Gregorio Morán (Continuación)

Paremos un momento el reloj de la costumbre y detengámonos a pensar en lo que estamos haciendo. Comencemos la secuencia. Acabo de llegar al aeropuerto y me coloco en la fila de facturación. He de pensar en el peso; me excedo o me quedo corto. No sé si el equipaje de mano me traerá problemas. ¿El frasco de la loción? Las maquinillas del afeitado ¿están permitidas? ¿Y la colonia? ¿Tiene el tamaño correcto? El agua mineral debo comprarla después de pasar los controles. ¡Los controles! Quítate la ropa - menos el pantalón y la camisa-, incluido el cinturón y probablemente - depende del día que tenga el segurata-también los zapatos.…  Seguir leyendo »

Con este artículo cumplo veinte años de colaboraciones sabatinas en La Vanguardia.Algo impensable para mí e imagino que también para un puñado de lectores que salpicaron los primeros años de mi colaboración con biliosos anónimos que conservo como prueba incontestable de la miseria humana. Soy, lo confieso, recopilador de anónimos desde mi nada tierna adolescencia; el primero les llegó a mis padres cuando yo no había cumplido los veinte y mi pobre madre, que en gloria esté, se apresuró a quemarlo. Es el único que perdí. Desde entonces he tenido por norma no tratar con nadie capaz de mandar anónimos, porque son aspirantes a criminales atenuados por la cobardía.…  Seguir leyendo »

De todas las cosas perversas que uno puede hacer con la pluma, incluida la de clavársela al editor a la altura del corazón, la más despreciable, humillante, vergonzosa y mal pagada es la de guionista. No se puede ni siquiera comparar con un negro - dícese del que escribe un libro para que lo firme otro, con mayor nombre-. Un negro es un caballero de la pluma, respetado y solicitado; porque es el único capaz de consumar milagros a precios razonables, y sin darse importancia. La consideración real de un guionista en el mundo de las letras es similar a la del chapero en el sexo.…  Seguir leyendo »

Con la edad se me ha exacerbado el desprecio hacia los signos identitarios. Lo que no es folklore - y lo digo en el mejor sentido de la palabra, el de cultura popular-, o es barbarie o no vale un carajo. En los interminables trayectos en autobús entre Siracusa, Catania y Palermo, me daba por pensar en el valor de los gestos sicilianos, que usurpó la mafia convirtiéndolos en signos identitarios difícilmente comprensibles para los foráneos. La realidad ha ido confirmando la leyenda según la cual la palabra sirve para ocultar las intenciones pero un movimiento de manos, un modo de mirar, una leve inclinación de la cabeza...,…  Seguir leyendo »

De todas las obviedades que nos malenseñaron, la más escandalosa quizá sea la de Grecia, la civilización helénica. Se hizo necesario viajar para darnos cuenta de que la cultura griega era tanto más isleña que continental, y que recorriendo la Grecia moderna estaban más visibles las tradiciones del imperio bizantino, de la Iglesia de Oriente, con sus ritos y sus pompas, que la propia idea helenística. La primera gran sorpresa del visitante que cae en Sicilia sin complejos y sin guías es que estamos bajo el bucle de acanto de la cultura helenística. El filósofo Gorgias nació aquí, Arquímedes también, y Teócrito, y otros.…  Seguir leyendo »

Sólo los simples y los turistas creen que la mafia es un fenómeno popular arraigado en los sicilianos humildes y orgullosos. En un cuento brevísimo, titulado Filología,sitúa irónicamente Leonardo Sciascia a dos mafiosos discutiendo como dos filólogos sobre la palabra mafia,antes de enfrentarse a los jueces. Desgraciado país donde se denomina hombres de honor a los más deshonestos de los hombres. "La mafia - escribe John Dickie en su Historia de la mafia siciliana no nació de la pobreza y la desolación, sino del poder y la riqueza". Eso es lo que llevó a ocultar la palabra mafia hasta convertirla en una invención.…  Seguir leyendo »

Para averiguar la trascendencia de una próstata mafiosa es menester un viaje tortuoso. Empezar, apenas se aterriza en Sicilia, enfilando la autovía que lleva a Palermo. En el lateral de entrada encontrará una especie de monolito alado que recuerda una voladura histórica. Es el lugar donde asesinaron, el 23 de mayo de 1992, con suficiente explosivo como para mover una montaña, al juez antimafia Giovanni Falcone, a su esposa y a tres guardaespaldas honorables. Si va usted en taxi le sugiero que pregunte, por más que le harán repetir la pregunta un par de veces como si no le hubieran entendido.…  Seguir leyendo »

