchaba sonriente procurando afirmar su victoria de sólo nueve votos sobre un favorito compuesto y sin Secretaría General.…  Seguir leyendo »

Cuando Nadia ni siquiera es 'naide'

Como autócrata habituado a transitar por las líneas rojas que promete no rebasar, la egolatría de Pedro Sánchez le hace asumir como suya una de las máximas de Rafael Guerra 'Guerrita'. Cuando al mejor lidiador del siglo XIX alguien tuvo la ocurrencia de inquirirle, como si no supiera cómo se las gastaba, quién fue el mejor torero de su época, su respuesta fue de estoconazo: "Después de mí, naide y después de naide, Fuentes" (por el sevillano Antonio Fuentes). De este modo, si Nadia Calviño, al ser promovida a la Vicepresidencia Primera tras desembarazarse Sánchez de la troika de la que se valió para el golpe de mano de la moción de censura Frankenstein contra Rajoy (José Luis Ábalos, Carmen Calvo e Iván Redondo, borrándolos del Gobierno como Lenin de las fotos a miembros claves de la Revolución de Octubre), albergaba la esperanza de ser, al menos, ese Naide, esta semana ha constatado cruelmente que no lo es varada en dique seco.…  Seguir leyendo »

Casado: sin tiempo para morir

Hecho a sacar partido a cualquier contratiempo a la ribera del Mississippi, Tom Sawyer, héroe infantil de la obra maestra de Mark Twain, se enzarza en una riña callejera. Al retornar a casa hecho un cromo, su tía Polly le castiga a encalar la cerca. Sin arrugarse, obra con astucia y habilidad. Así, persuade a sus amigos del privilegio de pintar la valla hasta cobrarles por liberarle de su penitencia. De esta guisa, el avispado se adueña de los boletos que aquellos pardillos habían juntado memorizando versículos bíblicos en la Escuela Dominical para canjearlos por regalos. Cuando Tom acude con los vales, la sorpresa es morrocotuda por resultar absurdo que aquel mozalbete hubiera retenido dos mil versículos de sabiduría bíblica cuando una docena de ellos hubiera reducido su cerebro a fosfatina.…  Seguir leyendo »

Bajo el volcán de la anomalía democrática

Con la impotencia con la que hay que asumir las secuelas de una catástrofe de la naturaleza como la erupción volcánica que asola la isla de La Palma, la estructura de poder en España persigue que se admitan con igual naturalidad los desatinos obrados por la mano humana de quienes atienden a su ciego egoísmo. A este fin, estos últimos actúan con la desenvoltura del capitán Renault en Casablanca, donde monta un escándalo de padre y muy señor mío para desviar la atención. Así, el jefe de gendarmes finge el hallazgo de un casino clandestino en el Café de Rick que regenta el personaje de Bogart sin olvidar, en medio de la garata, de meterse en el bolsillo el fajo de billetes que le desliza el crupier por tolerar como propia -¡y tanto!-…  Seguir leyendo »

¿Por qué Casado teme a Díaz Ayuso?

Desde su credo luterano, a Goethe, el intelectual por excelencia de Alemania, se lo llevaban los demonios que los católicos siempre hicieran piña, aunque anduvieran a la greña, a la hora de enfrentarse a un país protestante. "Son -bramaba- como una jauría que se muerden entre sí; pero que, en cuanto aparece un ciervo, se ponen enseguida de acuerdo y salen a su caza". Esta apreciación del gran escritor y filósofo viene como anillo al dedo para interpretar cómo, ante la perspectiva demoscópica que consolida un vuelco electoral en España que desaloje a Sánchez y a su alianza Frankenstein del poder, el inquilino de La Moncloa, con la condescendencia de sus socios neocomunistas y de sus aliados soberanistas, cierra filas con ellos buscando sellar las vías de agua del consorcio que derribó a Rajoy y capear el temporal para completar una singladura que sea coronada como presidente de turno de la UE en el último semestre de 2023.…  Seguir leyendo »

Marlaska o la mala saña de un peligro público

Marchando por la senda de la «memoria histórica», que reescribe el ayer en función de lo que debía haber ocurrido, y no de lo que acaeció, el Gobierno que se autoerigió en Ministerio de la Verdad para combatir bulos y noticias espurias aprovechando el inconstitucional estado de alarma del Covid-19 garabatea el presente sobre esos mismos renglones torcidos. Así tergiversa la realidad para que la verdad objetiva sea asunto opinable en el que, como en el mundo traidor de los versos de Campoamor, «nada es verdad ni mentira/ todo es según el color/ del cristal con que se mira». A este respecto, para el Ejecutivo Sáncheztein, el engaño no es ya un recurso para soslayar un revés o escurrir el bulto, sino que parece intrínseco a su forma de proceder hasta transpirarlo como el fumador empedernido exhala la nicotina que enferma sus viciados pulmones.…  Seguir leyendo »

