Del rito a la fiesta
En el verano de 1922 empezaba el festival de los festivales de la música clásica, de los que, digámoslo desde ahora, este artículo no es una enumeración con olvidos sino una reflexión con ejemplos: el de Salzburgo, fundado por Hugo von Hofmannsthal, Richard Strauss y Max Reinhardt. Tres nombres señeros de la escena y del pentagrama. Mucho antes -en 1895-, Henry Wood, un director de orquesta de uso casi exclusivamente británico, había creado los Proms, el más democrático, popular, duradero, participativo y alocado festival de cuantos pueblan la canícula cultural universal. Salzburgo será con el tiempo y por su orden una de las sedes -con Berlín y Viena- del imperio Karajan, un escaparate para las casas de discos cuando la crisis aún no había llegado y un muestrario de novedades escénicas capaces de poner de los nervios a sus asiduos una vez que tomó las riendas Gerard Mortier.… Seguir leyendo »