Jordi Gracia

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Disonancias en la izquierda

Las caras largas y el estado de shock en la izquierda socialista y alternativa estuvieron justificados tras la derrota en Andalucía: fue tan rotunda como eficaz la operación que Juan Manuel Moreno Bonilla supo pilotar en beneficio del PP para obtener una holgada mayoría absoluta. El cuerpo político central en Andalucía ha dejado de ser el PSOE porque el PP ha sabido encarnar un papel análogo sin estridencias, con un continuismo discreto y la convicción de que el domingo 19 de junio culminaba el fin de un ciclo político socialista que había durado más de 37 años de Gobierno. El electorado ha identificado en el perfil de moderación amigable y desideologizada de Moreno Bonilla un refugio de seguridad en tiempos de crisis aguda y futuro muy incierto.…  Seguir leyendo »

Un corredor humanitario en Afganistán

Pese a la rapidez con la que se suceden los cambios, el diagnóstico es unánime en torno al retroceso implacable de las libertades en Afganistán. La delicada trama que constituyen las sociedades democráticas ha sido asaltada por el fundamentalismo talibán y su promesa de un mundo perfecto, absoluto y dogmáticamente estable. Aunque los paralelismos históricos suelen ser tramposos, y casi siempre secretamente interesados, pocas sociedades europeas disponen de una experiencia histórica reciente más apta que la española para comprender la magnitud de la tragedia que ha regresado a Afganistán en forma de pesadilla resucitada.

La victoria franquista abortó en 1939 la promesa civil y democratizadora de la Segunda República tras una guerra concebida como dique de contención contra el progreso efectivo de una sociedad renovada, inestable, imprevisible y casi inimaginable: estaba naciendo lentamente un nuevo país.…  Seguir leyendo »

El demoscópico es hoy un saber en la cuerda floja. Su nueva volatilidad desdibuja los pronósticos y, al menos en las elecciones catalanas, las dudas son crecientes y a ratos inquietantes: ¿rebasará otra vez el Junts per Catalunya de Puigdemont y Laura Borràs a la ERC de Oriol Junqueras y Aragonès? ¿Alcanzará la policromía independentista más del 50% de los votos? ¿La abstención será transversal, o afectará más a quienes ven con desencanto el embarrancamiento de los planes secesionistas y alentará, a cambio, a quienes lean un posible futuro distinto, un vuelco hoy en el aire? ¿El voto que se refugió en Ciudadanos va a recalar ahora en el sosiego clásico y cerebral de Salvador Illa, o va a hacer que Vox adelante a un PP más moderado que en los tiempos pirómanos de Cayetana Álvarez de Toledo?…  Seguir leyendo »

Parece ya definitivo que las fiebres derechistas que impulsó Albert Rivera tras los resultados de las autonómicas andaluzas se han enfriado en Ciudadanos. Incluso el votante más afín hubo de detectar entonces una sobreactuación artificiosa al alinearse en demasiados temas calientes con el discurso ultraortodoxo de la derecha trumpiana española y eso en el fondo no podía dejar de desanimar a su votante más natural. La alergia incontrolable hacia Podemos del votante de centro y de derecha no bastaba para justificar la alianza explícita o la sintonía tácita con la extrema derecha.

Pero contra lo que algunos creímos, no fue la investidura de Pedro Sánchez lo que propició la reubicación de Ciudadanos, sino la pandemia actual.…  Seguir leyendo »

Para la inmensa mayoría del país, esta es la guerra que nunca vivimos y que nunca creímos que íbamos a vivir. A todas las casas llegan las noticias angustiosas de infectados lejanos o cercanos en una red que nos conecta a todos como víctimas potenciales del virus. Pese a ello, la ferocidad crítica de algunos columnistas y políticos induce a pensar o bien que no han interiorizado la naturaleza de un estado de guerra o bien que han confundido al enemigo con los poderes que gestionan hoy esta salvaje emergencia sanitaria y la crisis social y económica que se abate ya sobre todos a escala global.…  Seguir leyendo »

Para explicar la eclosión del independentismo no basta con Rajoy, que pudo ser solo su adversario de conveniencia. El estímulo central anduvo cerca del miedo: el miedo del poder convergente a perder el poder y el miedo de una porción importante de la sociedad catalana a perder su estatus económico privilegiado. Aquel lema que hizo furor (“España nos roba”: hoy lo repudia por fortuna hasta Gabriel Rufián) cifraba el instinto defensivo y egoísta de esa parte de Cataluña: había llegado la hora de abandonar España y gestionar en exclusiva los propios ingresos. Las élites conservadoras y nacionalistas descubrieron en esa doctrina la gasolina para una adhesión emocional y popular.…  Seguir leyendo »

