
Con su ataque a la Corte Suprema, Fernández se mete a las cloacas en Argentina
Alberto Fernández cruzó la línea que ningún ciudadano, mucho menos un político y muchísimo menos un presidente jamás debería cruzar. Hundió sus pies en el barro del espionaje y de la ilegalidad en su última embestida contra la Corte Suprema, el máximo tribunal de la Argentina. Y amenaza en su ofensiva con barrer con los últimos vestigios de la institucionalidad del país.
Fernández comenzó su deriva el 5 de diciembre y ya no se detuvo. Dio un mensaje por cadena nacional —una prerrogativa que la ley solo habilita en situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional— para reclamarle al Poder Judicial que investigue si un grupo de funcionarios de la ciudad de Buenos Aires (gobernada por la oposición), jueces, fiscales y empresarios del grupo periodístico Clarín —la bestia negra para el kirchnerismo, el espacio político de Fernández—cometió delitos durante un viaje compartido a la Patagonia.… Seguir leyendo »