Juan Garrigues

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

Con todas las misiones internacionales evacuadas tras semanas de enfrentamientos entre milicias en Trípoli y Bengazi, muchos analistas y diplomáticos ahora recuerdan que venían avisando de que Libia acabaría así. Al fin y al cabo, ¿cómo podía funcionar como democracia un país de tribus repleto de petróleo, dividido entre tres regiones independientes hasta 1951, y cuna de islamistas radicales?

Tristemente, Libia, ahora sí, va tan mal como todos dicen. Pero es más por la fragmentación extrema de poder que surgió del conflicto que derrocó a Gadafi que por cualquier otro factor. Es urgente entenderlo: si no lo hacemos nos arriesgamos a agravar aún más la situación.…  Seguir leyendo »

Abdulrazag Elaradi ha sido hasta las elecciones del 11 de julio uno de los representantes de Trípoli en el Consejo Nacional de Transición. Elaradi personifica ese calificativo tan de moda estos días en el mundo árabe: islamista moderado. Suele usar trajes sin corbata y en vez de una larga barba prefiere lucir un moderno bigote, bajo el cual sonríe generosamente. Estudió en Egipto y Estados Unidos, y en su página de Facebook (donde tiene casi 600 amigos) describe sus creencias religiosas como “musulmán con amor”.

Semanas después de la muerte de Gadafi, Elaradi recibía a delegaciones internacionales y periodistas en su oficina en Trípoli.…  Seguir leyendo »

¿Valió la pena la intervención internacional en Libia, donde cayó el régimen despótico de Gadafi pero también murieron entre 10.000 y 30.000 libios y los excesos de algunos países socavaron el principio de la responsabilidad de proteger? Con unos 7.500 sirios muertos y en un contexto regional muy frágil, ¿qué criterio debe guiar ahora la decisión de una posible intervención internacional en Siria?

Son preguntas de difícil respuesta. Pero merecen una reflexión seria y están íntimamente relacionadas. El hecho de que Hillary Clinton haya dicho que comparar Libia y Siria supone una “falsa analogía” demuestra hasta qué punto la experiencia de la intervención en Libia está condicionando el debate sobre Siria.…  Seguir leyendo »

Intentar hacer un balance de la situación en Afganistán 10 años después del 11-S es una difícil tarea, tan ingrata como frustrante. A pesar de algunos importantes avances, hoy se habla en Afganistán del fracaso de la comunidad internacional y de la seria preocupación por la estabilidad del país.

Más allá de la pobreza y destrucción que vi en el 2003, entre los afganos abundaba entonces la gratitud hacia Occidente y el optimismo ante un futuro mejor. Los años de violencia de las guerras civiles y la opresión del régimen talibán ya eran cosa del pasado. Los expatriados volvían para asumir puestos de responsabilidad, empresarios indios o turcos invertían en sectores con potencial de crecimiento y humildes afganos empezaban pequeños negocios.…  Seguir leyendo »

Aunque parezca difícil de creer por lo que se lee en la prensa, también hay motivos para el optimismo en Afganistán. La creciente asiduidad y violencia de los ataques de la insurgencia armada -compuesta por los talibanes y la red transnacional yihadista que les nutre- responde en gran parte a las importantes bajas que ha sufrido en choques militares con las tropas internacionales en 2006 y 2007. La insurgencia ha reaccionado con un cambio de tácticas que la aleja del campo de batalla convencional y obliga a la comunidad internacional a modificar su estrategia.

Los ataques suicidas y los artefactos explosivos improvisados importados desde Irak por la misma red transnacional yihadista que ahí actúa han tenido un resultado devastador: en 2007 murieron más civiles que en cualquier otro año desde 2001.…  Seguir leyendo »

Ante una aparentemente inevitable declaración de independencia de Kosovo, la Unión Europea debería mantenerse unida y seguir una política realista y alejada de las posiciones maximalistas de Estados Unidos y Rusia. Se trata de evitar que un Kosovo independiente se convierta en un Estado fallido.

El problema de Kosovo no tiene buena solución. Ésta es la dura realidad que va siendo aceptada a medida que se acerca el 10 de diciembre, la fecha límite para que concluyan las negociaciones sobre su estatus final. Ahora, pues, se trata de encontrar la solución menos mala para este territorio cuya superficie es similar a la de Asturias y cuya población de dos millones de habitantes está compuesta por un 90% de albanokosovares musulmanes que quieren la independencia y un 7% de serbios cristiano-ortodoxos que se oponen a ella.…  Seguir leyendo »