Hoy es más visible que nunca la invisibilidad del poder que ejerció durante al menos veinte años Javier Pradera. La franja temporal más determinante pudo estar entre las interminables vísperas de la muerte de Franco y las legislaturas socialistas que consagraron internacionalmente al país con los fastos a ratos indigestos de 1992. Entre reservados de restaurantes, despachos austeros, intemperancia telefónica, encuentros furtivos y proyectos editoriales anduvo Pradera como cabeza de un poder intangible. Lo ejerció entonces y después con el único instrumento que tuvo realmente a mano: la autoridad moral como atributo que asignan los demás, sin títulos, sin cargos, sin aparato de mando (o solo con el mando a distancia).…  Seguir leyendo »

La campaña electoral arde en Cataluña sin haber empezado. Las movilizaciones y la renovada acción directa han extirpado de cuajo el debate sobre la sentencia del procés.Da ya un poco igual si la sedición está cogida por los pelos o si la desobediencia hubiese banalizado las graves culpas del Govern en 2017. Las acciones de estos días destiñen una lógica dictada por la desesperación de Puigdemont. Los turbios silencios de Torra, disfrazados ahora de melifluas condenas de la violencia, ratifican la sospecha de que conocía el guion de la obra: un estado de agitación permanente inspirado por el anonimato de Tsunami Democràtic.…  Seguir leyendo »

Mapa en marcha

Posiblemente esta Diada sea algo distinta: una parte de la ciudadanía que salió en los últimos años a exhibir su mezcla de impaciencia perentoria y protesta política puede quedarse en casa. Es palpable que el desencanto ha cundido en algunos sectores independentistas, no sé si tanto como para abatirlos cabizbajos y depresivos, pero posiblemente sí desconcertados ante la bifurcación política del procés. El combustible afectivo de una sentencia aún ignorada no ha sido tirón suficiente y, sobre todo, la evidente insolvencia política de Quim Torra y su unidad móvil en Waterloo está cuarteando la estrategia y hasta la convicción de parte de los suyos.…  Seguir leyendo »

Fue un tanto enigmático el silencio sobre Cataluña en las fugaces y frustrantes negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Es posible que la omisión estuviese motivada por la imprevisible sentencia del Supremo sobre el procés, y sin embargo no parece que una cosa debiese llevar necesariamente a la otra. Las cogitaciones de los magistrados y la delimitación de las penas podrían correr en paralelo con la reflexión política sobre los cauces de una negociación que será inevitable. Tanto si la dureza de las penas dan a Quim Torra la oportunidad de convocar elecciones autonómicas tras disolver el Parlament (un poco más) como si la sentencia virase menos a negro que a un gris diluido, la encrucijada catalana no se habría movido del sitio y seguiría ahí como auténtico laberinto.…  Seguir leyendo »

Una doble oportunidad

La confianza que despertó Pedro Sánchez en un sector de la izquierda ha salido reforzada en España y catapultada hacia Europa. Se antoja a primera vista una oportunidad creíble para una doble operación de control de daños en el asunto territorial y a la vez en el futuro de la ultraderecha europea. En esta socialdemocracia de alma clásica (PSOE) o más exigente (Podemos) podría estar el instrumento que revirtiese la lógica emocional de las dos movilizaciones más activas de los últimos años: el procésy el neoespañolismo, ambas insensibles a la urgencia europea actual.

Para llegar a este punto inaugural de hoy, primero el aire se pobló de demagogia cuatrera.…  Seguir leyendo »

Quizá seamos todavía una sociedad herida por un pasado traumático con dos fases, una brutal y breve, la Guerra Civil, y otra brutalmente disfrazada de interminable paz, la dictadura franquista. ¿Está todo curado? Solo está en vías de curación, con mucho trecho andado, sí, pero con claras recaídas peligrosas, como les sucedía a los viejos estalinistas. Estas recaídas de la derecha desorbitada de hoy son peores, y tienen antecedentes democráticos funestos, como las dos legislaturas de Aznar y su venenosa renacionalización de la derecha atávica con nostalgias de tiempos mejores.

Una persistente idea de Javier Pradera sostenía que una sociedad necesita en torno a cien años para quedar liberada de traumas de la magnitud de los que vivió España.…  Seguir leyendo »

Con viento de cola culpable y marejadilla de mala conciencia, confieso que a mí también me va tirando al monte esta nueva derecha con sus últimos empujones. El vuelco que ha dado el panorama desde la izquierda no es nada con el que ha dado el macizo de la derecha. Está tan contagiosamente encendida que igual ha conseguido el viraje íntimo de decenas de miles de crédulos ciudadanos, incautos ilusos y progres entumecidos. Quizá son ya centenares de miles quienes creen que los socialistas han llegado para cumplir con el fraude previsible de antaño como clones de un pasado aborrecido. Antes Felipe González, después Rodríguez Zapatero, hoy Pedro Sánchez: una indivisa e infausta conspiración contra España de socialismo montaraz y oportunista.…  Seguir leyendo »

