
Un Gobierno débil, ¡por fin!
Parece difícil en la España de hoy negar a nadie el derecho a la pesadumbre. Unir la línea de puntos que va desde la crisis económica hasta el aumento de las desigualdades, pasando por el desafío soberanista y el aumento de la corrupción, no parece requerir mucha destreza. Si a eso añadimos los problemas de liderazgo político, democracia interna y renovación que aquejan a los partidos políticos, el panorama puede ser bastante desolador. Y si como colofón nos detenemos en el patético espectáculo de las consultas y negociaciones para formar Gobierno, un mundo al revés dominado por espantadas, órdagos, bloqueos y tacticismos, cualquier atisbo de optimismo se disiparía más que por completo.… Seguir leyendo »