
La nueva presidenta de México tiene una tarea complicada: detener la violencia
En un pueblo en la sierra de Guerrero, los habitantes huyeron de sus casas: unos drones sobrevolaban el lugar y lanzaban bombas improvisadas. Durante meses, los integrantes de los cárteles habían estado utilizando estos artefactos comerciales para lanzar explosivos atados en carcasas metálicas e incendiaban hogares, agujeraban las paredes y lanzaban esquirlas que perforaba la carne humana.
En marzo viajé al estado, en el sur de México, y visité algunos de esos pueblos y conocí a personas que habían empacado sus pertenencias y huido del terror. Y aunque los ataques con drones son una novedad sombría, no son más que un ejemplo de la violencia que azota México cada día desde hace casi dos décadas de intensa guerra entre cárteles, un enfrentamiento que ha dejado cientos de miles de mexicanos desplazados, asesinados o desaparecidos.… Seguir leyendo »