Democracia, instituciones, equilibrio de poderes
Vivimos bajo el signo de la advertencia de Brecht: estos son tiempos difíciles, en los que hay que luchar por verdades de Perogrullo como si fueran revelaciones inéditas y desafiantes. Comencemos por esta: la política no se reduce a la gestión del Estado, ni a su primacía, porque es sobre todo el arte de construir la mejor res publica. Por tanto, la “razón política” no debe confundirse con la razón de Estado. Sumemos esta otra: la política no se reduce a la dominación, al modo de conquistar el poder y mantenerse en él, por mucho que ese objetivo, el poder, sea condición sine qua non para conformar la cosa pública.… Seguir leyendo »