Javier Redondo Rodelas

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

11-M, el final de la inocencia

Hace unos días, el embajador Javier Rupérez declaró que "hay un antes y un después en la Historia de España tras el 11-M y, ciertamente, no es un después mejor". Tiene razón. Es impreciso afirmar que el 11-M abrió una herida que no ha terminado de cicatrizar. En concreto, por un lado, el 11-M liquidó el pacto antiterrorista firmado por PP y PSOE y, por otro, descubrió a la izquierda un provechoso proceder: inauguró la época de la política performativa.

El día 12, Zapatero, entonces candidato socialista, afirmó que "la respuesta política tendría alguna variación dependiendo de si estamos ante un atentado terrorista de Al-Qaeda o de ETA".…  Seguir leyendo »

La masiva soledad del ganador

"Señor Sánchez, su actitud nunca cambiará la mía. Ni sus desprecios ni los desprecios de los suyos. Jamás". Casi al final de su intervención, Feijóo fijó su posición en relación con lo que Sánchez representa. Entre los atributos de Sánchez destaca su destreza para la provocación. Hostiga desafiante fingiendo perplejidad con su mirada y abusando de un tono elástico. Rivera -el primero que señaló lo que se tejía en la "habitación del pánico"- y Casado se desenfrenaron y sucumbieron; Feijóo se reprime, por ahora. Ese equilibrio y espíritu de contención guiaron todo su discurso de investidura. Feijóo situó su discurso primero en el tiempo político-mediático y después acudió al momento formal.…  Seguir leyendo »

Sánchez se agarra a Cataluña

El PP ha ganado las elecciones, pero Sánchez ha superado su plebiscito y probablemente, a expensas de Junts, pueda culminar el plan de Iglesias, consistente en amalgamar toda la izquierda y todo el separatismo en torno a un único propósito, expresado por el activista y ex vicepresidente en varias ocasiones: que a la derecha le sea imposible gobernar aun disponiendo del partido más votado. Además, esa espiral se retroalimenta a sí misma, pues desorienta y convulsiona a la derecha, que paga mayor precio por la fragmentación, puesto que, por un lado, Sánchez cuenta con la ventaja aritmética que aportan los comodines independentistas; y, por otro, la tensión en la derecha ofrece también un argumento poderoso para nutrir y mantener el combate ideológico.…  Seguir leyendo »

Resultaba doblemente paradójico pero indiciario que el oficialismo, con la mosca detrás de la oreja, censurara y rehuyera de la nacionalización de los comicios de ayer. Por un lado, porque es el mismo oficialismo que venera las elecciones municipales de 1931, que, convenientemente agitadas y cubileteadas, devinieron en un cambio de régimen. Por otro, el presidente Sánchez aceptó y asumió gustoso el marco propuesto, lo cual desorientó al devoto oficialismo. Así que Moncloa distribuyó dos argumentarios conectados para justificar la decisión de Sánchez de implicarse a fondo en la campaña: el presidente nacionaliza las elecciones porque los datos económicos le acompañan; lo cual redundó en un repunte en las encuestas internas.…  Seguir leyendo »

Andalucía, el (d)efecto Sánchez

Las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 constituyeron el final del principio de Sánchez; las de este domingo constataron el principio de su fin. Los comicios verificaron también el rasgo fundamental del electorado andaluz: su predisposición a la conservación, la búsqueda de la seguridad y el recelo de los vaivenes bruscos. Por último, demostraron la eficacia del modelo de organización interna descentralizado propuesto por Feijóo: una campaña andaluza con la baliza y encabezado en clave nacional. El mensaje de Feijóo permeó y se ensambló con el de Moreno Bonilla: el PP no es una "incógnita" y es el "partido de las soluciones".…  Seguir leyendo »

PP, la victoria vaciada

Como la política es la vida misma, tiene idénticas paradojas, muchas de ellas entrelazadas. Tras el 4-M de 2021 y la aplastante victoria de Ayuso en Madrid, en Génova verbalizaron: «Mañueco está muerto». Directamente, las elecciones de Madrid no tenían mucho que ver con semejante sentencia; tampoco el hecho de que Mañueco fuera un sorayo de cabecera. Eso sí, los comicios de Madrid habían supuesto tal inyección de moral que la Dirección Nacional del PP -o su Secretaría General- decidió eufórica acelerar el proceso de control del partido y atenuar el peso de los barones, excepto el del barón en jefe, el intocable galleguista Feijóo.…  Seguir leyendo »

Desafío 'destituyente'

En sus inicios, Iglesias y Errejón apelotonaron tres nociones con el propósito de confundir a la audiencia. Todo va tan rápido que sólo se aplaude o abuchea, se pulsa el me gusta o se ningunea o ridiculiza, se alza o baja el pulgar, pero no se repara ni reflexiona. Hablaron, siempre deprisa [Iglesias sólo desaceleraba manso, quedo y cansino cuando sermoneaba, señalaba y se victimizaba y Errejón ya abandonó el ritmo de rap] e indistintamente, de proceso destituyente, deconstituyente y desconstituyente. El último neologismo lo utilizó en 2012 el constitucionalista de parte Pérez Royo, que lo arrojó sobre Rajoy.…  Seguir leyendo »

