No podemos dejar de hablarnos
“Tenemos que hablar” es una frase normalmente incómoda de pronunciar a quien la profiere y portadora de malos augurios para quien la escucha. Una expresión a la que se recurre solo cuando todo –como dicen en Argentina— se ha podrido. La conversación política española es probable que ya esté cerca de ese punto, pero la social —que es la importante, porque sin ella la primera no es absolutamente nada— todavía no, y es fundamental que no llegue nunca a él.
En España hay dos grandes corrientes políticas, una más conservadora y una más progresista, cuyos representantes en casi todos los niveles —cada uno cargado de sus buenas razones, justificaciones y agravios que le ha hecho el otro— han optado por no escucharse, e xplicándonos a los ciudadanos por activa y por pasiva que es imposible entenderse con los otros por mucho que lo han intentado.… Seguir leyendo »