Javier Redondo Rodelas (Continuación)

El desafío del resurgimiento

La noción de nueva política es reciente en el lenguaje común pero no tanto en la literatura sobre partidos. Comenzó a emplearse en los años 90, cuando los partidos tradicionales manifestaron sus primeros síntomas de declive: las organizaciones se atrofiaron, la lealtad de los votantes disminuyó -o la volatilidad aumentó-, nuevos actores comenzaron a irrumpir en el proceso político y la identidad ideológica y programática se debilitó. En suma, los partidos eran percibidos ya como organizaciones excesivamente burocratizadas y además muy similares entre sí. Algunos autores hablaron entonces de las tres Des: decaimiento, declive y descomposición de los partidos.…  Seguir leyendo »

Cuando Zapatero no las tenía todas consigo a pocos días de las elecciones de 2004 afirmó en una entrevista en EL MUNDO: "Gane o pierda, yo soy el futuro". Arrimadas hoy, con su voz rota y entusiasmo intacto, debe apropiarse de la expresión: gobierne o no, ella es el futuro. Porque al final el futuro es siempre la razón y la concordia. Ciudadanos es el primer partido en Cataluña. Rompió hace una década la barrera del silencio y ayer se elevó sobre tanto ruido y toda la chatarra tribal. La victoria de Arrimadas será considerada simbólica porque tendemos a pensar que la Historia sepulta al que no obtiene el báculo del poder.…  Seguir leyendo »

Obama se ha convertido en sus últimas semanas en la Casa Blanca en el ariete anti-Trump. En el último dique de contención. Protege a la desesperada el Despacho Oval del intruso dispuesto a pervertir la esencia de lo que representa la Presidencia de Estados Unidos. Obama ha asumido un improvisado rol: delimitar la línea de defensa, definir la estrategia y fijar el tono frente a Trump. Lo hace al tiempo que defiende con uñas y dientes su legado. O precisamente por eso, para preservar sus ocho años de mandato.

Hay otra interpretación -inconsciente, psicoanalítica y complementaria- para entender la airada actitud del presidente en funciones, más allá del escozor que le provoquen las trampas de Trump, sus excesos verbales y devaneos con Putin.…  Seguir leyendo »

A las seis de la mañana, un 11 de julio ya ha amanecido en Nueva York. Hamilton y su padrino llegaron un poco más tarde que Aaron Burr, que preparaba meticulosamente desde un rato antes el terreno al otro lado del río Hudson, en una empalizada junto a una arboleda. Los padrinos resolvieron los últimos detalles. Hamilton y Burr pegaron sus espaldas, caminaron diez pasos en sentido opuesto, se dieron la vuelta a la vez y levantaron las armas. Hamilton había confesado a algunos de sus íntimos que no apuntaría a su contendiente. Aceptó el reto por orgullo. Sin embargo, Burr, uno de los personajes más siniestros que han transitado por la política estadounidense, tenía claro que trataría de liquidar a Hamilton.…  Seguir leyendo »

Después de todo, de los males que le acechan, de las incertidumbres que se ciernen sobre él en el futuro inmediato y de la costosa reparación que le espera, el Partido Republicano ha tenido suerte de que Hillary Clinton sea la candidata demócrata. Ella no aglutina una fuerza centrípeta y enérgica con el nervio necesario para provocar un trasvase masivo de electores y un cambio de las bases de apoyo conservadoras. Trump desviará hacia Clinton votantes moderados, centristas, partidarios del statu quo y sobre todo los negros y latinos que le quedan al Partido Republicano, pero no producirá un realineamiento del electorado.…  Seguir leyendo »

Hacia la estación de Finlandia

En una escena de la película 'Matar a un rey', lord Fairfax, partidario de limitar el poder del monarca y consolidar el parlamentarismo en Inglaterra, le reprocha a su hasta entonces amigo y aliado revolucionario, el megalómano Cromwell, ejecutor de Carlos I: "Acabamos con el rey porque nos trataba como súbditos y ahora tú tratas a las gentes de nuestro pueblo como si fueran ovejas". Cromwell, el tirano que prometió a la multitud que gobernaría en su nombre encandilaba con un discurso encendido, superficial, campechano, pretendidamente sublime, cautivador y revanchista.

