Esperando a la mujer
Tenemos miedo, pero no lo uso (Margarita Alves)
1. Para el Occidente democrático, el destino no existe. O por lo menos no existe en términos de temporalidad histórica, porque la esencia de la democracia es la libertad y esta parece negar que la esencia de cualquier cosa preceda a su existencia. Entre una y otra se interpone la voluntad humana y los vericuetos del incontrolable azar. Lo que está sucediendo en los Estados Unidos de América lo demuestra con repercusiones prácticamente en todas partes.
La pirueta es sobradamente conocida. Hace apenas un mes y medio, las elecciones americanas del próximo noviembre parecían decididas por aquel impacto de bala que produjo un raspón en la oreja de Donald Trump, de la que manó la suficiente sangre como para transformar al expresidente en un Mesías invencible con el puño levantado hacia el cielo, supuestamente salvado por la fuerza del destino y el poder del milagro.… Seguir leyendo »