Juan Antonio Lascuraín

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de octubre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

Nos honran los límites penales

Nuestra Constitución democrática se asienta sobre determinados valores y entre ellos está, claro, el de la dignidad de todas las personas, “fundamento del orden político y de la paz social” (art. 10.1). Porque todos somos dignos e igualmente dignos entre todos decidimos por igual cómo nos organizamos. Es esa dignidad la que nos lleva a prohibir las penas inhumanas o degradantes y a prohibirlas sin excepción: “en ningún caso” se podrán imponer, remarca la Ley Fundamental (art. 15). Tampoco a los peores criminales como respuesta a sus crímenes horrendos, como lo fueron los de ETA. Por razones éticas de principio no nos permitimos la pena de muerte, ni las penas corporales, ni la cadena perpetua, ni las penas contra los familiares de los asesinos, por eficaces que pudieran ser cualquiera de estas medidas para prevenir los delitos.…  Seguir leyendo »

Puigdemont no puede venir a España sin temor a ser detenido porque el Tribunal Supremo entiende que la malversación que se le imputa no es amnistiable. Esta interpretación de la Ley de Amnistía resulta muy alambicada, y por ello discutible, si la afeitamos con la famosa navaja de Ockham, tan útil para el Derecho, que señala que normalmente la solución más simple a un problema es la mejor. Recuerden que el preámbulo de la ley afirma la voluntad de que no se castiguen las malversaciones «en que los fondos públicos se destinaron a la preparación, realización y consecuencias de las consultas del 9 de noviembre de 2014 y el referéndum del 1 de octubre de 2017, así como los que se destinaron a reivindicar, promover o procurar la independencia de Cataluña».…  Seguir leyendo »

Mal negocio esta amnistía

Le preguntaron a Michel Foucault en 1977 si la revolución era posible. Habían pasado unos pocos y desilusionantes años desde mayo del 68 y la Unión Soviética estaba en su apogeo. El filósofo corrigió al periodista: la cuestión era si la revolución era deseable. Algo parecido sucede con la Ley de Amnistía que ahora se propone. Nos hemos embarrado en la respuesta a su posibilidad, a su constitucionalidad, y hemos debatido poco sobre su oportunidad, sobre si su aprobación nos hará mejores como sociedad.

El pecado no es solo de omisión, sino que lo es sobre todo de confusión, de fraude de respuestas.…  Seguir leyendo »

Si usted va paseando por la calle y le llega desde una ventana el murmullo monótono e incesante de quien memoriza un texto, seguramente bordea una madrasa, o una escuela judía en clase de Torá, o la casa de un juez español escuchando el canto del opositor al que prepara. “Cantar” es recitar atropelladamente y sin fallo alguno el texto de las leyes; “opositar” es estar en torno a cinco años realizando tal labor para luego someterla competitivamente al examen de un tribunal; “preparar” es garantizar la disciplina de la candidata o candidato y ayudarla a superar los inevitables momentos de depresión que comportan la incertidumbre y el sinsentido último de su esfuerzo.…  Seguir leyendo »

Malos tiempos para la lírica penal

No sé si estoy aún a tiempo de hacer un balance del 2023 y menos sobre un tema tan poco sexi como el derecho penal. Pero como la regulación de los delitos y sus penas ha abrumado a la opinión pública en los últimos meses -la palabra del año no fue en realidad polarización sino amnistía-, no me parecía mal preguntarme si se han hecho bien las cosas penalmente. Hacer bien las cosas en materia tan sombría como el crimen y la cárcel es proteger eficazmente a la sociedad y hacerlo, además, decentemente. Por poner un ejemplo que nos preocupa: proteger la libertad sexual de las personas, y singularmente la de las mujeres en cuanto más amenazada, sin necesidad de recurrir a la castración como castigo.…  Seguir leyendo »

Si el beso más famoso desde Klimt constituyó una agresión sexual y si fue abusivamente impuesto por un superior, a Luis Rubiales le podría caer una pena de dos a ocho años de prisión (artículo 180.1.5 del Código Penal); más pena que si, enojado por el fallo del penalti, le hubiera cortado un dedo del pie a Jenni Hermoso (de tres a seis años, según el artículo 150). Si alguien impone a su esposa con violencia una relación sexual con penetración, será castigado con una pena de prisión de 12 a 15 años (artículo 180.1.4), casi lo mismo que si, debido a la negativa de esta a mantener relaciones sexuales, se inicia una pelea en la que el brutal marido termina intencionadamente con la vida de ella (artículo 138: homicidio doloso agravado por parentesco o por razones de género: de 12 años y 6 meses a 15 años).…  Seguir leyendo »

