
La Iglesia y el abuso de menores
Ferrer Molina: No es pecado. Es delito.
Parece consustancial a toda organización ponerse a la defensiva cuando se señala a alguno de sus miembros. Es una reacción instintiva. Primitiva. Casi tribal. Los partidos políticos nos proporcionan ejemplos a diario. Impugnar una parte se interpreta, desde dentro, como una agresión al conjunto, como una amenaza a la estructura. En el caso de la Iglesia, ese rasgo se acentúa. Lleva grabada en sus genes las catacumbas y el martirio. La persecución, en una palabra. Por eso se ha inclinado, históricamente, a ocultar con celo sus problemas y a tratar de superarlos en la sombra.… Seguir leyendo »