José Torné-Dombidau y Jiménez

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Es sintomático y no suele fallar. Cuando un representante del Poder Ejecutivo -en concreto el presidente del Gobierno- mantiene una difícil y tensa relación con el Poder Judicial (y la Administración de Justicia) palidece el Estado de derecho, se degrada el sistema democrático, y el debido equilibrio y respeto entre los poderes del Estado, en que consiste la democracia, desaparece, enturbiándose y dislocándose las relaciones interinstitucionales. En este sentido, podemos decir que la democracia evoluciona hacia un régimen personalista, hacia una autocracia, en la que ejerce su predominio un poder del Estado, el Poder Ejecutivo, con sumisión de los otros poderes, como son el Poder Legislativo, representado por el Parlamento, y el Poder Judicial, encarnado en jueces y magistrados.…  Seguir leyendo »

Varias veces he abordado el estudio y consideración del fenómeno político personificado en Pedro Sánchez y su derivado, el sanchismo; y ello no porque el citado dirigente radical de izquierda populista sea una figura señera que merezca abrir un capítulo o entrada de un tomo de ciencia política novedosa, sino por las excentricidades, riesgos, piruetas y atrevimientos múltiples del aludido político, cosas que, en conjunto, corroen, diluyen, desmantelan o arruinan los principios inmutables del Estado democrático de derecho, el que estaba vigente en España –con alguna fatiga de materiales– en la primavera del 2018.

Sin embargo, la lectura, en los últimos días, de una muy interesante recensión («A propósito del libro de Ernst Fraenkel, El Estado dual.…  Seguir leyendo »

A la vista de las medidas, pactos y alianzas que el actual habitante de la Moncloa está poniendo en marcha desde que tomó posesión de la presidencia del Gobierno (excepto la breve e inconcebible interinidad de cinco días de abril, hecho del que me atrevo a decir que no se encuentra fácil precedente en los anales gubernamentales), podríamos llegar a afirmar que ni los gobernantes y políticos españoles contemporáneos, ni siquiera los españolitos de a pie, hemos aprendido la lección que impartieron trágicos acontecimientos de la centuria pasada.

En efecto, ni el colapso rebuscado de la Monarquía alfonsina, que dio paso a una caótica e insostenible República, ni la durísima experiencia de una cruel guerra civil, ni el sufrimiento de un larguísimo régimen autoritario (Juan J.…  Seguir leyendo »

Al cabo de cuarenta y cinco años de democracia mal entendida (tanto, que algunos llegan a sostener, con necia satisfacción, con vana presunción, que «en España cualquiera puede ser ministro», irrefutable prueba de la degradación de nuestro sistema político), no debería sorprendernos, ni merecer tribuna de opinión alguna, la atrevida afirmación hecha semanas atrás por la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, y Portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, del PSOE.

La declaración de la aludida Ministra, que reproduzco más adelante, nos reafirma en la convicción –extendida y no exenta de razón– de que la clase política de los últimos años ha retrocedido notablemente en su preparación para la gestión pública.…  Seguir leyendo »

Entre los muchos daños que la práctica gubernamental de Pedro Sánchez está ocasionando a la institucionalidad y vida de los españoles figura, de manera relevante, los que está causando a la enseñanza del Derecho en las Universidades.

Cada día, desde hace ya más de cinco años –¡el tiempo que duró la Segunda República!–, no sabemos a ciencia cierta con qué propósito, podemos afirmar que Pedro Sánchez y sus socios (aliados antiespañoles, así pueden calificarse) llevan a cabo una constante y no explicitada demolición del orden constitucional vigente.

En la bibliografía jurídica de los últimos cuarenta años, el orden constitucional español era tenido –por juristas de reconocido prestigio– como el de un Estado democrático de derecho pleno, liberal, garantista y homologable, si no más, al resto de los países de la Unión Europea.…  Seguir leyendo »

Si nuestra democracia transitara por el reino de lo racional y se atuviera a parámetros normales, no cabría hacer esa impertinente pregunta. Sin embargo, los apuros parlamentarios de un presidente en funciones que, a toda costa, desea continuar en el cargo, lleva a los ciudadanos a enfrentarse con esta vidriosa cuestión, extraña a un Estado democrático de derecho.

