Ignacio Lago

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En el tenis no importan los juegos que se suman, sino los sets que se ganan. Un tenista puede lograr muchos juegos, pero ningún set y perder. En las elecciones sucede algo similar. Un partido puede sumar muchos votos en una circunscripción, pero quedarse sin escaños. La razón es que los votos no se convierten automáticamente en escaños. El sistema electoral establece cuál es el mínimo de votos que se deben alcanzar en cada circunscripción para conseguir escaños (lo que se conoce como el umbral efectivo de representación). La regla es que cuanto más escaños se reparten en una circunscripción, menos votos hacen falta para ganar alguno, y a la inversa (¡olvídense, por favor, de la fórmula D'Hondt, que tiene muy poca importancia!)…  Seguir leyendo »

Reforma electoral de parte

Las reformas electorales son excepcionales. Los partidos que tienen el poder para llevarlas a cabo, los grandes, suelen rechazarlas puesto que se benefician de las reglas existentes. Y los partidos que quieren las reformas, los pequeños, carecen de apoyos para lograr su aprobación. Cuando se inician procesos de reforma electoral, es necesario que los partidos compartan un modelo de representación democrática, un cierto acuerdo sobre el problema que debe ser modificado y una relativa certidumbre sobre los efectos de las medidas que proponen. Además, es importante recordar que las nuevas reglas de juego deben de aspirar a ser estables y, por tanto, tienen que ser aprobadas por consenso.…  Seguir leyendo »

En el siglo III antes de Cristo, Pirro, rey de Epiro, una pequeña ciudad-Estado griega, logró vencer a los romanos con pérdidas tan considerables en sus propias tropas que su nombre quedó asociado a la expresión de victoria pírrica, presente en buena parte de las lenguas occidentales. En el campo electoral, una victoria pírrica viene a indicar que el vencedor en realidad no lo es, es decir, que el partido que gana las elecciones en votos pierde, sin embargo, en escaños, que es lo que a la postre cuenta para gobernar.

La encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre el 21 de diciembre en Cataluña, basada en la mayor muestra y por lo tanto en el menor error muestral de todas las que conoceremos estos días, apunta que el partido que conseguirá más votos, Ciudadanos, quedará por detrás de ERC en escaños.…  Seguir leyendo »

La descentralización en España

Todas las democracias descentralizan en cierta medida el poder político y económico para conseguir una provisión de bienes públicos que responda mejor a las preferencias diversas de los ciudadanos. En España, esta descentralización tiene dos características fundamentales: las comunidades autónomas disfrutan de amplios poderes y, con la excepción parcial del País Vasco y Navarra, todas ellas tienen niveles de autonomía similares. Se trata, en fin, de la fórmula del (mucho) café para todos. ¿En qué medida este diseño institucional es adecuado para España? Como siempre, la comparación con otros países nos ofrece algunas pistas interesantes.

En primer lugar, de acuerdo con los datos del Índice de Autoridad Regional elaborado por Liesbet Hooghe y coautores para 81 países, en 2010 España era el segundo país más descentralizado del mundo, sólo por detrás de Alemania.…  Seguir leyendo »

Un politólogo estadounidense comparó hace años el sistema electoral con el sheriffde Nottingham, el villano en la leyenda de Robin Hood que entregaba a los ricos lo que robaba a los pobres. De modo similar, señalaba, los sistemas electorales ayudan a que los partidos grandes obtengan más escaños que su parte proporcional de votos a costa precisamente de los partidos pequeños, que reciben menos escaños por sus votos. Todos los sistemas electorales se ajustan a esta lógica, bien que algunos roben más que otros.

Los sistemas electorales contienen las reglas que establecen cómo se cuentan los votos y cómo se transforman en escaños.…  Seguir leyendo »

Los partidos políticos son organizaciones que persiguen dos grandes objetivos: decidir cuáles son los bienes públicos que se deben proveer en una sociedad y alcanzar el Gobierno para poner en práctica las políticas públicas preferidas. En muchas ocasiones, estos dos objetivos, el ideológico y el instrumental, no son compatibles, de modo que conseguir el poder a través de las elecciones exige abandonar algunas ideas sobre qué bienes públicos deben ofrecerse.

Se trata de un dilema estratégico que debe ser resuelto en una dirección, la ideológica, o en la otra, la instrumental. Por ejemplo, en un clásico de la ciencia política, Paper Stones, Przeworski y Sprague demostraron que los partidos socialistas tuvieron que diluir su discurso de clase y apelar a las clases medias para ganar elecciones.…  Seguir leyendo »