La cúpula de Podemos hace exactamente lo mismo y contribuye a infantilizar a nuestra sociedad.…  Seguir leyendo »

El Gobierno de la frustración

Partamos del supuesto de identificar, según los resultados de las generales de 2011, cuatro tipos de votantes del Partido Popular divididos en dos grupos: los recién llegados y los que muestran mayor fidelidad a sus siglas. Entre los primeros encontramos los de ida y vuelta, electores pendulares que votaban indistintamente a PSOE o PP, solían decantarse por el que estaba en la oposición, les costaba al menos una elección intermedia cambiar su apuesta, reaccionan a los errores de los gobiernos y tiran de ellos hacia el centro. Denominamos a este tipo el votante mediano, indispensable hasta ahora para ganar las elecciones.…  Seguir leyendo »

Salvajes, rudos intrépidos, menesterosos, valientes, aguerridos y tercos. Esta es la imagen que proyectaban los escoceses sobre sus distinguidos vecinos del sur: los ingleses tenían su Carta Magna, su derecho de gentes y luego su Bill of Rights. Escocia era un reino con tribus y feudos. Un parlamentario inglés del XVIII aborrecía la sola idea de compartir escaño con un diputado escocés. No era para menos. Hasta ese momento, en las tres ocasiones en las que Inglaterra trató de invadir Escocia o ambos territorios se enfrentaron, los bravos escoceses acabaron poniendo pie en suelo inglés: Eduardo I sucumbió en junio de 1314 ante Robert Bruce en la batalla de Bannock-burn.…  Seguir leyendo »

El discurso nacionalista se nutre de tres falacias que combina y activa alternativa o simultáneamente en función de los contextos, los escenarios y sus necesidades perentorias. En cuanto que falacias son tramposas. Son la falacia de la identidad, de la incomprensión y de la transacción. Basándose en la posesión de una identidad singular -que el resto de España, incluyendo regiones con rasgos de identidad (el barbarismo identitario no lo recoge la RAE) igualmente particulares pero sin lengua propia, tuvo que asumir como peaje de la Transición-, el nacionalismo ha forjado artificialmente y protegido su relato diferenciador.

Durante muchos años quedó fuera de la corrección política equiparar identidades y cuestionar hechos diferenciales.…  Seguir leyendo »

John Pocock es uno de los más destacados filósofos políticos del siglo XX. En 1975 escribió su obra capital, El momento maquiavélico, basada en la influencia de Nicolás Maquiavelo, que publicó en 1513 El Príncipe, el primer tratado político moderno. Maquiavelo y su Príncipe –que la mayoría de expertos analizan conjuntamente con Los discursos sobre la primera década de Tito Livio– han sido objeto de numerosas interpretaciones, también desde el marxismo, lo que no ha de resultar extraño, pues Maquiavelo aborda la crisis de un sistema y prevé el advenimiento de otro, el de las monarquías modernas y centralizadas.…  Seguir leyendo »

Lo que el pueblo no sabe es que la nación lo protege. Lo que el pueblo ignora es que la nación lo perfecciona. En 1758 apareció el término nación en sentido moderno: «Cuerpo político, una sociedad de hombres unidos para procurarse el bienestar y la seguridad mediante el uso de la fuerza común». El impulso revolucionario en Inglaterra y Francia limitó el poder del rey y acabó con su arbitrariedad. Inmediatamente, la radicalización de las revoluciones impuso una nueva arbitrariedad, la de quienes se arrogaron la voluntad del pueblo. La moderación posterior limitó el poder institucional y contrató con los ciudadanos la dotación de normas para asegurar la supervivencia de la sociedad y de la nación.…  Seguir leyendo »

Son los tres grandes problemas de España. El cuarto sería el localismo -o autonomismo-, que es transversal a los otros. El nacionalismo es su manifestación más perversa; una construcción ideológica del parroquialismo endogámico basada en la exclusión. Igualmente, la educación es concebida desde el localismo y no desde la universalidad. Por último, el localismo es el caldo de cultivo idóneo para que afloren prácticas de clientelismo, amiguismo y favoritismo. Cada uno de los problemas exigiría un análisis detenido. Pero lo que pretendo es subrayar su imbricación, de tal suerte que ya no es posible abordar su solución por separado.

Respecto del nacionalismo, hablemos de Cataluña.…  Seguir leyendo »

Es la tercera versión del mismo artículo. O el tercero que sale del mismo hilo narrativo. Cada una de las dos argumentaciones pensadas para abordar la conclusión adquirió entidad y extensión propia. La primera sostenía que la crisis estaba larvada cuando Zapatero llegó al poder; tanto es así que Zapatero fue un producto de una cultura social y política que mantiene a España en una crisis casi permanente que trasciende la economía.

Zapatero se nutrió del sustrato de la crisis y contribuyó a engordarla: politizó a la sociedad, privatizó el Estado y, al margen de sus contados aciertos, echó sal en las heridas más profundas de nuestro modelo de convivencia: la ideologización y la organización territorial.…  Seguir leyendo »

Los viajeros del tiempo aterrizan desconcertados en un mundo que no reconocen. No es el caso de Unamuno, que como todos los clásicos sobrevive a su contexto y explica el futuro. Salamanca celebra durante todo 2012 el año de Unamuno, transcurridos 75 años de su muerte -en realidad, casi 76, pues falleció en diciembre de 1936, al tiempo que la República dejaba de serlo y murió, se exilió, asfixió o silenció a la España dispuesta a escuchar-. Bien está que se rememore, porque pocas figuras hay en nuestra Historia fuera del alcance de los tentáculos ideológicos de cualquier signo.