Jueces en Berlín

Disculpen si resulta cansino recordar el abecé del Estado democrático y de Derecho, basado en que todos los ciudadanos somos decisores, libres e iguales. Unos, que son elegidos por todos, hacen las leyes, y las hacen iguales para todos. Otros, los jueces, que procuramos que sean sabios e independientes, aplican esas leyes y lo han de hacer también igualitariamente: sin separarse de ellas y sin distingos en función de las personas a las que se aplican, sean Agamenón o su porquero. Si el juez se pasa, si actúa arbitrariamente (al margen de la ley) o parcialmente (por simpatía o antipatía con las partes del conflicto que tiene que resolver, o velando por intereses propios), hemos diseñado recursos para que reconsidere su decisión o para que esta sea revisada por otros jueces de rango superior.…  Seguir leyendo »

¿Amnistía? Sí, pero no

La palabra amnistía me evoca mi adolescencia en un país ilusionado: "¡Amnistía y libertad!". Años después, ya en la Facultad de Derecho, el recuerdo es de un debate tan interesante -pensábamos entonces- como solo académico, estéril en la práctica: ¿cabe la amnistía en la Constitución? Y es que al fin y al cabo, cupiera o no, nadie pensaba que después de la generosa amnistía de 1977 hubiera ya lugar en el Estado democrático a un recurso tan contundente y casi siempre transicional como es el de la amnesia penal: el olvido de concretos delitos que en general se siguen considerando delitos.…  Seguir leyendo »

La reciente reforma de los delitos sexuales está ahora en fase de contrarreforma. El sentido que haya de seguir este nuevo cambio ha recalado, claro, sobre el que tuvo el primero, porque es el mismo Gobierno el que promueve los dos. ¿Por qué no es ya hoy buena esta ley tan sensible para la vida social si lo era ayer mismo, si apenas ha salido del cascarón? ¿Acaso no es eficaz en la protección de la libertad sexual? ¿Se trata más bien de que no es eficiente, de que no utiliza con justicia ese delicado recurso que es la prisión?

Conviene recordar qué ha hecho el legislador y cuáles fueron sus razones.…  Seguir leyendo »

Las leyes penales no son cualquier cosa. Son el recurso último que tiene el Estado para defender los intereses básicos de los ciudadanos y de la sociedad. La vida, la libertad sexual, el medio ambiente, el patrimonio público, las instituciones democráticas. Tan importante es esta protección que recurre a algo tan amargo como enviar a los agresores a la cárcel, incluso por lustros de vida. Por este carácter basal de sus fines y de sus castigos suele decirse que el Código Penal es una Constitución en negativo. Y por este carácter basal debe reflexionarse muy bien qué conductas se penan y cuánto.…  Seguir leyendo »

¿Han bajado las penas de los delitos sexuales? Esta es la pregunta estelar de la última semana, abonada por la perplejidad de que el ministerio impulsor de la reforma lo niegue y simultáneamente lo afirmen los tribunales a través de sus resoluciones de revisión a la baja de algunas condenas.

La respuesta es sí: en ciertos supuestos y moderadamente. No solo por razones de realismo jurídico, porque el Derecho es al final lo que los jueces dicen que es el Derecho, sino porque son inequívocos los designios de la ley. Como sería muy aburrido detallar en este breve artículo la medida (cuánto) y la extensión (en qué delitos) de esta reducción punitiva, me conformo con exponer un par de ejemplos.…  Seguir leyendo »

No me gusta que haya grupos de personas que se concentren para rezar delante de las clínicas que practican abortos, como no me parece bien que se escrachee a los políticos cuando salen de sus casas o que se grite "asesino" al torero que entra en la plaza. No tiene que ver con las causas que se promueven sino, como poco, con eso que con denominación un poco rancia se llama urbanidad y, más allá, con una empatía mínima hacia los derechos ajenos. Pero de ahí a enviar a la cárcel a los ciudadanos que así expresan y manifiestan sus opiniones políticas va todo un mundo, el que nos lleva a las fronteras de lo antidemocrático.…  Seguir leyendo »

Con las leyes tratamos de organizar la vida social. Las calificamos de buenas, regulares o malas según nos guste más o menos su objetivo y según las veamos capaces de conseguirlo. Ese es nuestro análisis político de las subidas o bajadas de impuestos, de las reformas laborales que flexibilizan o dificultan el despido, o de las normas que penalizan o despenalizan ciertos supuestos de aborto consentido por la gestante.

