Kepa Aulestia

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La crisis de la socialdemocracia es el lugar común al que se recurre cada vez que un partido socialista del sur de Europa u otro homólogo del centro o del norte sufre algún revés, sobre todo electoral. Cuando un partido socialdemócrata recibe menos votos que en los anteriores comicios el recuento final va seguido de afirmaciones que presentan lo ocurrido como reflejo de la citada crisis, como si esta fuese unívoca y todos supiéramos de qué va. Dándole la vuelta al argumento, se diría que la gente vota menos a la socialdemocracia porque se da cuenta de que está en crisis.…  Seguir leyendo »

El periodo de interinidad que se abrió tras el 20-D y cuyo final no acaba de verse ha dado lugar a un tiempo confuso en el que las formaciones parlamentarias hablan de diálogo y negociación mientras practican –o tratan de hacerlo– la guerra de desgaste contra sus potenciales aliados. Las demás fuerzas no acaban de asimilar los resultados electorales del PP de Rajoy, y este se aprovecha del desconcierto que su irreductibilidad genera entre quienes anunciaron tras el 26 de junio su vocación opositora. El juego sin nombre del que todos somos partícipes dio comienzo hace casi ocho meses. Sus reglas no están claras precisamente porque, de tanto ocultar las intenciones propias, nadie sabe ya a lo que juega.…  Seguir leyendo »

La volatilidad política está generando fenómenos extraños en el sistema de partidos. La fuerza con la que afloraron los emergentes el 20-D y la decepción sufrida por sus expectativas el 26-J ha despertado la ilusión de que el bipartidismo podría recuperarse. Ilusión que por unos días se instaló especialmente entre los socialistas, al eludir el sorpasso por parte de Podemos. El recurso a la descripción binaria del momento –a Rajoy le corresponde intentar una mayoría de gobierno, a Sánchez liderar la oposición– ha adoptado una forma aun más sublimada al afirmar los socialistas que ellos son la alternativa. En el polo opuesto del deseado binomio, los populares parecen presos de una sugestión equivalente, pasando Rajoy de declinar la invitación que le hizo el Rey para postularse a la investidura con 123 diputados a sentirse ya ungido con 137.…  Seguir leyendo »

Bajo paraguas

Las dificultades financieras, de cohesión interna y de gobernación que vienen atravesando tanto España como la Unión Europea han suscitado en el soberanismo catalán y en el vasco reacciones contradictorias, todas muy elocuentes en cuanto al desconcierto en que se mueven dos corrientes políticas que tratan de mostrarse siempre confiadas del apoyo que les asiste y seguras de los objetivos que persiguen. Cuando España bordeó el rescate país, los nacionalistas se debatieron entre contener la respiración o emplear el momento para subrayar la caducidad de un Estado que sus sectores más entusiastas llegaron a tachar de fallido. Para estos últimos, el eventual hundimiento financiero de España permitía sacar a flote el proyecto independentista sin mayores esfuerzos.…  Seguir leyendo »

El gran misterio de los sentimientos de identidad y de la opción independentista en Euskadi y Catalunya ha sido que, desde la transición hasta hace cuatro años, se mantuvieron prácticamente inalterables en los sondeos de opinión. A pesar de que se relevaban las generaciones, la sociedad cambiaba profundamente, se afianzaba el sistema de libertad y el autogobierno llegara a formar parte del paisaje ciudadano, no variaba ni la identidad subjetiva de sentirse sólo vasco o catalán, más vasco que catalán, etcétera, ni ese porcentaje de independentistas que se situaba algo por debajo del tercio de los encuestados en ambas comunidades. Hasta que se produjo la eclosión soberanista en Catalunya, cuyas causas podrán analizarse mejor cuando los acontecimientos se asienten.…  Seguir leyendo »

La legislatura del cambio ha dado comienzo con una investidura fallida, lo que ha provocado la sobreexposición de las fuerzas políticas. El trámite ha acarreado variaciones tanto en las posiciones programáticas como en la actitud de todos los partidos ante una situación inédita. Y es de suponer que lo ocurrido en el hemiciclo habrá modificado también la percepción que los ciudadanos tienen de cada opción parlamentaria. En otras palabras, el cambio que introdujeron las elecciones del 20-D no ha dado lugar todavía a la definitiva modificación del panorama político, y sin embargo se están produciendo variaciones con las que probablemente no contaban ni sus propios protagonistas.…  Seguir leyendo »

La entrada en la política institucional conlleva la pérdida de la inocencia que se exhibe cuando, careciendo de antecedentes, se solicita el favor de la gente. Una vez que como electo se entra en el hemiciclo o en el salón de plenos, comienzan las votaciones. Los problemas y las soluciones no sólo han de ser enunciados con la máxima precisión, sino que además tienen que dar lugar a artículos normativos y a anotaciones presupuestarias. La legislatura no ha dado todavía comienzo y la nueva política empieza ya a avejentarse. El dominio de las formas sobre el fondo ha ofrecido réditos electorales, pero se vuelve fugaz desde el momento en que tiene que enfrentarse a las exigencias de la política convencional, en tanto que sólo lo convenido acaba haciéndose realidad en la democracia representativa.…  Seguir leyendo »

