José Manuel Cuenca Toribio

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Un vasco para la admiración y la gratitud

Nuestra dramática y sangrienta historia del siglo XX acaso encuentre su ilustración más cegadora con la alevosa muerte, hace ahora cien años, de un hombre, en verdad, de cualidades sobremanera relevantes. Este 2024 se registra el aniversario del trágico asesinato en su entrañada tierra natal del político guipuzcoano Marcelino Oreja Elósegui (1891-1934). Idealista, laborioso, solidario sin reserva alguna con la existencia de sus coetáneos y, en grado insuperable, con la legión incontable de los más económicamente desfavorecidos, su corta biografía iluminó hace una centuria el cielo a menudo híspido del solar hispano.

La egregia figura del prohombre vasco Marcelino Oreja anduvo lejos de ser víctima solitaria o excepcional de la quiebra sangrienta de una convivencia española sin crisis de relieve ni desgarraduras ocasionales o esporádicas.…  Seguir leyendo »

Un gran historiador monárquico

Uno de los más descollantes historiadores del siglo XX español fue sin duda el toledano Carlos Seco Serrano (1923-2020). El novecientos hispano no tuvo ningún otro estudioso que le sobrepasara tanto en su visión general del ciclo de la contemporaneidad comenzado en las Cortes de Cádiz y concluido, por el momento a efectos historiográficos, con la abrillantada Transición plasmada en la Carta Magna de 1977, como el de todo el recorrido de nuestro país a lo largo de la dinastía de los Austrias y de los primeros Borbones.

Su idiosincrasia hondamente conservadora y sus no menos profundas convicciones monárquicas le permitieron una particular empatía con el despliegue en verdad deslumbrador de la Monarquía Hispánica desde su orto hasta el ocaso y su posterior andadura desde la fecha luminosa acabada de citar.…  Seguir leyendo »

Una constante preside el curso actual de la cultura española de signo liberal-conservador: su reducido protagonismo. A despecho de su roborante y crucial papel en el pasado –incluso en el más próximo– y de las muchas riquezas que aún atesora, se encuentra acorralado y muchas veces hasta expulsado del escenario español de nuestros días. Para sus comentaristas más propicios, la hegemonía incontestable de la cosmovisión progresista no es efecto de su infirmidad y desnortamiento sino de la prepotencia escandalosa de unos gobernantes ineptos y sectarios. La llamada 'guerra cultural' declarada por sus sectores más ardidos contra la ahincada agresión de los poderosos media subvencionados o respaldados a tambor batiente desde el poder no obedece así más que a un recurso de supervivencia, desasistido por contera del apoyo del ideario liberal-conservador, dado su invencible complejo de inferioridad moral y política cara al credo progresista, prevalido de una irrefragable, aunque muy discutible superioridad ética.…  Seguir leyendo »

La idiosincrasia hondamente conservadora de Carlos Seco Serrano y sus no menos profundas convicciones monárquicas le permitieron una particular empatía con el despliegue en verdad deslumbrador de la Monarquía hispánica desde su orto hasta el ocaso y su posterior andadura desde la fecha luminosa acabada de citar. Su envidiable formación en el Instituto Ramiro de Maeztu y en la admirable Facultad de Filosofía y Letras madrileña de finales de los años cuarenta le otorgó en edad muy temprana, bajo el magisterio egregio de su entrañable maestro Jesús Pabón (1902-76) y el del también muy altamente apreciado Ciriaco Pérez-Bustamante, un sobresaliente conocimiento del ser histórico español en su configuración moderna y contemporánea.…  Seguir leyendo »

Concluida ya definitivamente la presencia pública del reinado de Juan Carlos I con sus sombras y luces (que el lector distribuirá según su leal saber y entender) y otorgando muy plausiblemente un largo recorrido aún al de Felipe VI antes de ser heredado por su hija Doña Leonor, semeja muy oportuno adentrarse en la historia a fin de conocer con la mayor y difícil verosimilitud quién ha sido el monarca español más adornado de virtudes y aciertos en el ejercicio de su ardua función.

