Luis R. Aizpeolea

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Once años después del final del terrorismo de ETA, no hay ningún atisbo de su renacimiento en Euskadi. El rechazo es abrumador mientras sus víctimas gozan de un amplio reconocimiento y el debate político se ha distendido sensiblemente en comparación con Madrid. El principal reto del posterrorismo es la ausencia de una memoria compartida, cuya primera responsabilidad recae en Sortu —heredera de Batasuna y núcleo duro de Bildu—, cuya autocrítica por su pasada complicidad con ETA sigue pendiente para evitar una repetición de la historia.

Este déficit se intensifica con la ausencia de reconocimiento del final del terrorismo etarra por parte del PP y Vox por su electoralista identificación de Bildu y ETA para acusar al Gobierno de coalición de complicidad con el terrorismo cuando Bildu le apoya en el Parlamento.…  Seguir leyendo »

Los principales dirigentes de ETA-pm comparecieron a cara descubierta el 30 de septiembre de 1982 en Biarritz (Francia) para anunciar su disolución como organización armada.EFE

La disolución de ETA político-militar, que el 30 de septiembre cumple su 40º aniversario, marcó el primer eslabón en la lenta decadencia del terrorismo vasco. ETA-pm era la segunda organización terrorista vasca, tras ETA militar y delante de los Comandos Autónomos. Su disolución redujo sensiblemente los asesinatos etarras: de cerca del centenar en 1979 y 1980 a la mitad en los años ochenta, sin que ningún polimili reincidiera. Lo posibilitó el clima integrador y tolerante de la Transición, así como el tratamiento del terrorismo como cuestión de Estado, hoy inexistentes.

La disolución de ETA-pm fue la primera fisura del terrorismo vasco en un país que vivía el dramatismo de la Transición, con unas fuerzas de seguridad desprestigiadas por su papel en el franquismo, inadaptadas a la democracia y sin una hoja de ruta frente a la marca etarra, que contaba con un notable apoyo en Euskadi por su vitola antifranquista, con una guerra sucia rampante y Francia que no cooperaba con el Gobierno de UCD.…  Seguir leyendo »

Las elecciones vascas de julio consolidaron a Bildu como segunda fuerza política vasca. Las urnas no penalizaron a la coalición, cuya matriz es la antigua Batasuna, por su ausencia de autocrítica sobre su pasada complicidad con el terrorismo. Se benefició del desconocimiento de una mayoría de jóvenes de la historia reciente de Euskadi y de una campaña hábil, con nuevas caras que primaron reivindicaciones sociales y medioambientales sobre las identitarias, casi tan ocultas como su pasado, que enganchó con la juventud.

Semanas después, la serie Patria, abanderada en la revisión del terrorismo vasco, ha cuestionado la autosatisfacción de Bildu. El ataque a la serie de algunos dirigentes de la antigua Batasuna por su “visión parcial” del pasado ha revelado su temor de que el olvido, sobre todo en los jóvenes, revierta, por la vía de la imagen, en una recuperación de la memoria del terrorismo que cuestiona la tesis abertzale, justificativa de ETA: la existencia de un “viejo conflicto” o de “los dos bandos enfrentados”.…  Seguir leyendo »

El 16 de marzo de 2010, ETA cometió su último asesinato. No tenía precedentes por su lugar, París, ni por su víctima, el gendarme Jean-Serge Nerin. Reveló su ocaso. Los diez años pasados certifican que el fin del terrorismo, declarado al año siguiente, se zanjó con éxito. ETA no ha vuelto a atentar ni a extorsionar ni a provocar desmanes callejeros. Ni Colombia ni Irlanda del Norte, con finales del terrorismo contemporáneos, pueden decir lo mismo. El de ETA fue un final limpio, sin escisiones ni concesiones políticas, como subrayó Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces ministro del Interior.

Pero ese final limpio no lo comparte el PP de Pablo Casado, influido por José María Aznar.…  Seguir leyendo »

Hace poco más de un mes, las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) asumían su “responsabilidad ética y política” ante la Jurisdicción de la Paz, el sistema encargado de juzgar los crímenes de guerra en Colombia derivado de los acuerdos de paz. “La violencia no puede suceder nunca más. Nuestra historia tendrá que escribirse desde la voz de quienes proscriban la guerra y otorguen un lugar protagónico a quienes la padecieron. No pretendemos justificar ninguna conducta que resultó vejatoria del Derecho Internacional Humanitario”, añadió su líder, Rodrigo Londoño.

La rotunda autocrítica de las FARC sobre su historial violento debía ser referente para otras organizaciones terroristas mucho menos potentes y cuya retirada se produjo en condiciones más desfavorables como ETA o para quien asume su legado ideológico, Sortu.…  Seguir leyendo »

En la reciente representación de Los otros Gondra en el madrileño Teatro Español, su protagonista entregaba a una familiar, exmilitante de Batasuna, las 34 cartas de extorsión que su primo, un empresario vasco, había recibido de ETA durante años. La exmilitante de Batasuna leía las cartas y escribía “perdón” en el dorso. La obra finalizaba con la quema de las cartas por su protagonista. Esta escena teatral refleja certeramente el momento vasco al señalar el nudo gordiano del que pende su convivencia, una vez cesado el terrorismo: leer bien la página antes de pasarla. En clave política, la necesidad de que la izquierda abertzale haga autocrítica de su pasada complicidad con ETA.…  Seguir leyendo »

La batalla de la opinión

En enero de 1989, hace 30 años, Argel fue escenario del primer diálogo entre el Gobierno, presidido por Felipe González, y ETA. Precedido de una tregua, el Gobierno se arriesgó al considerar que cumplía el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea, suscrito el año anterior por todos los partidos democráticos, que permitía dialogar con ETA bajo condición de no abordar cuestiones políticas y en ausencia de violencia. Desarrollado en tres tandas —24 y 25 de enero, 14 y 20 de febrero, y 14 y 22 de marzo— culminó con un fracaso el 27 de marzo al romper ETA el diálogo tras rechazar el Gobierno la participación como negociadores de tres etarras presos y un foro de diálogo HB-PSOE.…  Seguir leyendo »

En los siete años transcurridos desde el cese del terrorismo de ETA —cuyo aniversario celebramos hoy— ha proliferado la literatura sobre el tema. Existe práctica unanimidad en considerar injustificable su existencia antidemocrática —que el 95% de sus asesinatos los cometiera muerto el dictador es inapelable— y en situar a sus víctimas en el centro del relato democrático. Pero ese consenso fundamental no alcanza al relato sobre su final. En medios conservadores abundan explicaciones simplistas que reducen el fin de ETA a una cadena de operaciones policiales y judiciales. Existen, incluso, versiones peores, aireadas por la extrema derecha, que concluyen que la democracia ha perdido la batalla antiterrorista al permanecer ETA en las instituciones, encarnada en la izquierda abertzale.…  Seguir leyendo »