Juan Pablo Fusi

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Baroja, circunstancia española

Como Unamuno o Azorín, y otros escritores del 98, Baroja fue para Ortega una «circunstancia española», eso con lo que cada cual tiene que habérselas en cada situación para comprender lo que pasa y, aún, para entenderse a sí mismo. Baroja, la literatura barojiana, de la que se ocupó en varias ocasiones entre 1910 y 1915, tuvieron para Ortega «el valor de síntomas nacionales». Vio en ellos la cristalización extrema del «pesimismo metódico», «un fenómeno ejemplar del alma española contemporánea»: la expresión, en suma, del fracaso de España como nación.

Ortega marcó indisimuladamente sus distancias con el novelista vasco. El pesimismo barojiano, su «pesimismo metódico», y la «dispersión» del alma de Baroja, le resultaban insuficientes, irritantes, decepcionantes.…  Seguir leyendo »

El fascismo en Italia

El fascismo fue la forma política del nacionalismo de la ultraderecha. Su llegada en 1922 al poder en Italia -su país originario- tuvo así importancia decisiva. Fundado en marzo de 1919, el fascismo italiano fue un movimiento antisistema que se apropió de los postulados del nacionalismo italiano, galvanizado por la participación del país en la I Guerra Mundial y por la decepción que para Italia supusieron los tratados de paz de 1919.

Su núcleo dirigente lo formaron ex combatientes, antiguos sindicalistas revolucionarios y medianías intelectuales, como el propio Mussolini (1883-1945), hombre de origen modesto, ateo, anticlerical, de temperamento turbulento y agresivo a lo que, tras romper en 1915 con el Partido Socialista Italiano en el que militaba y abogar por la entrada de Italia en la guerra, añadió un ardiente sentimiento patriótico.…  Seguir leyendo »

De la democracia en España

Cuando en el debate público se proponen o invocan cuestiones, conceptos, trascendentes —por ejemplo, República—, sin que paralelamente se oigan o análisis rigurosos o ideas sustantivas, hay serias razones para preocuparse. A la política —a toda política— hay que exigirle cuando menos seriedad, y desde luego, sentido del Estado y sentido de la historia: ignorar la historia del propio país —nuestra circunstancia más inmediata y urgente— es como carecer de derechos civiles. Más precisamente: para estar responsablemente en la vida pública española, en el debate nacional, hay que leer —conocer, estudiar— obligatoriamente a Cánovas, Ortega y Azaña. A Cánovas, como creador del Estado español contemporáneo; a Ortega, para plantearse España como preocupación histórica, como problema; a Azaña, para entender España ante todo como un problema de democracia.…  Seguir leyendo »

En libros de gran éxito, como Las consecuencias económicas de la paz (1919) y la Teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936), Keynes (1883-1946) dio razón económica de lo que estaba pasando en el mundo. Concretamente, con la Teoría general, el libro programático de la macroeconomía, Keynes creó un nuevo modelo económico que, rectificando el pensamiento económico clásico, hacía de la regulación económica de la demanda global –consumo, inversión, gasto público, exportaciones– por la intervención del gobierno en la economía (a través de los instrumentos de la política económica: política presupuestaria, política fiscal, política monetaria) la clave del equilibrio económico, del crecimiento, de la inversión y de la creación de empleo.…  Seguir leyendo »

En el conflicto entre cristianismo y paganismo en el siglo IV (1963), Arnaldo Momigliano recordó que el «mundo», al adquirir una nueva religión a partir del Edicto de Milán del año 313 del emperador Constantino, tuvo que aprender una nueva historia. El nacimiento de Cristo, y no la fundación de Roma, devino el acontecimiento capital de la Humanidad, la fecha fundamental para la datación de años, siglos y acontecimientos. Al hacer de la llegada de Cristo el hecho esencial del destino del mundo –San Agustín en La ciudad de Dios, c.413-26– y diferenciar entre historia antes y después de Cristo, el cristianismo impuso, en efecto, una visión lineal y no cíclica del mundo, y dio razón del hombre y de su presencia en la Tierra.…  Seguir leyendo »

