Anhelamos lo único que el metaverso no puede darnos
Cuando Mark Zuckerberg anunció el cambio de nombre de Facebook a Meta a finales del mes pasado en una “carta del fundador”, yo estaba en una videollamada con mi grupo de escritura, hablando de los placeres táctiles de nuestro oficio: los beneficios de escribir a mano, nuestro amor por las hermosas libretas Rhodia, nuestros ejemplos favoritos de páginas manuscritas (el mío: las de David Foster Wallace, cargadas de obsesión). Entre los tres tenemos cinco máquinas de escribir y ninguna cuenta de redes sociales. Y allí estábamos en el metaverso, anhelando lo único que no nos puede proporcionar: la experiencia del tacto.… Seguir leyendo »