Helmut K. Anheier

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La desazón de Alemania

Hubo un tiempo en que, en opinión de muchos, nada podía salirle mal a Alemania: tenía una economía sólida, bajo nivel de desempleo y una estrategia de consolidación fiscal exitosa. Un amplio consenso político proveía estabilidad, y la sociedad alemana no padecía divisiones profundas. Como decía el eslogan de campaña de la excanciller alemana Angela Merkel en 2017, Alemania era «un país donde vivimos bien y felices».

Pero a estas alturas, el eslogan de Merkel (olvidado hasta por su propio partido) ya suena a ilusión vana. Hoy la percepción predominante es que Alemania ya no consigue hacer nada bien (al menos, nada importante).…  Seguir leyendo »

Tras la caída del Muro de Berlín, la recién reunificada Alemania se convirtió en un exponente destacado del orden liberal internacional emergente. El país se veía a sí mismo, y se presentaba al mundo, como una democracia abierta en lo económico con una “cultura de bienvenida” (Willkommenskultur) y comprometida con los derechos humanos. Si bien su peso económico la ubicó en los primeros puestos de las clasificaciones internacionales de poder blando, décadas de subinversión en las Bundeswehr (fuerzas armadas) hicieron que incidiera muy por debajo de su peso en lo militar.

Antes de que el Presidente ruso Vladimir Putin iniciara su guerra contra Ucrania, la política exterior germana se basaba en una Unión Europea cada vez más profunda, relaciones transatlánticas plenamente integradas, la creencia en el Wandel durch Handel (cambio mediante el comercio), el diálogo internacional y la contención militar.…  Seguir leyendo »

En muchos países occidentales, las divisiones sociales y políticas se han ensanchado al punto de parecer insalvables. Pero lo mismo podía pensarse en los sesenta, una época al menos tan conflictuada como la nuestra; y sin embargo, al final las divisiones de aquel momento se superaron. La diferencia estuvo en el discurso.

En los sesenta, todavía pesaba en Europa el recuerdo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. En Alemania, desafíos externos, como la Guerra Fría, y presiones internas, entre ellas la primera recesión de la posguerra y el aumento del desempleo, sometieron el todavía frágil orden democrático a los embates del radicalismo de izquierda (comunista) y de derecha (nacionalista).…  Seguir leyendo »

El espectáculo de las recientes conversaciones para la formación de un nuevo gobierno de coalición en Alemania es una señal de descontento de los votantes. Los juegos de poder, el reparto discrecional de fondos a cambio de apoyo y los acuerdos no surgidos del debate público ponen de manifiesto la desconexión entre los grandes partidos alemanes y el electorado, que arroja a los votantes en brazos del populismo.

El resultado es un auge de los extremos políticos. La ultraderechista Alternative für Deutschland y la izquierdista Die Linke tienen, entre las dos, cerca de una cuarta parte de los escaños del Bundestag.…  Seguir leyendo »

Poca gente fuera de Alemania conoce la caricatura que muchos alemanes tienen de sí mismos. Lejos del matón agresivo de la propaganda bélica del siglo veinte, el ingeniero perfeccionista de los anuncios de automóviles de Madison Avenue o el sabelotodo de la pantalla grande que sigue minuciosamente cada regla, muchos alemanes se ven a sí mismos como un dormilón en pijamas. Algunas veces sosteniendo una vela, este alemán es un personaje ingenuo y solitario, abrumado por el ruido del mundo a su alrededor.

No es una figura nueva. Por el contrario, se popularizó en el siglo diecinueve como “Der deutsche Michel” o “el Michel alemán”, un personaje cuya perspectiva limitada le hace despreciar las grandes ideas, evitar el cambio y aspirar solo a una vida decente, tranquila y cómoda.…  Seguir leyendo »

Los casi ocho meses de mandato del presidente estadounidense Donald Trump se han caracterizado por una serie de acontecimientos políticos preocupantes. Pero la culpa no es toda de Trump. Su presidencia es sólo el último acto de una larga tragedia política.

En el plano exterior, el problema comenzó en los noventa, cuando Estados Unidos dilapidó el dividendo de paz del fin de la Guerra Fría. En cuanto al ámbito interior, los fallos comenzaron incluso antes: desde la Reaganomics en los ochenta hasta el Obamacare en la segunda década de este siglo, grandes programas políticos prometieron mucho y cumplieron poco, mientras dejaban sin resolver los problemas subyacentes.…  Seguir leyendo »