País agrario en 1880, los Estados Unidos eran en 1914 el primer país industrial del mundo. Estados Unidos estuvo a la cabeza de la segunda revolución industrial, la revolución de la electricidad, el acero y la industria química y de los inicios del automóvil. Hacia 1890, la Standard Oil (petróleo, barcos, oleoductos, grupos financieros) era la organización industrial más fuerte del mundo. En 1901, la U.S. Steel Corporation era, con sus 758 siderurgias, la primera empresa mundial del sector. En 1910 había ya en Detroit 60 empresas de fabricación de automóviles. La población norteamericana pasó de 62,9 millones en 1890 a 248,7 millones de habitantes en 1990; el PIB, de 13,1 billones de dólares en 1890 a 5.567,8 billones de dólares en 1990.…  Seguir leyendo »

EL término «Renacimiento» fue una invención de los historiadores. El primero en usarlo fue probablemente Jules Michelet que tituló así, «El Renacimiento», el tomo VII de su monumental Historia defrancia (1855-1867). El libro que, con todo, fijó el concepto fue Lacivilización del rena cimiento en Italia (1860), la gran obra del historiador suizo Jacob Burckhardt (1818-1897), un académico culto, de vida rutinaria y tranquila que enseñó siempre en la universidad de su placentera ciudad natal, Basilea.

Burckhardt, efectivamente, hizo del Renacimiento, que circunscribía a la Italia de los siglos XIV y XV —la Italia de Dante a Miguel Ángel—, no ya un estilo o un movimiento o un periodo sino una civilización (como pudieron serlo la Antigüedad clásica o el cristianismo), esto es, una totalidad, un sistema orgánico de ideas, creencias y formas de vida: un tipo de poder y estado (las repúblicas italianas), un mundo complejo de gustos y valores estéticos y morales (fascinación con la Antigüedad, humanismo), una forma de vida social (refinamiento, sociabilidad), una moral.…  Seguir leyendo »

Guernica fue bombardeada el 26 de abril de 1937. Entre el 3 y el 7 de mayo, estallaban en Barcelona los llamados “hechos de mayo”, el enfrentamiento armado en las calles (400/500 muertos) entre milicias de la CNT y del POUM, y fuerzas de orden público de la Generalitat catalana, apoyadas por fuerzas del gobierno de la República, sucesos cuyas consecuencias —ilegalización del POUM, asesinato de su líder Andreu Nin y fin del proceso revolucionario en Cataluña— iban a gravitar decisiva y perturbadoramente sobre la historia de la guerra española. Poco después, del 30 de mayo al 2 de junio, la República iniciaba en el frente de Madrid una ofensiva sobre La Granja y Segovia, con el objetivo precisamente de responder a la ofensiva de Franco en el norte —en el marco de la cual se había producido el bombardeo de Guernica— y evitar la caída de Bilbao.…  Seguir leyendo »

Rousseau (1712-1778) no compartió el optimismo de la Ilustración. En su primer trabajo, el Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) que, premiado por la Academia de Dijon le dio inmediata celebridad, advertía ya que era un error creer —como creían los ilustrados— que la virtud y las costumbres mejoraban a medida que progresaban las ciencias y las artes. Rousseau pensaba lo contrario: que el progreso de la civilización había conllevado la decadencia de las costumbres, esto es, la regresión moral de la sociedad. Su segundo gran trabajo, el Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres (1755) —también respuesta a una iniciativa de la Academia de Dijon que en 1753 había planteado la cuestión de la desigualdad como objeto de un nuevo concurso público— era una crítica radical de toda la sociedad moderna (por tanto, y nuevamente, de la idea de progreso).…  Seguir leyendo »

En 1937, en el curso de la guerra civil española, coincidieron con simultaneidad sorprendente una serie de sucesos —bombardeo de Guernica, hechos de mayo en Barcelona, ofensiva republicana sobre La Granja—, todos ellos plasmados en obras o artísticas o literarias de excepcional calidad, que pusieron de relieve perspectivas, situaciones y circunstancias reveladoras del complejo contexto moral en que se desarrolló la guerra española.