La pregunta, por tanto, viene determinada por dos órdenes de razones, ambas, en mi opinión, ni legítimas ni admisibles en el marco de un régimen democrático regido por una Ley fundamental como la de 1978, tan garantista y protectora de las libertades. Así, por una parte, la amnistía viene exigida en grado de chantaje, de mercadeo, por un partido político separatista catalán cuyo máximo líder se encuentra huido de la Justicia, individuo que se sabe poseedor de siete votos que precisa el titular en funciones de la presidencia del Gobierno para proseguir al frente de la XVª Legislatura.…  Seguir leyendo »

Hace ochenta años que apareció un famoso libro del hispanista Gerald Brenan. A esa criatura literaria, el autor le puso el nombre que mejor podía reflejar los acontecimientos políticos y sociales españoles del primer tercio del siglo XX y de la dolorosa Guerra Civil que estalló en 1936: «The Spanish labyrinth» (1943).

Los españoles de mi generación, la generación de la Transición, hemos creído hasta hoy que habíamos aprendido el triste balance que ocasionan los desencuentros ideológicos y políticos cuando se producen en el solar hispánico. También hemos confiado en que la magna operación político-constitucional de finales de la década de los setenta, de pasar de una dictadura a una democracia fundando una Monarquía parlamentaria y un loable -y loado- sistema de libertades y garantías, constituiría un «nunca más», un seguro que evitaría caer en los pecados capitales que el español comete en política: incultura, intolerancia, sectarismo y negación del interés general.…  Seguir leyendo »

Las inesperadas elecciones generales del 23-J han arrojado un resultado desconcertante y creo que insatisfactorio para gran parte del cuerpo electoral español.

Una de las primeras y amargas enseñanzas que han proporcionado las urnas –a cuarenta grados a la sombra– ha sido que eso que se ha dado en llamar políticamente el sanchismo no ha sido censurado ni castigado por el pueblo español. No ha recibido apenas correctivo alguno. Recordemos someramente: polarización, memorialismo antidemocrático, populismo, comunismo, ataque y desprecio al Estado de derecho y a la separación de poderes, baja calidad legislativa, ocupación gubernamental de órganos de control, apoderamiento del Poder Judicial y del TC, intrusismo legislativo a través del Decreto-Ley, falta de respeto a los ciudadanos, a la ética y a la moral («busco votos debajo de las piedras»), burla a la Historia, desprecio y ridiculización de personas por su ideología (sectarismo), ideología y no Administración (caudillismo), pésimas políticas y alianzas con la anti-España, cercenamiento de libertades (‘Procedimiento de actuación contra la desinformación’, Orden 1030/2020), y un largo etcétera.…  Seguir leyendo »

Si los estudios de demoscopia electoral aciertan con los resultados de los próximos comicios del 23-J, es esperable –y hasta deseable– que se pueda constituir un Gobierno de ideología y políticas diferentes a las que ha practicado el llamado sanchismo desde mediados de 2018.

El sanchismo ha supuesto poner al Estado –y a sus instituciones– al servicio exclusivo de un atroz personalismo. Ha supuesto situar los poderes públicos al nivel de una infame confusión autocrática, a los pies de los dictados de un sujeto narcisista, ambicioso, autoritario, ayuno de moral y enemistado con la verdad, fenómeno este último que el aludido individuo llama, sin perturbarse, «cambio de opinión o de posición ideológica», cuando es, simple y directamente, mentir.…  Seguir leyendo »

Constituye un argumento manido, por su frecuente y reiterado uso, que la democracia es el régimen de la legítima confrontación de ideas y proyectos; que sociedad democrática es aquella en la que se puede y se debe discrepar; que esa es la naturaleza de un sistema democrático, lo consustancial a una sociedad abierta y libre. De acuerdo, absolutamente.

