Gracias, Majestad
Setenta y cinco años, Señor, es una magnífica edad para los que la hemos alcanzado. Para un nieto de Rey, hijo del Conde de Barcelona, Príncipe de Asturias educado en España, casado con la hija de un Rey y Rey de España, su vida intuyo ha debido ser una increíble experiencia y una inmensa responsabilidad. Recuerdo muy bien dónde vi y escuché la noticia de la muerte del general Franco: en un apartamento de la Torre de Madrid, con mi mujer, Ana, y mis tres hijos –alguien había incendiado nuestra casa de Aravaca–, y lo primero que me pregunté fue: ¿que hará el Príncipe de Asturias ahora?… Seguir leyendo »