Muerte, recuerdos y sentido
Hace casi veinte años en una pequeña aldea hondureña llamada El Pino, dedicada al cultivo de la piña, acompañé a un sacerdote claretiano a visitar a una mujer muy enferma por cuya vida se temía. Pancha (ése era su nombre) era de confesión evangélica y si bien nosotros estábamos allí colaborando con la 'Santa Misión' católica, sus parientes nos pidieron visitarla porque ella, paradójicamente, quería confesarse. Era de noche, pero el calor y la humedad propios del lugar no dejaron de sentirse. Casi en procesión sus vecinos nos acompañaron hasta su humilde casa, una pequeña choza de madera. El motivo del estado de postración de Pancha, quien sufría del corazón, no era otro que el haberse cruzado recientemente con el asesino de su hijo, muerto en un asalto a machetazos, a quien un juez había dejado libre de cargos.… Seguir leyendo »