José Torné-Dombidau y Jiménez (Continuación)

La formación Podemos tiene en la ministra de Igualdad, Irene Montero (cuya elección para tan alto cargo hay que agradecer a Pedro Sánchez), la figura política en la que se puede personificar la brillante contribución de este partido –antisistema y radicalpopulista– a la construcción y perfeccionamiento del Estado de derecho en el marco de la Constitución avanzada de 1978.

No siendo ella jurista, podemos glosar algunas de sus más destacadas aportaciones legislativas que vienen a emular viejas glorias del Derecho de otras épocas.

En efecto, y sin perdernos en la noche de los tiempos, la Restauración tuvo la fortuna de contar con el ilustre jurista Manuel Alonso Martínez, de cuya ciencia se benefició la Constitución de 1876 y nuestro veterano Código Civil.…  Seguir leyendo »

El Estado de Derecho, modelo implantado plenamente por la Constitución de 1978 (CE), requiere para su existencia que las funciones del Poder público estén distribuidas en los tres clásicos poderes del Estado, separados e interdependientes: Poder Ejecutivo o Gobierno, Poder Legislativo (Cortes Generales) y Poder Judicial. Es doctrina asentada, cuyo origen jurídico-positivo radica en la Revolución Francesa de 1789 y en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del mismo año, cimientos del constitucionalismo moderno.

Los revolucionarios franceses hicieron triunfar el principio teórico de separación de poderes -expuesto por el barón de Montesquieu- movidos por el objetivo esencial de evitar el ejercicio tiránico del poder y preservar los derechos y libertades de los ciudadanos.…  Seguir leyendo »

En mi opinión, desde sus inicios, la presidencia del socialista Pedro Sánchez ofrece numerosos e indudables casos de acuerdos –políticos y económicos– con rasgos que, inquietantemente, hacen encajar su estilo y obra de gobernanza en lo que los científicos de la política llaman cesarismo. Es decir, la personalización del poder (Voz «Dictadura», Diccionario de Política, Bobbio y Matteucci, Siglo XXI, 1982).

El sanchismo se ve retratado –como una forma de gobierno emparentada con lo que la teoría política llama dictadura moderna– cuando encontramos en la obra citada la siguiente afirmación: «La dictadura moderna no está autorizada por reglas constitucionales: se instaura de facto o de todas maneras trastorna el orden político preexistente.…  Seguir leyendo »

Desde los primeros tanteos de Pedro Sánchez para formar Gobierno con partidos situados a su izquierda –Podemos e IU–, cualquier observador de la política doméstica que fuera un templado conocedor de nuestro sistema constitucional, en particular del concepto del Estado social y democrático de Derecho, podía intuir que, en su devenir, este insólito y poco recomendable experimento no podría dar buenos resultados para la gobernanza y la posición de los ciudadanos. Sin embargo, la obstinación, el empecinamiento del líder socialista, forzó el alumbramiento de una criatura política que podemos calificar, en estricta justicia, de engendro. Es decir, una criatura política mal concebida ab initio.…  Seguir leyendo »

Hoy es un concepto pacífico que la Constitución, norma jurídico-positiva y fundamento de los poderes del Estado, surge del titular del poder constituyente que, en la actualidad, y para el caso español de 1978, sólo puede ser el pueblo: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado» (1.2 CE). Esta es, en síntesis, la concepción actual del poder constituyente, como enseña el profesor Óscar Alzaga (Derecho político español según la Constitución de 1978, tomo I, pág. 91 y ss., Ramón Areces, S.A., 1997).

De otro lado, hoy por hoy, es obvio que sólo el principio democrático determina la titularidad del poder constituyente –el pueblo–, pues sólo tal principio legitima el sistema político actual, principio que, sin embargo, puede encontrarse matizado en nuestros días «por la propia presencia del principio representativo» (A.…  Seguir leyendo »

Con la expresión que encabeza y da título a la presente tribuna de opinión, nuestro máximo filósofo del siglo XX, José Ortega y Gasset, terminaba uno de sus más sonados artículos bajo el muy significativo rótulo de El error Berenguer, alusivo a la decisión desacertada de nombrar a un militar continuista al frente del Gobierno cuando lo urgente era volver a la Constitución y llamar a urnas constituyentes. El error Berenguer prolongaba la agonía de una Monarquía constitucional víctima de profundos sobresaltos y cambios político sociales que llevaron a exclamar al ilustre autor «¡Delenda est Monarchia!».

Mutatis mutandis, hoy los españoles comenzamos a tener consciencia de que atravesamos otra hora de crisis política, tan grave e inquietante como la que Ortega vislumbraba hace casi cien años en su aludido y premonitorio escrito que vio la luz en El Sol el 15 de noviembre de 1930.…  Seguir leyendo »

ocas instituciones y mecanismos del Estado permanecen hoy sin que Pedro Sánchez los haya manipulado, debilitado o desmontado desde que logró formar su anómalo Gobierno. Las pruebas de la degradación y de las agresiones del sanchismo sufridas por las instituciones y organismos del Estado son incontables.

Así, la sobreactuada moción de censura que le llevó a la Moncloa con la mala compañía de un Frankenstein político; la inclusión de Iglesias en el control del CNI; el nombramiento de una ministra socialista para FGE; el abuso de los decretos leyes; la inconstitucionalidad de los dos estados de alarma; el vaciamiento de competencias del CGPJ con mandato caducado; la creación de una comisión gubernativa para 'descubrir' noticias falsas sin intervención judicial; la «Mesa de diálogo» con los separatistas… hasta llegar al actual escándalo del llamado «Catalangate», es todo un rosario de despropósitos.…  Seguir leyendo »