Este sí que es un país para viejos. Sicilia. Son viejas las tierras, las gentes, las costumbres, las muertes, las escrituras. También los monumentos, y hasta los niños. Lo más nuevo y luminoso en Sicilia es lo que queda por nacer. Y lo que está ahí desde hace mucho tiempo. Por eso recomiendo ir muy joven. Cuanto más joven se viaje a Sicilia, mejor. Los países buenos para viejos deben contemplarse con otra mirada. La gente mayor tiene una tendencia biológica a la complicidad y el acomodamiento; basta que les faciliten los transportes y que los camareros los llamen por su nombre de pila.…  Seguir leyendo »

Llevamos treinta años votando y hoy, recién inaugurado el festival del idiota - las campañas electorales parecen pensadas para retrasados mentales-, me gustaría hacerles una pregunta personal, íntima, sin exigencia de respuesta rápida. ¿Cuándo fue la última vez que usted votó a favor de algo? Aclaro que no estoy preguntando cuándo votó por última vez, sino cuándo votó en positivo. ¿Acaso fue la primera vez que metió la papeleta en las urnas, mientras le temblaban las manos, mitad por emoción mitad por inexperiencia, como me ocurrió a mí mismo?

Aquel 15 de junio del 77 ¿fue la primera y última vez que usted votó en conciencia por lo que quería, por lo que le ilusionaba, en fin por todo aquello que se le había acumulado en la vida y que tenía la intención de expresarlo metiendo una papeleta por la ranura de una caja de plástico transparente?…  Seguir leyendo »

Ya sé, ya sé, que existen DVD con interpretaciones fastuosas, en montajes espléndidos de grandes escenógrafos y con orquestas de fábula dirigidas por nombres legendarios. Todo lo que ustedes quieran, pero si tienen ocasión de escuchar en vivo y en directo una representación de Elektra de Richard Strauss, olvídense de la máquina milagrosa que le han instalado en casa y traten de asistir - en el Liceu, por ejemplo- a uno de esos acontecimientos culturales cuya huella no es fácil que olviden. Si insisto es porque tienen la ocasión de presenciar una de las obras más sorprendentes no sólo de la música sino de la cultura europea que inauguró el siglo XX.…  Seguir leyendo »

Pocas cosas hay tan viles y vergonzosas como las grandes instituciones cuando reniegan de alguien que las ha dejado en evidencia. Jérôme Kerviel, 31 años, familia media, estudiante medio, cabeza bien asentada, escasas pasiones, colocó en bancarrota al tercer banco de Francia, la Société Générale, durante cinco días. Si el fin de semana del 19 de enero llega a producirse una filtración, el lunes se hubieran agolpado los clientes en las ventanillas para retirar sus fondos y el Estado se hubiera tenido que hacer cargo de la quiebra. Los estados modernos asumen las derrotas, las victorias son siempre del capital privado; es la nueva distribución funcional de la economía.…  Seguir leyendo »

No es fácil que, fuera de un puñado de lectores avezados, uno se adentre en una novela como Crematorio. Y no porque se trate de un libro difícil, ni hermético, ni con referencias crípticas y culturales. Todo lo contrario. Es una novela directa como una patada al bajo vientre y tiene la virtud, si es que se puede hablar de virtudes en la literatura, de que una vez sobrepasadas las primeras treinta páginas, hay algo en ella que te obliga a seguir; como esas ocasiones en las que uno casualmente cruza delante de un espejo, y se para y se mira y remira, contemplándose, sin saber si se trata de narcisismo o masoquismo.…  Seguir leyendo »

Entre las películas que no he vuelto a ver nunca más y que te han quedado fijas, como grabadas en el cerebro, tanto que las podrías recuperar plano a plano en tu ya frágil memoria, hay una que forma parte de nuestra educación escasamente sentimental. Se titulaba La soledad del corredor de fondo y debió de llegar a España ya muy avanzados los sesenta. Estaba basada en un relato de un autor entonces influyente, Alan Sillitoe. La dirigió Tony Richardson, y el inolvidable protagonista no era otro que el gran actor de teatro Tom Courtenay, a quien acompañaba el no menos grande y veterano Michael Redgrave.…  Seguir leyendo »

Ha muerto Ángel González y hoy sábado su ciudad natal, Oviedo, que no le dio ni un sitio donde cobijar su vejez, le regalará una plaza pública y muchas palabras de cínicos instalados. Porque los poetas ganan al morir, y es pena, porque a ellos ya no les sirve de nada, ni siquiera para escribir unos versos melancólicos sobre la desvergüenza. La gente adora a los poetas cuando ya tienen encima unas capas de tierra y dos quintales de papel de prensa dedicada. Cuando son glosados por sus amigos, sus viudas, sus amantes, sus enemigos, sus colegas curados ya de envidia, por los aspirantes al título, a quienes pagó un café, o el vecino que le señalaba a sus hijos con palabras cargadas de futuro, que diría otro poeta: "Ese tipo que va por ahí, con esa pinta, es poeta.…  Seguir leyendo »

