Guillermo de la Dehesa (Continuación)

El tamaño del flujo inmigratorio que España ha recibido en los últimos siete años de aproximadamente 3,6 millones de extranjeros -desde 923.000 en enero de 2000 hasta 4,5 millones en enero de 2007- no tiene parangón en ningún otro país grande de la Unión Europea, de ahí que sea importante analizar sus consecuencias para la economía española. Conviene, de antemano, advertir de tres creencias comunes que no están verificadas por la teoría y la evidencia disponibles.

La primera es pensar que la cantidad de trabajo o número total de horas de trabajo en una economía son fijos, por lo que, si existe desempleo, hay que redistribuirlas reduciendo las horas de trabajo semanal de cada empleado para que aquellos que están desempleados puedan encontrar empleo.…  Seguir leyendo »

La burbuja de la vivienda española no es nueva. En todos los países desarrollados los precios de la vivienda han sido siempre procíclicos y han mostrado una tendencia recurrente a experimentar periodos duraderos y persistentes de auge de precios y de volatilidad baja, seguidos de otros, igualmente persistentes, de precios estancados o cayendo y volatilidad elevada, y la española se acerca a esta segunda fase. En todo caso, la volatilidad de los precios de la vivienda (activos reales) es mucho menor que la de la Bolsa (activos financieros), por ello no hay que extrapolar lo ocurrido estos últimos días al mercado de la vivienda.…  Seguir leyendo »

La importante decisión, tomada a finales de enero por los ministros de Comercio de los países de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de reiniciar las negociaciones que habían quedado en suspenso en julio debe de ser recibida con gran júbilo y con renovada esperanza. En un momento en el que la globalización continúa acelerándose y permitiendo que el crecimiento mundial sea más elevado, más estable y más duradero que en las décadas anteriores, parece descabellado que se hayan paralizado unas negociaciones que ya duran cinco años, en las que se ha avanzado mucho en todos los aspectos más sensibles y que darán otro gran impulso tanto al comercio y la inversión internacional como al crecimiento mundial en los próximos años.…  Seguir leyendo »

La teoría económica convencional parte del principio que las personas racionales intentan mejorar su nivel de vida material maximizando sus recursos o ingresos, que son siempre escasos, utilizándolos eficientemente y haciendo elecciones que, de acuerdo con sus preferencias y los costes de oportunidad, maximicen su utilidad, su nivel de bienestar y por tanto su felicidad. Y, de hecho, existe abundante evidencia empírica amplia que ha avalado esta idea. En muchas encuestas y contrastes realizados, existe una correlación clara (aunque no fuerte) entre el nivel de renta e ingresos y el nivel de felicidad.

Estas muestran que, en general, las personas más ricas tienden a ser más felices que las más pobres, las personas empleadas suelen ser más felices que las que no tienen empleo y las personas autoempleadas más felices que las que trabajan para otros.…  Seguir leyendo »