En el discurso preliminar a la obra en su estilo más reputada hasta el presente: ‘Historia general de España’, su célebre autor, el ardido liberal leonés don Modesto Lafuente, sentenció hace casi dos siglos: «El reinado de los Reyes Católicos, todo español y el más glorioso que ha tenido España, es la transición de la Edad Media que se disuelve a la Edad Moderna que se inaugura» (Madrid, 1850, p.…  Seguir leyendo »

Salvo dos breves periodos republicanos y otro asaz más prolongado dictatorial, la historia de España está ahormada en la forja monárquica desde los comienzos mismos de su identidad. Con excepción del británico, no hay en los anales de Clío en su proyección en el Viejo Continente un ejemplo semejante de continuidad y permanencia de la institución real.

Tampoco lo hay, sin embargo, respecto a la notable presencia del exilio en el devenir de las diferentes dinastías que encarnaron el régimen monárquico en los de los pueblos europeos cuyo pasado discurrió por sus roderas. En un país de, en otros tiempos, arraigadas convicciones monárquicas como Francia, solo dos soberanos, Carlos X (1824-30) y Luis Felipe (1830-48) vieron extinguirse sus vidas en el destierro.…  Seguir leyendo »

Todo el saber que se halla quintaesenciado en el mensaje humanístico del concepto ciceroniano y cervantino de la Historia esplende en un texto del que en este estío se cumplen los ochenta años de su publicación. Escrito prepostrimero del cardenal Isidro Gomá (1869-1940), muerto en Madrid justo un año después de su redacción, es un documento a todas luces de singular acuidad y límpido patriotismo. Dado a la imprenta, como se decía, en los postreros años de la fecunda biografía de su autor, uno de los cuatro primados toledanos provenientes en el siglo XX por nascencia o cargo en el solar del Principado, recobra en la atosigante actualidad española la fuerza y trascendencia de su aparición en agosto de 1939.…  Seguir leyendo »

La uniformidad extendida como clave y constante de la evolución sociopolítica de las naciones occidentales determina que, en la actualidad, sea en su ámbito cultural donde residan las causas de su desarrollo y diferencias. En los países de la Unión Europea la distinción en la andadura de su economía descansa así en unos dígitos más o menos, ya que está controlada por los eurócratas brusolenses y sus temidos «hombres de negro». No otra cosa ocurre en el campo de las relaciones laborales o en la regulación de las actividades financieras y fiscales. Allí donde no llega su dominio es el terreno en el que cabe toparnos con la presencia de las añoradas peculiaridades de la, en otros tiempos, muy rica, inmensamente variada y abrillantada civilización del viejo continente.…  Seguir leyendo »

En la andadura novecentista de la cultura española hay dos etapas con singular refulgencia: la del decenio de los felices veinte y la de la ‘década prodigiosa’. Ambas se contextualizan en sendos periodos dictatoriales, al desplegarse la primera en el también llamado ‘Septenio primorriverista”, y la segunda en la fase postrera de la dictadura, en la igualmente conocida como tardofranquismo. Tan a primera vista contradictorio fenómeno no ofrece, según es bien sabido, nada de sorprendente. Dejando a un lado la antigüedad augústea, en la que, conforme a la muy autorizada opinión de Séneca de, fases áureas de la marcha de las letras, las artes y las ciencias de las principales naciones del Viejo Continente, parteras por excelencia de las grandes civilizaciones a lo largo de su fecundo caminar por la historia, se englobaron o coincidieron con poderes o reinados altamente autoritarios, a la manera, entre otros, de Felipe II, Isabel I, Luis XIV o Nicolás I.…  Seguir leyendo »

A un siglo de distancia de su muerte, el mayor novelista español después de Cervantes, conforme el juicio casi unánime de la crítica, se nos revela nuestro contemporáneo. Cuando, proveniente de los cuadrantes más alertados al progreso de su esquiva disciplina, el contemporaneísta llega al mundo del autor de Doña Perfecta, una bocanada de humanidad palpitante remece su ánimo, enfrentándolo con el verdadero sujeto de su estudio. La España del siglo XIX está ahí, en la inmensa enciclopedia -geografía antropología, estasiología, polemología…- que de ella escribiera don Benito. Todas las conquistas de Clío en el escudriñamiento de sus vetas más obscuras y en el análisis de algunas de sus claves interpretativas -patriotismo constitucional, revolución burguesa, pretorianismo, emergencia capitalista, urbanización- se refractan en el cuadro lleno de plasticidad, que de ella pintara el escritor grancanario.…  Seguir leyendo »

