El segundo «cueste lo que cueste» de Mario Draghi
El cargo de primer ministro de Italia es uno de los peores empleos del mundo; parafraseando al filósofo inglés Thomas Hobbes, la vida en ese puesto habitualmente es desagradable, salvaje y corta. Muy corta, de hecho: desde que Angela Merkel asumió como canciller alemana en 2005, tuvo ocho contrapartes en Italia.
No sorprende que, en esas condiciones, los logros de los líderes italianos sean limitados. Para cuando llegó la crisis de la COVID-19, el PBI per cápita alemán había crecido el 20 % desde que Merkel asumió el cargo, mientras que el italiano cayó el 4 % en el mismo período.… Seguir leyendo »