Limitaciones del idioma común
El permiso para que en el Congreso se hable (y se escuche) en cualquiera de las lenguas oficiales ha suscitado un brote de argumentos precarios y sencillos de desmontar como el del coste (casi irrisorio), la comprensión (la traducción simultánea es un método fiable), o el desorden (muchos más idiomas se hablan en la Eurocámara). Argumentos que orbitan el mismo núcleo de aprensión: con esta medida España se debilita.
Entre tanto aspaviento retórico destaca, por atendible y razonable, el argumento de la “lengua común”. Si el Estado dispone de un idioma que hablan todos sus ciudadanos parece lógico que sea al que se recurra en la Cámara donde sus señorías se juntan para entenderse.… Seguir leyendo »