Acaba de fallecer en Salamanca el insigne historiador jesuita y gloria intelectual de España el P. Manuel Revuelta González. En puridad, su desaparición real tuvo lugar hace unos meses, cuando, aquejado de una mortal dolencia cardíaca, marchó a su querida ciudad del Tormes para aguardar con fe y esperanza la inminente llegada de la Parca. Horas antes del abandono de su amado Madrid, en la muy grata compañía de Francisco José Fernández de la Cigoña, conocedor insuperable de todos los caminos contemporáneos de la Compañía en su Asistencia de España, el articulista le hizo su última visita en su residencia en la capital de la nación, después de la cual emborronaría los siguientes renglones.…  Seguir leyendo »

Con suma probabilidad, más del 90 por ciento de los licenciados de los últimos cuarenta años por las numerosas y prolíficas facultades de Geografía e Historia no se han enriquecido con la lectura de uno de los libros de quien fuera muy posiblemente el más eximio de los contemporaneístas españoles de la centuria pasada: el sevillano, con hondas raíces cordobesas, Jesús Pabón y Suárez de Urbina (1902-76).

Muy poco inclinado a dar a la imprenta artículos o trabajos en obras colectivas para concentrar sus esfuerzos en monografías por lo común de amplio fuste, recogió en el volumen «Días de ayer. Historias e historiadores contemporáneos» (Barcelona, 1963) la mayor parte de su opera minora, integradas, no obstante, por estudios de sobresaliente valía y un incalculable alcance historiográfico.…  Seguir leyendo »

A tono con el carácter paradójico que, según muchos definidores del ser histórico español informa numerosas de sus manifestaciones, la trascendencia de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) en la actualidad es más resaltada por sus adversarios que por sus simpatizantes. Así, de forma insistente circula por editoriales y crónicas periodísticas la tesis de encontrarnos a la fecha con una verdadera resurrección del partido conservador más nutrido de militantes que ninguna otra formación de su misma articulación e ideario registrada en los anales de nuestra historia. El meteórico ascenso de Ciudadanos y la coriácea resistencia al declive por todas partes anunciado de la derecha tradicional entrañan, conforme a plumas de índole progresista, la inminente aparición de un movimiento de configuración muy semejante al que protagonizase la CEDA en los días conturbados de la Segunda República.…  Seguir leyendo »

Actualidad del partido radical

Semanas antes de la última elección presidencial francesa, un joven profesor de Historia Contemporánea -hoy ya recién y brillante catedrático de la misma y muy difícil disciplina- intentaba disipar la incertidumbre del articulista frente a la suerte del Partido Socialista francés en dichos comicios con un rotundo pronóstico: «Este partido es mucho partido…». Un gran estudioso del pasado -también galo...- afirmó con ingenio y razón irrebatibles que «los historiadores acostumbran a ser los mejores arúspices del pretérito...».

Y, en efecto así es, con refrendo cuotidiano de la perspicaz frase. Lo que aventuraban ya a comienzos de 2018 avezados comentaristas y glosadores de la crónica política del país vecino acerca de una andadura desmayada e incluso anémica de la gran formación, revitalizada en 1971 por el singular talento político del antiguo ministro radical de los estertores de la IV República François Mitterrand (1916-1996), se vio por entero ratificado con los sufragios para El Elíseo que alzaron sobre el pavés del triunfador a su huésped presente E.…  Seguir leyendo »

Semanas antes de la última elección presidencial francesa, un joven profesor de Historia Contemporánea –hoy ya recién y brillante catedrático de la misma y muy difícil disciplina– intentaba disipar la incertidumbre del articulista frente a la suerte del Partido Socialista Francés en dichos comicios con un rotundo pronóstico: «Este partido es mucho partido». Un gran estudioso del pasado –también galo– afirmó con ingenio y razón irrebatibles que «los historiadores acostumbran a ser los mejores arúspices del pretérito».