El medio plazo y las analogías históricas

Los fogones se han puesto a toda castaña al final del verano porque el fuego es la única salida apta que le queda al unilateralismo. Sus incendios florales y retóricos, sus provocaciones descaradas, la instrumentalización política de causas judiciales no son sorpresa para nadie ni habría que sobrestimarlos como actos políticos. Al unilateralismo se le ha girado la tortilla en los últimos meses de mala manera, y enderezarla va a pedir mucha tralla. No ha sabido sofocar sus discrepancias internas y no ha frenado la distancia cauta pero real que ERC ha mantenido, a pesar de que la prueba de fuego se va a vivir en el ciclo épico que va del 11 de septiembre al 27 de octubre con el 1-O en medio.…  Seguir leyendo »

El momento catalanista

En el aire, en las redes y hasta en las imágenes está la evidencia de una reinstalación de la cuestión catalana en carriles políticos, pero es posible también que el mensaje explícito del cambio esté sobre todo en Cataluña y no en el Gobierno de España. La oportunidad de un catalanismo militante ha regresado ante la sospecha silenciosa de los muchos errores estrictamente democráticos cometidos por el unilateralismo. Impulsó un plan de separación de España sin apoyo popular suficiente, sin reconocimiento internacional tácito ni explícito, sin preparación institucional adecuada para hacerlo viable y, en último lugar, pero central, sin haber respetado los derechos, la legitimidad y hasta la misma existencia de más de dos millones de votantes contrarios a la independencia.…  Seguir leyendo »

Otras razones para la alegría

Casi sin salir del pasmo y sin tiempo a disfrutar, a muchos el vértigo ha empezado a acercarlos a la angustia. La moción de censura ha sido un asalto al poder en toda regla, regla democrática, pero ha sido a la vez tan inesperado como racionalmente explicable. Hay pautas que parecen enquistadas en algunos de los partidos de esta democracia: el error de las mentiras que apuntilló la derrota de Rajoy en las elecciones generales de 2004, al ocultar la autoría yihadista para los atentados de Atocha, ha vuelto a repetirse ahora tras la sentencia de la trama Gürtel. El Gobierno y el PP prefirieron banalizar su contenido, minimizar el impacto y desmentir tanto su responsabilidad penal como su responsabilidad política.…  Seguir leyendo »

Contra la resignación

Es casi una ley fatal de la vida española que Ortega y Gasset reaparezca en los momentos calientes como referente intelectual. Ha vuelto a suceder en relación con Cataluña y a propósito de una de sus más desafortunadas expresiones: para algunos ya no hay margen para la conllevancia y otros creen que ese sigue siendo el único horizonte posible, conllevarse. Pero es tan poco orteguiana esta opción que no parece de Ortega: es una falsa solución, es pasiva, es poco imaginativa y condenadamente coyunturalista. Equivale poco más o menos a no pensar nada y a no mover casi nada, y eso contraviene casi genéticamente al mejor y más vivaz Ortega.…  Seguir leyendo »

Me siento como el gafotas y cabezón atropellado en el colegio por los acosadores de turno, encelados unos por sus exhibiciones de poder matonil y encelados otros por su convicción de encarnar a un pueblo al que le falta la mitad de la ciudadanía. La diferencia con los matones de colegio es que la mayoría de catalanes, según las encuestas, somos ese gafotas indefenso, consternados ante la intrusión abusiva y de máximos programada con el artículo 155, y a la vez desafectos a una independencia sin mayoría reforzada e inspirada en el vejatorio estrangulamiento democrático del 6 y 7 de septiembre en el Parlament.…  Seguir leyendo »

El lado salvaje del 1-O

La cadena de disparates de uno y otro lado no está ayudando a cargarse de razones a cada lado sino a degradarse ambos un poco más cada día. Mi lado salvaje me pide guerra porque la irresponsabilidad política tanto del Gobierno central como del catalán han estado a una altura única en 40 años. Pero no sé bien cómo quemar mi cólera contra la miopía política que ha afectado durante años al PP, primero, y al Gobierno de Rajoy, después, y tampoco sé hacia dónde mirar cuando en Cataluña ha regresado de golpe el toreo de capote, muleta y puntilla, con la mitad de la plaza tan democráticamente vejada que se ausentó dos días seguidos del coso.…  Seguir leyendo »

Es posible que haya tenido solo una resonancia menor en el resto de España, pero el dato es relevante y seguramente también sintomático: 200 afiliados de los comuns en Cataluña han rechazado la previsible convocatoria del referéndum de la Generalitat en sus actuales condiciones legales y, peor todavía, éticas, intelectuales, políticas y culturales.

Desde el poder público catalán no ha existido la menor equidistancia ni neutralidad alguna a la hora de promover ese referéndum porque no se trata de confiar en él sino de exaltar el a la independencia como su resultado necesario y deseable. La voz más expresiva en este contexto fue sin duda la de Anna Gabriel cuando dijo en reunión solemne y sin que nadie la desmintiese (con Puigdemont a la mesa, con el abanderado de la democracia internacional Raül Romeva allí, con la exquisita izquierda independentista de Toni Comín aguantando el chaparrón) que, fuese cual fuese la participación en el referéndum del 1 de octubre, un mayoritario en esas urnas comprometía a la Generalitat a una declaración de independencia inmediata.…  Seguir leyendo »