Sánchez y la mutación cesarista

En 2016, con Podemos a la baja, Sánchez perdió votos y escaños en relación con los comicios de 2015. El presidente no era un líder popular ni gozaba ya del favor y confianza -que dilapidó en un año- del aparato: el escultural ingenio y títere resultó un polizón que luego mutó en outsider y finalmente en un cracker y dinamitero. Sánchez no ha transformado completamente la cultura del PSOE, sólo ha revuelto el sistema de incentivos. Desató definitivamente los recelos cuando se presentó el 28 de diciembre de 2015, una semana después de las elecciones, en el Comité Federal del PSOE y solicitó su beneplácito para formar Gobierno con Iglesias y separatistas.…  Seguir leyendo »

En abril de 2019, Isabel Díaz Ayuso era una prometedora y dicharachera aunque arriesgada apuesta personal de un Casado cogido con alfileres, paradójicamente, porque el partido no es ducho en primarias. Quedaba más de un mes para las elecciones autonómicas y poco más de dos semanas para las generales. La candidata del PP se descolgó con una medida progresista –y transversal, no identitaria–, pero la Inquisición de nuestro tiempo la etiquetó como reaccionaria –lo que prueba el desnorte de la izquierda posmoderna–. Ayuso propuso que las ayudas a familias numerosas incluyeran a las que esperaban un hijo. Se le preguntó qué pasaría si el bebé no llegara a nacer.…  Seguir leyendo »

Iglesias, agitador vitalicio

Sería un error interpretar la decisión de Iglesias únicamente en clave electoral. Las llamadas guerras de trincheras, las disputas electorales, se las confía a Sánchez, pues su candidatura y sociedad limitada morada carece hoy de potencia movilizadora por sí misma. Los movimientos de Iglesias constituyen siempre guerras de posición, en términos gramscianos: la progresiva conquista de espacios ideológicos, políticos y semánticos en pos de lograr la hegemonía. Donde hay socialismo reformista suficientemente competente, el comunismo es incapaz de ganar unos comicios. Donde lo hay pero se muestra incompetente e intelectualmente desnutrido, el comunismo puede alcanzar el poder sin ni siquiera ganar elecciones.…  Seguir leyendo »

La normalidad de la excepción

En Cataluña sólo permanece la excepcionalidad. El resto es volátil: candidatos, formaciones y memoria. Se vaporizó en un santiamén el empuje y brío del constitucionalismo en 2017 y mudó hacia la contención colaboracionista que representa el PSC. La candidatura de Illa constituía el último refugio de la resignación, sorprendentemente camuflada en el escaparate encendido de la gestión de la pandemia: la rareza es fecunda en una región fascistizada, donde la disensión es heroica y los tonos neutralizan a los hechos porque los hechos son todos alternativos, o sea, representaciones, idealizaciones y fábula. En 2021 han competido la fábula del diálogo y la de prolongación del victimismo.…  Seguir leyendo »

Un rasgo de las mal llamadas democracias iliberales –regímenes de apariencia pluralista y competitivos– es que la oposición está troceada entre la oficial y la no oficial. La oficial sobrevive gracias a que se gana la autorización y aquiescencia del Gobierno, que establece lo que requiere de ella, la ubica y fija el curso por el que debe discurrir. La oposición oficial es un apósito, un remedio circunstancial para simular la alternancia o afianzar al Gobierno en momentos críticos y de profundo desgaste. La oposición oficial es acomodaticia y conformista y sus desvelos obedecen a su temor a ser intimidada y desplazada hacia el lugar que ocupa la oposición no oficial, a la que se trata de situar fuera de la fingida competencia e instituciones.…  Seguir leyendo »

Adiós a las luces

Las brigadas del veto tienen un tierno pretexto que aúpan a enjuta virtud: su simplismo y totalismo las exime del reproche de incurrir en contradicción o inconsistencia. El ayer sólo importa como certificado de autenticidad de su estrecho aunque ambicioso presente. Como exponía ayer al comienzo de su crónica el corresponsal Pablo Pardo, la misma editorial que desestimó grimosa publicar las memorias de Woody Allen, incluye en su lustroso catálogo las 407 páginas del comandante nazi Rudolf Höss sobre la logística del genocidio. El pasado sólo interesa como coartada para emprender hoy la caza de brujas y erigir un futuro de diseño a costa de la razón y la confrontación de ideas.…  Seguir leyendo »

La maldición del centro

Hace exactamente cuatro años, Rajoy renunció a presentarse a la investidura, con 123 escaños, porque no reunía los apoyos necesarios. El ex presidente sostenía que la fragmentación sobrevenida a nuestro sistema de partidos forzaba a una reafirmación de las fuerzas mayoritarias en su posición convergente. La indignación provocada por la crisis financiera acentuó y permitió justificar una crítica y apuntalar una tendencia: los partidos centrales del sistema sufrían en Europa una triple dolencia que afectaba a la organización, a su potencial movilizador y su capacidad de fijar lealtades.