Y en efecto así es, con refrendo cotidiano de la perspicaz frase. Lo que aventuraban ya a comienzos del 2018 avezados comentaristas y glosadores de la crónica política del país vecino acerca de una andadura desmayada e incluso anémica de la gran formación, revitalizada en 1971 por el singular talento político del antiguo ministro radical de los estertores de la IV República François Mitterrand (1916-96), se vio por entero ratificado con los sufragios para El Elíseo que alzaron sobre el pavés del triunfador a su huésped presente, Macron.…  Seguir leyendo »

El descuido y desatención de los españoles por su historia y la consiguiente y bien lógica preterición por los extranjeros determinan fenómenos tan sorprendentes como el que D. J. Mª Gil Robles (1898-1980) no conste nunca en manuales y tratados entre los líderes que en la España del s. XX dirigieron grandes partidos por el número de sus afiliados y calidad de su organización y funcionamiento de signo democrático. Con sobrada razón, Alcides de Gasperi, Konrad Adenauer, Helmut Kohl, Guy Mollet destacan siempre en los libros sobre nuestro próximo pasado como personalidades de primera magnitud –«figuras de proa», en la sugestiva clasificación del gran orientalista francés R.…  Seguir leyendo »

La de Navarra de la «década prodigiosa». Recién fundada al inaugurarse el afamado decenio de la centuria pasada, el Alma Mater iruñesa, rectorada por el Opus Dei, estaba integrada por un elenco de, en conjunto, excelentes profesores –profesoras las había también, pero en pequeño número, compensado, en parte, por su generalizada excelencia– provenientes en elevada cifra de otros centros superiores del país. Extraídos de los prestigiosos cuadros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas así como de los de otras Universidades, catedráticos tales como el insigne edafólogo y primer rector de la Universidad José María Albareda; Juan Jiménez Vargas o Eduardo Ortiz de Landázuri en Medicina; Francisco Sánchez Rebullida, Jorge Carreras, Pedro Lombardía, Alvaro D´ Ors, en la Facultad de Derecho; Antonio Fontán Pérez, Federico Suárez Verdeguer, Manuel Ferrer Regales, Alfredo Floristán, en F.…  Seguir leyendo »

Muy probablemente, el ferrolano José Luis Comellas es uno de los más grandes historiadores españoles de la última media centuria, así como uno de los universitarios de corpus intelectual más denso y trabado del mismo periodo: musicólogo, geógrafo, astrónomo… Cursando ya la difícil asignatura de los noventa años en la Sevilla de la más profunda y recatada querencia, en ella se encuentra a pie de obra, con libros encetados o camino de la imprenta del más subido interés científico y, a menudo, también humanístico. Siempre resulta así oportuno –y obligado…– tributarle el aplauso más sincero por su permanente contribución al acervo cultural hispano, de sólito en forma bibliográfica, entre todas, tal vez la más sólida y ardua.…  Seguir leyendo »

Una de las pruebas o expresiones más irrefutables de la crisis de una sociedad es su desacierto en la elección de los personajes y episodios de la historia de su pueblo que merecen ser recordados. La pietas filial, tan encarecida por los romanos en su concepción de la identidad patria, estaba aún si cabe más peraltada en su ideal de convivencia y fundamentos de la comunidad. De ordinario, la España actual se encuentra en los antípodas de la idea y el pensamiento de los antiguos habitantes del Lacio, tal vez el pueblo que haya llevado con más dignidad el aplastante peso de la púrpura.…  Seguir leyendo »

Una Institución como la castrense da, naturalmente, mucho que hablar y suscita inagotables comentarios en el país de las paradojas, donde dos y dos no son cuatro: Wellington dixit (1811). Una nación forjada en gran parte en el yunque de la guerra, de idiosincrasia más profunda identificada numerosas veces, desde tiempo de los romanos, con la bélica, y cuya nómina de soldados-gobernantes es la más extensa de Europa, descubre en su trayectoria histórica la ausencia casi total de un clima y una configuración militaristas. Por descontado que el «culto al soldado» ha existido en los anales de su contemporaneidad, pero en proporción significativamente menor que en Francia o Alemania.…  Seguir leyendo »