Así, al tiempo que el 1 de mayo de ese año Picasso empezaba a pintar el «Guernica» —la localidad fue bombardeada el 26 de abril—, estallaban en Barcelona los «hechos de mayo» (días 3 a 7), choques armados, con 400/500 muertos, entre milicias de la CNT y el POUM, y fuerzas de orden público de la Generalitat catalana y de la República española, cuyas consecuencias políticas últimas fueron la ilegalización del POUM, el secuestro y asesinato de su líder, Andreu Nin, y el fin del proceso revolucionario desencadenado en Cataluña desde el 18 de julio de 1936, objeto central, todo ello, del libro de Orwell Homenaje a Cataluña.…  Seguir leyendo »

Marañón (1887-1960) fue un acontecimiento, algo que le sucedió a la sociedad española del siglo XX. Su obra, una obra intimidante -125 libros, 1.800 artículos, 250 prólogos- que comenzó con la publicación de La doctrina de las secreciones internas (1915), combinó investigación -las secreciones internas, la adrenalina, las enfermedades del tiroides...- y alta divulgación. Sus trabajos sobre la "mano hipogenital", la mano fría, hinchada, con distrofia de las uñas, y sobre la "mano roja tiroidea", el enrojecimiento persistente de la mano como consecuencia de trastornos tiroideos, fueron aportaciones sustantivas a la ciencia médica. La Memoria que sobre Las Hurdes, la región extremeña, preparó en la primavera de 1922 con sus colegas Goyanes y Bardají, en la que Las Hurdes era un problema sanitario (bocio, tuberculosis, altísima mortalidad) que se derivaba de un gigantesco problema social -subdesarrollo rural, pauperismo, viviendas miserables y carencia de servicios médicos- cuya solución exigía la urgente intervención del Estado, conmocionó a España.…  Seguir leyendo »

«Si tuviese que escoger un epitafio para todas las novelas que he escrito», escribió Graham Greene en uno de sus libros autobiográficos, Una especie de vida (1971), «sería de Apología del obispo Blougram», un poema de Robert Browning, escrito en 1855: «Nuestro interés está en el lado peligroso de las cosas/ el ladrón honesto, el asesino afectuoso/ el ateo supersticioso...». Greene (1904-1991) escribió 24 novelas (y 54 libros: novelas, libros de viaje, relatos autobiográficos, guiones de cine, ensayo, críticas, obras de teatro, relatos cortos). Algunas de sus novelas fueron, efectivamente, lo que él mismo llamaría «entretenimientos». Pero las más fueron, también en sus propias palabras, «novelas serias», novelas perfectamente construidas, escritas con excepcional maestría técnica, un estilo moderno y ágil y un gran sentido de la acción y de las situaciones (aunque Greene se consideraba entre los «buenos» pero no entre los «grandes» novelistas contemporáneos).…  Seguir leyendo »

Sobre todo desde Joaquín Costa y Ortega y Gasset, el europeísmo español vio en Europa una respuesta a los complejos de marginalidad y atraso del país, y un ideal político y social. Bajo el franquismo, Europa adquirió para los españoles un extraordinario poder simbólico, como encarnación de democracia y modernidad. España se incorporó a Europa (1986) con sorprendente facilidad y trabajó en las instituciones europeas desde el primer momento con entusiasmo y eficacia.

