
Palmira y el imaginario occidental
He visitado varias veces Palmira. He dormido, obviamente, en el hotel Zenobia, que se encuentra (o se encontraba) casi en medio mismo de las ruinas de la ciudad. En Palmira uno de los hechos que más impresionan son los amaneceres y las puestas de sol, que dan a las columnas, templos, arcos y monumentos un color rosáceo y anaranjado inolvidable. Esto para los amantes del paisaje.
En cuanto a la ciudad y sus ruinas, basta recordar al gran arqueólogo e historiador ruso Michael Rostouzeff – que acabó sus días siendo profesor en la Universidad de Yale–, que, en su libro Ciudades caravaneras (1932), dice de las ruinas de Palmira cuando las visita en 1928 que « son, indudablemente, las más románticas del mundo antiguo».… Seguir leyendo »