El chico del piano y la dichosa tolerancia
Si todos los asesinados fríamente en el Bataclan hubieran sido maravillosas personas, habrían recibido un número determinado de balas. Exactamente el mismo que habría impactado contra sus cuerpos de ser unos tipos mezquinos, que también los habría. Si nacieron en democracias consolidadas, participantes en la invasión de Irak, importaba bien poco. A lo mejor tenían pasaportes de países neutrales, o eran hijos de un sanguinario dictador. Las probabilidades matemáticas de recibir un proyectil eran milimétricamente las mismas.
En las últimas horas, he leído a gente a la que admiro hablar de tolerancia y respeto como solución a la raíz de la que brota el nuevo hiperterrorismo (no es el concepto de ningún sabihondo, sino de un policía en el distrito XI, el viernes, que respondía a un reportero mientras intentaba parar el tráfico).… Seguir leyendo »