El cambio fundamental que se ha producido en la relación entre sociedad y política no es la fragmentación partidaria que complica la gobernación del país, ni la introducción de nuevas pautas de representación para escenificar la contienda o el diálogo. Tampoco se puede hablar de renovación y mucho menos de regeneración en las relaciones que por ahora se establecen entre la acción institucional y los ciudadanos. El gran cambio introducido entre 2014 y 2015 es que el vínculo entre la gente y su proyección política no se basa en la pertenencia, el encuadramiento o la fidelidad. Lo que da lugar a una volatilidad sin precedentes desde la transición, a la modificación constante de los estados de opinión, a encuestas que ya no son válidas cuando se publican.…  Seguir leyendo »

La fragmentación del panorama partidario, como expresión de la pluralidad social, no sólo genera dificultades a la hora de conformar mayorías de gobierno; propicia también una dilución de responsabilidades por parte de las formaciones elegidas y de sus electos. Como si en la confusión nadie estuviera obligado a obedecer más que a sus aspiraciones particulares. A la continuidad de la crisis fiscal se le suma ahora la complejidad de los puzles políticos en un país territorialmente tan heterogéneo. En ocasiones los actores principales dan muestras de frivolidad y aventurerismo porque sus palabras –más que sus actos– descansan sobre una base legal e institucional consolidada y sobre una sociedad civil que cuenta con sus propios recursos para sobrellevar el vacío político en sus distintas versiones: desde la carencia de mayorías estables hasta el unívoco afán independentista.…  Seguir leyendo »

Las elecciones que dan un reparto igualado de escaños son recibidas siempre con una conclusión falaz: los votantes reclaman diálogo y acuerdo entre diferentes. No. Cuando las urnas dibujan un panorama tan fragmentado como el que ofrecieron el 27-S y el 20-D, al dividirse los ciudadanos entre opciones que se han empeñado en mostrarse divergentes durante la campaña, sólo cabe discutir sobre si la sociedad ha reproducido o ha inducido la fractura partidaria. La moraleja sobrevenida de la llamada al pacto de gobernabilidad por parte de ciudadanos conscientemente divididos en su voto no tiene ninguna base. De ahí que sea necesario plantearse qué es peor en términos democráticos: convocar nuevas elecciones para devolver a la gente la responsabilidad de desempatar el escrutinio o forzar compromisos que enmienden paternalmente la divergencia ciudadana.…  Seguir leyendo »

El ya inminente escrutinio, que revelará cuál es la magnitud del cambio político largamente anunciado en nuestro país, aparece como la única respuesta posible a todas las dudas y preocupaciones que afectan a la vida pública. Como si el recuento electoral fuese a despejarlo todo y, en esa medida, como una invitación a que no nos hagamos demasiadas preguntas. Los propios destellos de la campaña, sin duda entretenida, han acabado restando interés a lo que está en juego, hasta el punto de que no lo sabemos a ciencia cierta. Es como si la política se hubiese reconciliado, de pronto, consigo misma y los espectadores nos hubiéramos conformado con ello.…  Seguir leyendo »

Guerra sin lenguaje

Los ataques de París han dejado sin palabras al mundo. Los calificativos se agotaron en minutos por la brutalidad de la actuación terrorista. Fue la sorpresa en la noche, el relato fragmentario de lo que ocurría, la suma escalofriante de víctimas, el temor a que pudieran venir “otras réplicas” –en palabras de Manuel Valls– lo que desbordó el lenguaje. Las advertencias sobre una amenaza latente tampoco permitían imaginar algo así. Los asesinatos de enero no podían ser meros avisos de lo peor. Las detenciones y la frustración de otros atentados conferían una cierta sensación de seguridad. Cuando menos, de que el yihadismo no era imbatible.…  Seguir leyendo »

Multitudinaria soledad

La misma semana en que el independentismo catalán formalizaba en el Parlament su propósito de “desconectar” la Generalitat del Estado constitucional el nacionalismo gobernante en Euskadi anunciaba que tampoco esta legislatura podrá reformarse el Estatuto vasco. Mientras la vía catalana apuesta por la ruptura con la legalidad española como procedimiento para instaurar un estado propio, ni su épica ni su estratagema conmueven lo más mínimo a los nacionalistas de otros países sin estado particular. El ensayo catalán se está desarrollando en condiciones de especial gravidez aunque sus protagonistas operen con la sensación de volar libremente. El limbo jurídico y la inestabilidad política a los que en el mejor de los casos podría conducir la resolución parlamentaria en trámite no presentan más atractivo que el de una curiosidad morbosa.…  Seguir leyendo »