Un Gobierno de cortas luces, pero a qué precio

Cierta vez le preguntaron a Einstein cuál era su profesión y el gran físico ironizó: «Modelo masculino». Bromeaba así sobre la desaforada atención que, a su juicio, le prestaban los fotógrafos. A una personalidad tan esquiva a las cámaras y renuente a cualquier «presuntuosidad modernista», el jefe del Gobierno israelí David Ben Gurion le propuso en 1952, al fallecer el primer jefe del Estado, el químico Jaim Weizmann, que asumiera tal dignidad. Empero, el padre de la teoría de la relatividad declinó el honor que le sirvió en bandeja diplomática el embajador hebreo en Washington, comisionado al efecto. «Conozco algo sobre la Naturaleza, pero prácticamente nada sobre los hombres», se justificó el alemán nacionalizado estadounidense.…  Seguir leyendo »

La caída de Kabul y el rescate de Sánchez

Acorde con la tarascada que Alcalá Zamora le soltó a Cambó, de que «no se puede ser a la vez Bolívar en Cataluña y Bismarck en España», se diría que Pedro Sánchez cultiva la ambivalencia del líder de la Lliga, aunque sea desde las antípodas ideológicas. Así, juega a presentarse hombre de Estado capitalizando lo que menester fuere, mientras sirve la hipoteca contraída con quienes le sostienen en el poder a costa de demoler el Estado del que se enseñorea. Recuperando una apreciación del gran ensayista Montaigne, el aparecido de La Mareta podría proclamar de sí mismo: «Yo ahora y yo hace un momento somos dos».…  Seguir leyendo »

Afganistán: cuando la libertad no tiene quien la defienda

Sumido en el desconcierto y la desorientación, el stendhaliano personaje de Fabrizio del Dongo, protagonista de La Cartuja de Parma, no se percató, como soldado de la Grande Armée en Waterloo, de que había asistido en primera fila a la caída del imperio napoleónico y a la génesis de un nuevo orden en Europa. No lo supo hasta que la trascendental jornada del 18 de junio de 1815 entró en los manuales de Historia. Ese síndrome aqueja hoy a muchos Fabrizios -algunos muy principales y sitos en la gobernación de sus naciones- que han desertado de Afganistán rendidos a las hordas talibanas.…  Seguir leyendo »

Educar en la ignorancia al jovencito Frankenstein

Cuentan del escritor y diplomático francés Paul Claudel -así al menos lo relata Lawrence Durrell en El cuarteto de Alejandría- que, cuando ejercía como embajador en Tokio, se encontró, de regreso de una recepción, con la terrible adversidad de contemplar que su residencia oficial era pasto de las llamas. Como hombre de letras, lo primero que le agobió fue la suerte corrida por sus manuscritos y joyas bibliográficas. Cuando alcanzó el jardín de la legación, Claudel observó entre la humareda a un hombre con algo entre sus manos. Al poco, lo identificó. Era su mayordomo. Yendo presuroso al encuentro del jefe de la cancillería, el sirviente lo tranquilizó con el orgullo del que sale bien parado de un envite.…  Seguir leyendo »

El rey de La Mareta y Lady Godiva

Instalado en la Residencia Real de La Mareta a cuerpo de rey, ajeno a las críticas por usufructuar la donación lanzaroteña que Hussein de Jordania legó a Juan Carlos I en los 70, mientras sus socios y aliados ansían remover a Felipe VI del Palacio de Marivent, Pedro Sánchez evoca al Azaña que, con la patraña de «elegantizar la República», se ubicó en el Palacio Real tras confabularse con el PSOE para defenestrar fraudulentamente a Alcalá-Zamora. Bajo el absurdo de si ya había consumido las dos disoluciones de Cortes que facultaba la Constitución o si, por contra, la primera no contaba por corresponderse al periodo constituyente previo a su entrada en vigor, a nadie escapaba que aquel desahucio perseguía, en verdad, imprimirle un giro radical al cambio de régimen operado el 14 de abril de 1931 con este «golpe de Estado parlamentario», como cataloga el desalojado en sus memorias.…  Seguir leyendo »