Sin embargo, cualquier ciudadano que observe la actual hora política española, por mucho que quiera mantener calmo el ánimo, no puede dejar de sentir desasosiego ante la profusión de posiciones políticas, de sus increíbles y disparatadas diatribas y la fragmentación del escenario partidista, circunstancia ésta que lo acerca al particularismo, aquel mal de nuestra política del primer tercio del siglo XX que el insigne filósofo don José Ortega y Gasset oportunamente denunció.…  Seguir leyendo »

Apenas introducida la última papeleta en la urna de los comicios del 28-M, Pedro Sánchez, tal como adoptó la decisión personal y unilateral sobre el Sáhara, ha decidido convocar elecciones generales para el 23-J, en plena canícula, y, tal vez, aprovechando esa circunstancia térmica.

Los resultados de la última convocatoria han testimoniado, sin ambages, una enmienda total al anómalo fenómeno político del 'sanchismo', magna aportación a la Historia de España. Una gran mayoría de españoles ha expresado democráticamente una clara repugnancia al mismo por su talante autoritario y soberbio, a sus políticas sectarias y perjudiciales, en un balance ganado a pulso por el pueblo español.…  Seguir leyendo »

Puesto que lo padecemos, acerquémonos a su descripción como fenómeno político, incluso a su concepto, cual se tratara de una entrada de un diccionario de ciencia política. Algún tratadista clásico aconsejaría aproximarnos al fenómeno para descubrir su esencia e idiosincrasia.

De partida, una cosa es clara: quien encarna y da vida a la fenomenología sanchista, Pedro Sánchez, carece de lo que pudiera llamarse ideología, ese marco mental susceptible de dar origen a un movimiento político o social; que pudiera, incluso, fundar una doctrina en el terreno de las ideas políticas.

La figura de Pedro Sánchez es poliédrica: no encaja en una tipología o marca política de las reconocidas por la literatura científica de la especialidad.…  Seguir leyendo »

Malos tiempos corren para el Derecho. Y peores cuando los ataques provienen de quienes están especialmente obligados, por la ética y por la ley, a respetarlo. Desde hace décadas viene hablándose por los juristas de una crisis del Derecho, crisis que empeora cuando determinados gobernantes y servidores de la ley le dan la espalda a ésta, la retuercen, la manipulan y, en definitiva, la prostituyen.

Esa crisis del Derecho incide en la actualidad con inusitada virulencia sobre los ciudadanos del primer cuarto de la presente centuria. La singularidad reside en que las agresiones a los principios, reglas y valores jurídicos provienen de los integrantes de una coalición gubernamental que logra una mayoría parlamentaria a fuer de sumar formaciones hostiles y depredadoras de la nación española.…  Seguir leyendo »

Muchas cosas que rodean a este Gobierno, empezando por su génesis y funcionamiento, son un sinsentido. Ahora, merced al acuerdo alcanzado por los integrantes de la coalición gubernamental con Bildu y ERC, partidos separatistas, y el primero de ellos heredero de una organización terrorista, se va a dar vida a una ley sobre vivienda. Una norma que en verdad instaura un descarado –y perjudicial– intervencionismo sobre el alquiler de la misma, en lo que se han afanado, desde hace lustros, activistas y agitadores de la extrema izquierda con líderes como la inefable Ada Colau, ejemplo de disparate político al frente de una importante Administración municipal.…  Seguir leyendo »

Llevamos semanas en campaña electoral. Primeramente vienen los comicios locales y autonómicos; después, las elecciones generales para elegir al inquilino de la Moncloa. En este trance, el funcionamiento mejorable de nuestra democracia hace que los partidos políticos y sus líderes estén dedicados a sus estrategias electorales más que a satisfacer el interés general.