El procedimiento judicial abierto por el 9-N a instancias de la Fiscalía General ha dado lugar a tan enervados pronunciamientos políticos y a la exposición en directo de tantas emociones que la cadena de sucesos acaba confundiendo los distintos planos en que se desarrolla la realidad como si todo formase parte de una espiral administrada con astucia por dos voluntades irreconciliables. La que se aferra a la legalidad y la que reivindica la legitimidad a modo de principios antitéticos. “Saldremos de esta”, prometía el president Mas, y habrá gente confiada en que así será, dando por supuesto que el sentido de salida es único: la constitución de un Estado propio.…  Seguir leyendo »

Las elecciones del 24 de mayo y la constitución de los ayuntamientos, el sábado, han ofrecido algunas sorpresas y planteado numerosos interrogantes. Entre las primeras, destaca cómo la fragmentación de la izquierda, que los responsables del PP saludaron como la garantía de su propio éxito, ha acabado con buena parte del poder cosechado hace cuatro años al incrementar las opciones de alternancia frente a una formación a la que ha fallado gente que consideraba suya. Entre los segundos, resalta la pregunta de si lo acaecido en dos actos –en las urnas y en los consistorios– es la confirmación de un cambio que irá a más o si, por el contrario, será matizado en las generales, entre otras razones por efecto de un sistema electoral que favorecerá a los dos primeros partidos del ranking en las circunscripciones menos pobladas.…  Seguir leyendo »

La política es reacia a examinarse a sí misma buscando la causa, por ejemplo, de unos malos resultados electorales o, en otro plano, de que una determinada medida legislativa no produzca los efectos anunciados. Es habitual que los dirigentes políticos admitan posibles errores en su actuación, pero siempre de manera inconcreta y evasiva. Se dicen dispuestos a corregir aquello que se haya podido hacer mal, incluso llegan a hablar de equivocaciones, pero nunca las refieren con detalle. Los responsables públicos viven en la certeza de que la autocrítica explícita y detallada les debilita ante la opinión ciudadana, les deja indefensos ante sus adversarios, les arrastra hacia la inseguridad y la desazón.…  Seguir leyendo »

Los candidatos y los responsables de los partidos evitan hablar de pactos postelectorales cuando se acercan los comicios. Referirse a eventuales alianzas y posibles coaliciones contradice el sentido fundamental de una campaña: infundir ánimos de victoria a los propios. Para las formaciones más pretenciosas referirse a acuerdos de gobierno es tanto como renunciar a la mayoría absoluta. Y para las demás constituye un enredo en el que acaban de perdedoras. Pero el desvarío al que asistimos esta vez a cuenta de los posibles pactos no puede tener como única explicación las sensaciones de vértigo que genera un período electoral tan cargado e incierto.…  Seguir leyendo »

La fragmentación del panorama partidario que anuncian las encuestas y han avanzado las autonómicas andaluzas iguala las expectativas de un número significativo de contendientes en cada ámbito electoral e incrementa las incógnitas sobre el escrutinio final. Hemos pasado de campañas prácticamente inútiles, porque se sabía el resultado de antemano, a una situación de tal incertidumbre que provoca la inseguridad táctica de los partidos nuevos y de los viejos. Los viejos porque no saben cómo retener el voto cosechado hasta el 2014; los nuevos porque temen tanto entramparse con excesos verbales como que se les confunda con la política anterior. Pero en medio del nerviosismo compartido por todas las opciones políticas se impone la convicción de que lo importante es llegar a la meta en primera posición.…  Seguir leyendo »

La insistencia en que se avecina un drástico cambio político en nuestro país contribuye a amortizar la novedad antes de que se produzca. Hace semanas que los pronósticos de la demoscopia avanzaron el peor de los escenarios posibles para los partidos tradicionales debido a la aparición de Podemos y de Ciudadanos.

Los populares saben que se les acabó la buena racha del 2011, pero se consuelan admitiendo que aquel año, en el que acumularon un poder inédito en democracia, fue excepcional e irrepetible. Los socialistas llevaban tanto tiempo implorando que se detuviera su caída que se aferran al resultado de las andaluzas para soñar con que la convulsión les deje a flote como primera fuerza.…  Seguir leyendo »

La fragmentación del mapa político va a dar lugar no sólo a complejas mayorías de gobierno, sino que, además, la heterogeneidad del puzle electoral obligará a fórmulas muy diversas según el ámbito institucional de que se trate. Así lo señalan tanto el avance que representa el escrutinio andaluz como las encuestas que se vienen manejando. A no ser que las formaciones representativas opten por mantenerse en el pulso interminable del desgobierno, provocando la parálisis institucional y conduciendo a la celebración de elecciones de desquite en el 2016 o en el 2017, los partidos están condenados a entenderse. Sin embargo, cuanto más evidente resulta que eso tendrá que ser así, más parecen denostar la coincidencia en sus mensajes electorales.…  Seguir leyendo »