La tercera destrucción de Israel
Todas las naciones se definen como excepcionales. EEUU gusta de imaginarse a sí mismo como la bíblica reluciente ciudad en la colina a la que todos los peregrinos aspiran llegar para abrazar la libertad. Rusia ha pretendido recurrentemente ser la Tercera Roma que heredará la antorcha de la milenaria civilización cristina. Francia se representa orgullosa como la forja donde un pueblo levantado en armas fundió los derechos del hombre y la democracia. Y así sucesivamente. Pero, de entre todos los relatos que unen a las comunidades humanas, y que son imprescindibles para dotar sus destinos de sentido, pocos pueden competir en excepcionalidad con el de Israel.… Seguir leyendo »