El caso es que Unamuno ha regresado.…  Seguir leyendo »

Según el tópico, España es un país de contrastes. Habríamos de añadir: de contrastes morales, de contradicciones y emocionalmente compulsivo. No es algo nuevo. La corrección política y el pensamiento único han agravado la situación, pero no la crearon. Simplemente han encontrado un clima idóneo para su cultivo. Los españoles nos agarramos a los clichés para sortear el razonamiento incómodo. Como durante siglos nos aferramos a los refranes para no fatigar los sesos. Instalados en la placidez del pensamiento precocinado, la libertad sale casi siempre mal parada.

La libertad no es una concesión, es una conquista. Hay principios que se permiten prescindir de la dignidad, aunque se devalúen.…  Seguir leyendo »

Pasemos por alto aspectos de la sentencia del Tribunal Constitucional que permite a la coalición Bildu presentarse a las elecciones que aun no siendo menores ya han sido profusamente comentados, tales como que el TC -que no forma parte, técnica y constitucionalmente, del Poder Judicial- se haya excedido en sus funciones; o que un partido condicionase al resultado de la sentencia su apoyo parlamentario al Gobierno, hecho harto revelador del estado de la división de poderes en España.

Aproximémonos a lo que nos interesa. El TC restablece en su sentencia el derecho a la participación de Bildu. Cuando el amparo llega al Constitucional, éste debe dilucidar entre el derecho -o los derechos- que el Tribunal Supremo estima proteger en detrimento del que el demandante pretende hacer valer.…  Seguir leyendo »

La reciente concesión del Nobel a Vargas Llosa ha reactivado el debate sobre el papel de los intelectuales en el espacio público. Reúne todos los ingredientes para centrar la discusión: Llosa es un escritor de prestigio, no es de izquierda, ha incursionado en la política activa y sobre todo su obra, también la de contenido político, se analiza al margen de su filiación política. Es decir, su yo escritor no tiene, al menos formalmente y para el lector medio, implicaciones ideológicas. A pesar de ello es un escritor profundamente comprometido. Dicho esto, quizá sea el momento de continuar con el asunto desde otros prismas: plantearnos una reflexión general sobre la función de los intelectuales en la sociedad, la distancia y el desencuentro entre el intelectual y el político y la relación de mutua necesidad entre los intelectuales y los medios.…  Seguir leyendo »

Suárez y Calvo Sotelo fueron los presidentes de la Transición e institucionalización de la democracia, González el de la modernización y europeización, Aznar el de la prosperidad y Zapatero es el del postmaterialismo. Si González concretó el contenido del Estado social y Aznar garantizó su viabilidad, Zapatero se presentó como el promotor de su ampliación: derechos de nueva generación, cuarto pilar del Estado de bienestar, extensión de derechos civiles, buenismo, ayuda al desarrollo, Alianza de Civilizaciones…

En las sociedades europeas de la abundancia, la izquierda se reinventa cada día hasta el oxímoron porque parece ya obsoleto reivindicar la lucha de clases y también porque no está demostrado que sus Gobiernos garanticen mejor que otros la equidad social y la redistribución de la renta.…  Seguir leyendo »

Observamos con inquietud que si no ponemos remedio la política va camino de convertirse en una actividad pública orientada al beneficio privado. Parece una exageración y de cualquier modo es una contradicción, pero el círculo vicioso que se crea en torno a la corrupción alimenta esta idea: la corrupción provoca frustración en el ciudadano, desafección y finalmente su alejamiento de la política, pues los individuos proyectan su visión desencantada sobre el conjunto del sistema. La sociedad contempla desde la distancia a la clase política, que goza de unos privilegios inalcanzables para el común de los mortales. El sufragio constituiría, en última instancia, el homenaje, el ancla y el símbolo irreductible de una democracia debilitada.…  Seguir leyendo »

El liberalismo tiene muchas ventajas sobre otros ismos. Entre ellas, hay dos que merecen ser destacadas por un doble motivo: una de las ventajas nos permite entender su primacía y su esencia, la otra nos ayuda a centrar nuestro argumento y aclarar alguna confusión.

La primera ventaja es que el liberalismo no es fundamentalista, de modo que no sólo admite la discrepancia sino que es capaz de integrar lo escasamente aprovechable de otras doctrinas sin abjurar de sus principios motrices: la defensa de la libertad individual, la limitación del poder y la igualdad ante la ley.

No en vano, cuando el socialismo se liberó de las cadenas del marxismo y los partidos socialistas se tornaron en socialdemócratas, los regímenes liberales añadieron a su receta el más sabroso ingrediente del socialismo democrático (que comparte con la democracia cristiana): la justicia social.…  Seguir leyendo »