Un debate distinto es el de si una ley es peor que mala. Si vale la famosa asimilación de leyes y salchichas que popularizó Churchill —es mejor que los ciudadanos no sepan cómo se hacen unas y otras—, se trata ahora de si la ley está podrida: de si por atentar contra nuestras convicciones básicas de justicia debe tildarse de inconstitucional y tirarse a la basura, ser expulsada del ordenamiento jurídico.…  Seguir leyendo »

No solo produce monstruos el sueño de la razón: también cierta manera de cocinar los conceptos jurídicos. Como nos enseñan los concursos culinarios, los mejores ingredientes mal elegidos y peor combinados pueden deparar el peor de los platos, como el que ahora tenemos en la mesa. ¿Cómo puede ser que hayan procesado en Argentina a Rodolfo Martín Villa nada menos que como autor de nada menos que cuatro asesinatos cometidos por agentes de Policía nada menos que hace más de 40 años y que conformarían nada menos que un delito de lesa humanidad? Nada menos.

La sorpresa comienza con los hechos que se atribuyen a Martín Villa.…  Seguir leyendo »

No sé qué resulta más sorprendente. Que el debate sobre los indultos a los líderes independentistas catalanes se haya producido en los últimos meses en el eje derecha-izquierda o que el apoyo mayoritario se sitúe en este último lado. Progresista sería al parecer utilizar una antigualla de raíz absolutista y de excepción al normal funcionamiento del Estado de Derecho; progresista sería utilizarla a favor de condenados por una sedición con un punto de mira nada internacionalista: la escisión del Estado de una comunidad rica. Pulpo como animal de compañía.

Lo que sí tiene todo el sentido es que el debate sea político y no jurídico.…  Seguir leyendo »

Vistas las reacciones sociales de incomprensión ante determinadas sentencias, parece necesario retomar la definición y la sanción de los delitos sexuales. Esta reforma es la que se anteproyecta ahora con la mejor de las intenciones: combatir mejor un tipo de violencia singularmente abyecta «que afecta de manera específica y desproporcionada a las mujeres». Creo, sin embargo, que el texto que se ha presentado para el futuro debate legislativo adolece de defectos tales que ni va a subvenir a aquella necesidad ni va a responder a sus buenos propósitos.

El primero de sus problemas es de indiferenciación. En el Código Penal actual se distinguen claramente los atentados contra la libertad sexual en dos capítulos: las agresiones sexuales y los abusos sexuales.…  Seguir leyendo »

Algunos lectores pensarán que estoy haciendo trampa con el título, utilizando el sesgo del ancla. Que el punto de partida adecuado para abordar la cuestión del acercamiento de los presos de ETA a centros penitenciarios cercanos a su lugar de residencia es precisamente el del alejamiento. El título debería ser Alejamiento de presos: ¿por qué no? o Acercamiento de presos: ¿por qué sí?

De acuerdo. Asumo la carga de justificar este sí, y lo hago encantado, porque responde a las reglas constitucionales del juego de la pena.

La pena es la que es en cada caso, sin que pueda serlo más.…  Seguir leyendo »

Para desenredar en justicia un ovillo jurídico hay que seguir cuidadosamente los hilos conceptuales que lo forman. No es pequeño el que ha formado la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la inmunidad de Oriol Junqueras con la sentencia del Tribunal Supremo del procés. Su hilo principal es el que nos ayuda a etiquetar aquella resolución: la inmunidad. Ojo con este proteo que sirve para distintas categorías jurídicas. Al igual que en la vida, en la justicia penal se puede ser inmune a cosas distintas. Al menos, a tres. En primer lugar, las leyes penales pueden prescribir que excepcionalmente ciertas personas no tengan responsabilidad penal por determinadas conductas delictivas.…  Seguir leyendo »

Lo vimos en las sentencias de La Manada. Quien no está familiarizado con la lectura del Código Penal queda sorprendido con la ductilidad con la que están descritos los delitos, cosa que hace especialmente difícil y sometible a crítica la labor judicial. Si en aquellas resoluciones el problema estaba en delimitar qué era la intimidación –la llave para la calificación de los hechos como agresión sexual y como violación–, en la sentencia del procés las madres de la batalla eran el concepto de violencia, puerta de acceso a la condena por rebelión; y los límites de las libertades de participación política, pues, por supuesto, ningún delito podía darse si las conductas que se enjuiciaban constituían el ejercicio de un derecho fundamental.…  Seguir leyendo »

El Código Penal reserva la calificación de violación a la imposición de una relación sexual con penetración mediante violencia o intimidación (art. 179). Creo que buena parte de las airadas reacciones populares contra la sentencia de La Manada no provienen de qué consideraron los jueces que había sucedido ni de las penas de nueve años de prisión que decretaron para los acusados, sino de que se denominara a lo acaecido como “abuso sexual” y no como “violación”. Como nos muestra sobre todo la poesía, las palabras no son solo un frío mecanismo de comunicación conceptual sino un privilegiado instrumento para entender y expresar nuestras emociones.…  Seguir leyendo »