Así se hace una revolución, Tamara
Tamara Falcó debería ser Premio Nobel entre tanto estúpido y tener una estatua a la templanza por habernos hecho conservar algo de fe en la posibilidad de que todavía no sea tarde para este siglo XXI.
Ella, con su dolor a cuestas y sin aspavientos. Ella, de luto y sin muerto, marquesa sin marqués, novia de blanco roto. Cada vez me he vuelto más aficionado a las verdades elementales de Tamara Falcó, que son las que no se estilan en esta sociedad ecofeminista y veganosinsal.
Estos restos de la cultura occidental donde una vicepresidenta del Gobierno te habla de la España que quiere como si España fuese un cupcake con purpurina, ni siquiera una magdalena.… Seguir leyendo »