La noche antes del Nobel
Aquella noche, William Kaelin soñó que lo despertaba una llamada telefónica a las 5:55 de la mañana, y en su sueño comprendía que ya era demasiado tarde para recibir el mensaje de Suecia. Entonces se despertó: no eran las 5:55, sino las 2:30. ¡Aún podía llegar la llamada del Nobel! Se obligó a dormir. Un teléfono sonó al alba y Kaelin, aturdido, no supo si la llamada sucedía de nuevo en otro sueño o si realmente el sonido le había despertado. Era un número con demasiados dígitos, “no podía ser una llamada local”. Kaelin contestó y sufrió un shock tan fuerte que no recuerda palabra alguna de la conversación con el profesor sueco, solo “un sentimiento de profunda gratitud”.… Seguir leyendo »