Su desgaste se explicaba en virtud de su aproximación –o apareamiento– en torno al consenso de centro y creciente burocratismo.…  Seguir leyendo »

Cinco años es poco tiempo para una democracia consolidada como la española. Sin embargo, es lo que ha tardado en nacer, crecer, declinar y comenzar a resquebrajarse el proyecto abanderado de la nueva política frente al denostado bipartidismo. Los fundadores de Podemos -activistas sociales y de movimientos antiglobalistas nutridos en la periferia de IU- pronosticaron una "crisis de régimen". Según su planteamiento, los derechos retrocedían sacrificados en el "altar de unos mercados guiados por la especulación y la rapiña". Denunciaron, al calor de la indignación, "un golpe de Estado financiero contra los pueblos del sur de la Eurozona". Su lenguaje disruptivo captó la atención de medios y opinión pública.…  Seguir leyendo »

Sánchez se corona en Europa

Cuando Sánchez compareció para ofrecer una primera valoración de la triple -en la mayoría de los sitios- convocatoria electoral, la concurrencia no sabía todavía que, pasada la mitad del escrutinio, el baile de tres escaños concedía al PP la posibilidad de gobernar y conservar la Comunidad Autónoma de Madrid, la joya de la corona. El presidente sí lo sabía. Por eso adoptó y mostró dos roles, dos poses, dos ademanes, dos semblantes. En la primera parte de su intervención celebró gozoso la victoria de su partido y felicitó a los candidatos. Su alegría está más que justificada. El PSOE ha vuelto definitivamente también porque Podemos se ha deshecho.…  Seguir leyendo »

La campaña fue la foto de Colón

En cuatro años, los actores se han desplazado, crecido, mermado, reubicado, desbocado, estampado, disimulado, mutado y legitimado, pero, en lo esencial, España seguía hasta ayer anclada a las condiciones que el Comité Federal del PSOE del 28 de diciembre de 2015 le puso a Sánchez, entonces derrotado. Ahora el presidente acaba de coronar su penúltimo puerto: el aparato y los barones le impidieron formar Gobierno con Podemos -mientras no renunciara al derecho a la independencia de Cataluña- ni con separatistas. Aquel invierno Sánchez probó lo que no saborearía: un acuerdo con Rivera. Si lo sella tras el 28-A y el 26-M alcanzaría su última estación: una legislatura estable y no condicionada por nacionalpopulistas.…  Seguir leyendo »

El PP, derecho a vibrar

En estricta puridad e intencionadamente, el Partido Popular no ha celebrado una convención, órgano consultivo entre congresos para ponerse al día, discutir propuestas e ideas y orientar programáticamente a la dirección. Han salido sugerencias y ciertamente se ha procedido al balance del momento, inventario de las políticas del partido, su situación y desafíos. El PP ha hecho algo que necesitaba más que una mera convención: ha celebrado unas convivencias para insuflarse ánimo, renovar bríos, templar tensiones, aglutinar esfuerzos, tratar de coser costuras, abandonar del todo la modorra y, sobre todo, ungir definitivamente a Pablo Casado.

Casado ganó las primarias y salvó de rebote -y fajándose durante toda la campaña- una bola de set en Andalucía.…  Seguir leyendo »

El desafío de una generación: la Constitución, al encuentro del futuro. La Constitución de 1978 es mucho más que un acuerdo de mínimos o un consenso circunstancial con el límite de las posibilidades de su contexto. Es una proyección a futuro del pacto por la concordia y un acto de coraje y renuncia a lo accesorio para proteger lo fundamental: la convivencia; entonces, ahora y mañana. Por eso sostuvo el maestro Juan José Linz que el careo y elección entre reforma y ruptura constituyó durante la Transición un "falso dilema", pues "la estrategia de una ruptura clara es viable solo en una situación revolucionaria o potencialmente revolucionaria", escenario rechazado por los partidarios de una u otra modalidad de cambio.…  Seguir leyendo »

Andalucía, la rebelión de las banderas

Los valores clásicos del conservadurismo son orden, tradición, familia, iglesia y jerarquía. En España, las autonomías que los reproducen mejor que cualquier otra región son País Vasco y Andalucía. En el País Vasco los encarna el PNV; en Andalucía, hasta ahora, el PSOE, que reivindica la tradición con el reclamo del folclore popular y el escrupuloso respeto de las conmemoraciones religiosas. Su candidata no ha abandonado en toda la campaña el atuendo verdiblanco de la bandera autonómica. La omnipresente Junta representa el orden asegurando la paz social y la familia es la institución que garantiza la cohesión y amortigua los efectos del desempleo cuasi estructural.…  Seguir leyendo »