La experiencia de la humanidad en la creación de estados es riquísima y va desde la tragedia a la comedia. Ahí está Andorra. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin Andorra? No sé muy bien si el estatuto andorrano es el de nación, Estado, principado o sociedad anónima, pero a ciertos efectos Andorra funciona como un Estado, o por mejor decir, tiene casi todo lo que uno exigiría a un Estado. Para mí es ideal, porque nunca he oído el himno de Andorra y desconozco de qué color patriótico es su bandera, que de seguro los tendrán y serán muy bonitos. También me gusta Gibraltar, y lo digo sinceramente, me parecería mal que dejara de existir, con su estatuto especialísimo, y sus monitos, y sus comerciantes británicos con acento andaluz.…  Seguir leyendo »

Una de las peculiaridades de la transición española fue la constatación de que en España no había futuro alguno para un partido democristiano. Las tres variantes democratacristianas - la derechista de Silva Muñoz, la izquierdista de Ruiz Jiménez y la centrista de Gil Robles- se estrellaron contra la realidad de las urnas, el 15 de junio de 1977, y salieron trasquiladas. Sólo pudieron mantenerse Unió Democràtica de Catalunya (en coalición) y el PNV- veterano fundador de la Internacional Democristiana-.

El fracaso de la democracia cristiana en España tiene varias teorías explicativas, casi siempre pedestres, obra evangélica de historiadores de la misma cuerda.…  Seguir leyendo »

Tal día como ayer, y desde hacía muchos años, celebrábamos el día de los Inocentes. Lo hacíamos de un modo que hoy, aunque suene a pedante, no queda más remedio que denominar paradojal.Porque es posible incluso que fuera la primera paradoja con la que nos enfrentábamos en la vida. Resultaba que los inocentes no eran aquellos recién nacidos que, según contaba la leyenda evangélica, el implacable Herodes había decidido exterminar. Por esos azares de la tradición, el día de los Inocentes había sufrido una transformación tal que según la costumbre, esa estúpida señora que no atiende a razones, durante la jornada del 28 de diciembre eran posibles todas las crueldades imaginables hacia los denominados inocentes.…  Seguir leyendo »

Hamburgo es una ciudad muy seria. Los ciudadanos de Hamburgo tienen a gala considerarse lo más serio y taciturno de Alemania, lo que tratándose de un país con tendencia a la seriedad y a cierta taciturnidad legendaria, pone el listón muy alto. Quizá la más plástica interpretación de la compleja personalidad de los hamburgueses me la dio una amiga alemana nacida en Sevilla, que se le ocurrió pedir la hora a una dama muy puesta en una calle de Hamburgo, y de la que obtuvo esta magistral respuesta hanseática: "Lo siento, no tengo tiempo". Ortega y Gasset, nuestro príncipe en Alemania, decía de ese país cosas muy curiosas y una de las que más me llamó la atención era la inclinación de los alemanes hacia el exceso.…  Seguir leyendo »

Ya sé que Nueva York está de moda. No hay gilipollas que no acabe de venir de allá o que esté preparando un viaje a la Gran Manzana. Por no encontrármelos en la Quinta Avenida creo que me moriré sin pisarla. No sé si a ustedes les pasa, pero yo cuando me encuentro a un paisano por el ancho mundo - no digamos ya, si va en grupo-, huyo despavorido y tengo la sensación de que me han jodido el día, no porque piense que soy el único con derecho a viajar, todo lo contrario, es porque viajar, como ya dijo alguien, es vivir más, y encontrarme al paisanaje es volver a revivir lo mismo.…  Seguir leyendo »

La invención fue francesa, y podríamos asegurar que parisina. Existieron figuras intelectuales de prestigio fuera de Francia que se convirtieron en iconos en vida. Bastaría citar a Tolstoi, sujeto singularísimo, al que acudían multitudes para que les otorgara la paz que él no encontraba. Estaba dotado para la literatura y para nada más, y la cultura le debe un montón de cosas, salvo la que definiría a un intelectual, la coherencia. Resulta fascinante Tolstoi en su grandeza de cristiano, pecador intermitente. Pero el invento nació en París, por más que haya alguna duda sobre si fue a finales del XIX o bien avanzado el XX.…  Seguir leyendo »