Magdalena Sepúlveda

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La pandemia de la covid-19 y las medidas adoptadas por los Estados para mitigar, prevenir y contener la propagación del virus han generado un impacto inconmensurable en la vida y los medios de subsistencia de los casi 8.000 millones de personas que habitan el planeta. La pandemia y muchas de estas medidas han provocado lo que el Secretario General de la ONU ha descrito como una paralela “pandemia de abusos contra los derechos humanos” y el incremento de la pobreza y la desigualdad en todo el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los Estados que sitúen los derechos humanos en el centro de sus respuestas a la pandemia, incluyendo la garantía del acceso universal a las vacunas, los medicamentos y las tecnologías sanitarias contra la covid-19.…  Seguir leyendo »

La pandemia de covid-19 ha expuesto las nefastas consecuencias de décadas de privatización y mercantilización. De un día para otro, vimos hospitales desbordados, personal sanitario sin equipo de protección, asilos convertidos en morgues, esperas de semanas para acceder a las pruebas y escuelas que se esfuerzan para conectar con niños confinados en sus casas. Durante todo este tiempo, se instaba a la gente a quedarse en casa, cuando en realidad muchos no tenían una vivienda adecuada ni acceso a agua y saneamiento, ni protección social.

Necesitamos un cambio radical de dirección. Décadas de transferir la provisión de bienes y servicios sociales a entes privados ha resultado, a menudo, en ineficiencia, corrupción, disminución de la calidad, aumento de los costos y el consiguiente endeudamiento de los hogares.…  Seguir leyendo »

En las últimas décadas, los programas de asistencia social en todo el mundo se han fortalecido hasta el punto de que en la actualidad benefician a más de 2,5 mil millones de personas; estos programas, por regla general, protegen a las personas más pobres y vulnerables. Sin embargo, la creciente presión para aplicar tecnología biométrica para verificar las identidades de los beneficiarios e integrar sistemas de información que van desde registros civiles hasta bases de datos de cumplimiento de la ley, significa que los programas sociales podrían crear nuevos riesgos para quienes dependen de ellos.

Las empresas privadas, las agencias donantes y el Banco Mundial sostienen que la aplicación de herramientas biométricas, como por ejemplo el escaneo de iris y huellas dactilares o el reconocimiento facial y de voz, junto con la integración de bases de datos, acrecentará la eficiencia, combatirá el fraude y reducirá los costos.…  Seguir leyendo »