España fue una gran sorpresa para Europa. Formada en una visión de España que incorporaba una sucesión de estereotipos negativos -la leyenda «negra» de los siglos XVI y XVII; el país «oriental» de toreros y cigarreras del romanticismo; el país «trágico» de la guerra civil; el tiempo de silencio de la dictadura; la España del turismo barato de las playas y el sol del Mediterráneo y Andalucía-, Europa se encontraría con una España de comisarios, euro-diputados y euro-funcionarios eficaces y competentes, que apoyaba decididamente el proceso de integración, que cumplía rigurosamente los criterios para la unión económica y monetaria, que crecía sostenidamente y por encima de la media europea, que cuando le correspondía presidía con acierto y discreción la Unión Europea, y que se movía con absoluta comodidad en todos los foros internacionales (cumbres políticas o económicas, grandes reuniones regionales, congresos mundiales,...):…  Seguir leyendo »

La crisis económica que se extendió por todo el mundo a partir de octubre de 1929 tras el hundimiento de la Bolsa de Nueva York -para Keynes, la mayor catástrofe económica del mundo moderno- tuvo, como se sabe, consecuencias dramáticas: cifras de desempleo jamás conocidas (catorce millones en Estados Unidos, seis millones en Alemania, tres millones en Gran Bretaña y cifras parecidas en numerosos países), pánico bancario y financiero, contracción generalizada de ingresos y rentas, destrucción de la producción y del tejido industrial, caída de precios de las materias primas, colapso del comercio internacional.

La crisis de 1929 conmocionó, como no podía ser menos, la conciencia del mundo contemporáneo, como revelaron de forma inmediata la literatura, el teatro, el cine, la fotografía (aquellas 270.000 fotografías realizadas por Walter Evans, Ben Shahn, Dorotea Lange, Russell Lee y demás fotógrafos de la Oficina de Seguridad Rural norteamericana), el ensayo y el panfletismo económico o seudo-económico de la época, y aún obras, como la trilogía U.S.A…  Seguir leyendo »

«Todos sois una generación perdida», le dijo en una ocasión Gertrude Stein a Hemingway, que puso la frase al frente de su primera gran novela, Fiesta. Stein, que apoyó decididamente a los jóvenes escritores norteamericanos como Hemingway expatriados en el París de la década de 1920, tomó la expresión del dueño de un taller parisino que, al ver la torpe reparación que del automóvil de la escritora había hecho uno de sus mecánicos, reprendió a éste diciéndole que todos eran une génération perdue. Y Gertrude Stein añadió dirigiéndose a Hemingway al relatarle la anécdota: «Eso es lo que sois. Eso es lo que sois todos vosotros...…  Seguir leyendo »

«España, aún hoy es un país aparte, separado en historia, usos, costumbres y modos de pensar de todo el resto de Europa», escribió Irving en Cuentos de la Alhambra: «es un país romántico», concluía. Puede ser. Larra veía, sin embargo, la España en que él escribía (1828-36) como una sociedad de «ociosos y habladores», pendientes de la maledicencia, del juego y de las relaciones sociales -visitas, tertulias, teatro, ópera, cafés-, en la que ser funcionario y tener un sueldo constituían las máximas aspiraciones sociales; como una sociedad vulgar, mediocre, inculta, sin estímulos («Madrid es el cementerio», escribía en noviembre de 1836), donde escribir era llorar, y donde el cambio político de 1833 había traído a los «facciosos», esto es, la guerra carlista, y un liberalismo débil y conservador.…  Seguir leyendo »

A.J. P. Taylor, el gran historiador inglés, solía decir que los historiadores ven causas profundas donde muchas veces no hay sino el error de un político, o de unos políticos. «El hombre no quiere aceptar -escribía en 1963- que los grandes acontecimientos tienen causas pequeñas». Lo cierto es que, con frecuencia, ignorancia política, errores de cálculo, decisiones banales, iniciativas torpes, incompatibilidades personales e inmadurez intelectual desencadenan acontecimientos decisivos, situaciones gravísimas -conflictos civiles o militares, crisis nacionales, guerras-, con consecuencias dramáticas, casi siempre irreversibles.

Es lo que ocurre en España. En 2005, hace pues apenas dos años, se conmemoraba que el país cumplía, desde la muerte de Franco en 1975, treinta años de democracia, la etapa democrática más larga y estable en la historia española.…  Seguir leyendo »