Una reforma educativa que destruye las bases de la democracia
La identidad histórico cultural no es algo que uno, individuo o nación, pueda elegir caprichosamente. Nuestra personalidad, como pueblo o sociedad, está formada por dos estratos: uno más profundo que actúa como base, que no hemos elegido nosotros, y un segundo que se asienta sobre el primero y que, tras la socialización primaria, por nuestra madurez y capacidad de pensar, nos permitirá ir eligiendo por nosotros mismos, pero siempre partiendo de las condiciones socioculturales que nos marcó a fuego e impuso la primera plataforma cultural socializadora, más amplia, desde la que crecimos y a la que siempre estaremos irremediablemente unidos.
En este sentido, el parto de la madre Europa se va a alargar a lo largo de varios siglos.… Seguir leyendo »