Para alcanzar el Gobierno, Pedro Sánchez utilizó no la vía electoral sino una moción de censura. Como no le daban los números, a sus insuficientes diputados sumó todo aquel que encontró disponible en los pagos de la ultraizquierda y el populismo: podemitas, comunistas, exetarras, separatistas catalanes y nacionalistas desleales.…  Seguir leyendo »

He sostenido en otro medio que la presentación como candidato a presidente del Gobierno del veterano y prestigioso economista e historiador, el profesor Ramón Tamames, a instancia de una formación política aparentemente en las antípodas ideológicas del ilustre catedrático, representa una iniciativa, en cierto modo, valiente e innovadora, un revulsivo en plena hora turbulenta de la política española.

De la sorprendente presencia del profesor Tamames en el Congreso de los Diputados se pueden extraer varias conclusiones y hacer algunas reflexiones tras escuchar las numerosas (y atropelladas) intervenciones parlamentarias que se han sucedido en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, sede de la representación de la soberanía nacional y no sede de dicha soberanía, como incorrectamente oímos con harta frecuencia.…  Seguir leyendo »

Entre los tratadistas de Derecho Público es común la opinión según la cual las Constituciones políticas han de ser actualizadas y reformadas cada cierto tiempo si no se quiere verlas convertidas en un documento solemne pero poco útil o inservible para la sociedad a la que pretenden ordenar y aplicarse.

También se sabe que en los países de mayor raigambre democrática, como Estado Unidos, Alemania, Francia o Italia, la reforma de la Constitución se hace con la frecuencia que requiere su adaptación a las nuevas realidades socio-políticas o económicas, para lo cual, las diferentes fuerzas políticas llegan a acuerdos y culminan, sin dramatismos añadidos, la reforma y puesta al día del texto constitucional en vigor.…  Seguir leyendo »

Se va cumpliendo el plan. Una vez culminada la colonización del Tribunal Constitucional (TC) y estando en curso la de la Universidad pública, que, de triunfar, convertiría la naturaleza de centro de enseñanza e investigación científica del alma mater en un órgano político, un buen autócrata –y Sánchez lo es– no puede olvidar otra institución del Estado, imprescindible herramienta de cualquier Gobierno, cual es la función pública, la burocracia, en el concepto de Max Weber.

En efecto, el presidente es consciente de la importancia de contar con empleados públicos –dóciles y sumisos– a las órdenes del Gobierno, superior jerárquico de aquéllos.…  Seguir leyendo »

Por su discutida conformación histórica, de la que son exponentes magistrales las tesis de los académicos Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz, y por no haber asumido España a su tiempo, con el vigor necesario, el concepto liberal de nación, nuestro país adolece de un frágil e inestable equilibrio desde la perspectiva territorial. Ortega y Gasset acertó a calificarlo como problema, y es –todavía– el de una España invertebrada, desarticulada. Y así seguimos.

Sea como fuere, el caso es que, desde finales del siglo XIX, se despierta en algunas provincias o regiones españolas con lengua vernácula el deseo de diferenciarse de las demás y de distanciarse del Estado.…  Seguir leyendo »

Como es sabido, los padres de la Constitución de 1978 determinaron en su día que España se constituiría en un Estado social y democrático de derecho, último estadio evolutivo del Estado de derecho.

Para que un Estado pueda recibir el calificativo de Estado de derecho es menester que concurran estas exigencias: a) que el derecho sea un límite de la actuación de los poderes públicos; b) que éstos asuman responsabilidad cuando su actuación no sea ajustada a derecho; c) que el derecho tenga su origen legitimador en la voluntad del pueblo a través de sus representantes; d) que el derecho reconozca y garantice los derechos y libertades de los ciudadanos; e) que el poder político se distribuya entre diversos órganos (separación de poderes); y que se arbitren mecanismos que garanticen la exigencia de responsabilidad, tanto política como jurídica, de los poderes públicos (A.…  Seguir leyendo »