Ingenieros y economistas
Hace algo más de 50 años que ejerzo la profesión de ingeniero y, tras tanto tiempo, he aprendido a desconfiar de las doctrinas económicas. Los economistas conocen el lenguaje sacerdotal y, desde hace siglos, analizan inteligentemente el pasado a la par que muestran una cierta incapacidad para predecir el futuro. En algún caso, eso sí, han aportado recetas decisivas para paliar crisis espectaculares.
A lo largo de mi actividad profesional y política, he estado en estrecho contacto con los mejores economistas españoles de la segunda mitad del siglo pasado. He sido amigo íntimo de Mariano Rubio y Miguel Boyer; ambos me enseñaron muchas cosas, pero no siempre me convencieron.… Seguir leyendo »