
¿Es el final del engaño?
La incompetencia de Artur Mas no solo no supo disimular el mandato que le entregó la ahora triste y silenciada familia, sino que enterró a Convergència i Unió. Después de desesperados intentos fue obligado a buscar un sustituto que le relevara en la presidencia de la Generalitat de Cataluña. La CUP se lo exigió. Tan grande le venía el cargo al pobre Artur Mas, que optó sin gallardía alguna por retirarse con pena al ostracismo.
Ahora resulta que el mediocre Puigdemont, su sucesor, en su desesperación abandona a los catalanes y se fuga cobardemente a Bruselas sin saber si prefiere pedir asilo político en Bélgica.… Seguir leyendo »