La lengua vaciada
Iban a la misa de tarde, se sentaban en la oscuridad fresquita de la iglesia: unos minutos de silencio, el murmullo de la plegaria en común, el esquema repetido de un rito. Al salir se encontraban con la calentura que brotaba del suelo de su pueblo de Andalucía, el alboroto de la casa o el abejeo de una preocupación en la cabeza. No puedo valorar si esa rutina de mis abuelas era sincera piedad ante lo sagrado o un rato merecido de autocuidado y de introspección, pero se parece a la llamada a la meditación y a la respiración consciente que hoy se denomina mindfulness.… Seguir leyendo »