¡Que cunda el pánico!
Unos compran sardinas por cajas y garrafones de agua, quizá porque la salazón da mucha sed, y otros van directos a las pastillas de yodo y al papel higiénico, por si el cataclismo les pilla con la barriga suelta. ¿Qué nos queda a los europeítos sino andar como preppers del fin del mundo, acopiando víveres para nuestro «kit de supervivencia», tal y como mandan los cánones de la Comisión Europea? Esta parecía una oficina de seguros y hoy parece una torre de mando: a un golpe de carpeta de Von der Leyen, los burócratas han pasado de archiveros a tenientes generales, trocando la moqueta por el campo de maniobras.… Seguir leyendo »