Cien años de Cela
Su lema fue 'Quien resiste gana'. Su empeño máximo, conseguir el Nobel. Lo esencial era triunfar. Ser el número uno. Con una voluntad de hierro, una autoconfianza a prueba de bala («la timidez se ata»), una capacidad de trabajo envidiable y unas aptitudes literarias innegables, nunca descansaría hasta lograr, en 1989, su ansiada meta. Unos años después, al enterarse los suecos de que la relación del galardonado con el franquismo no había sido tan inmaculada como ellos creían -y que incluía el ofrecimiento, en 1938, de denunciar a «rojos» de su conocimiento-, se produjo un revuelo en Estocolmo, tan eficazmente cortejado a lo largo de los años.… Seguir leyendo »