El pino caído ya no está en Málaga
Para Frederick S. Wildman Jr. y Pascal Tiger
Todo comenzó con un vuelo de Iberia de Nueva York a Málaga en la primavera de 1969. El aeropuerto malagueño era en aquel entonces un solo edificio y una estructura mucho más pequeña, encalada, cubierta por tejas rojas y adornada con una profusión de macetas de geranios. La pista de aterrizaje terminaba en una carretera de dos carriles y, al otro lado de la carretera, sin ningún obstáculo que estorbara la vista, no había más que campo, la playa y el Mediterráneo. En las demás direcciones se veían terrenos de labranza, un pueblo en la distancia y, más allá, una cadena de montañas viejas, de poca altura, en las que resaltaba un pequeño pino caído, apoyado sobre un peñasco.… Seguir leyendo »