Manuel Cruz (Continuación)

"Cada país tiene los políticos que se merece” suena a frase del Antiguo Testamento. O, por decirlo en unos términos que podría haber suscrito el filósofo norteamericano Hilary Putnam, parece una afirmación planteada desde el punto de vista de Dios. Como si fuera posible colocarse fuera de la realidad y desde ahí, provisto de una tabla de valores indiscutible con la que dictaminar qué es merecido y qué no, sentenciar el vínculo que mantienen los políticos con su sociedad. Pero, si examinamos la frase con un poquito de atención, de inmediato podremos comprobar que la misma encierra una significativa ambivalencia. Porque, de un lado, puede ser interpretada en una clave finalmente exculpatoria de aquellos a los que se refiere.…  Seguir leyendo »

En principio, parece razonable suponer que alguien que no conociera los usos y costumbres de la comunidad filosófica tendería a interpretar que la atribución del rasgo de mediático a un miembro de la misma posee un carácter meramente descriptivo. El término “mediático” nombraría, de acuerdo con esta sencilla interpretación, a alguien que está presente con una cierta frecuencia en el espacio público, sin que semejante presencia presupusiera ninguna específica valoración ni del filósofo ni de su trabajo en los grandes medios de comunicación de masas. En ese sentido habría habido filósofos mediáticos desde que existen tales medios en sentido mínimamente propio (la notoriedad pública que hubieran podido alcanzar otros pensadores del pasado debería ser pensada por tanto bajo otras claves).…  Seguir leyendo »

Llamamiento a la reconciliación familiar

De un tiempo a esta parte, por las latitudes en las que vivo parece haber hecho fortuna entre sectores nacionalistas, a la hora de plantear el desencuentro entre Cataluña y (el resto de) España, la metáfora del divorcio. No voy a detenerme a analizar lo técnicamente impropio de aplicar la metáfora a este caso, porque de ello se ocupó de forma tan sensata como brillante José María Ruiz Soroa en estas mismas páginas hace ya algunas semanas ("El derecho a decidir como idea borrosa", 29/10/2012). Me interesa más bien señalar precisamente en qué medida la propuesta de dicha metáfora está lejos de servir a los intereses ni siquiera de quienes la promueven.…  Seguir leyendo »

En una época como la que estamos viviendo, en la que parecía haber quedado aceptado con el rango de una evidencia incontrovertible no ya el fracaso de las utopías, el declive de los grandes proyectos de emancipación o la desaparición de los modelos globales de transformación de la sociedad, sino el ocaso de lo político en tanto que tal, gana terreno en Cataluña una propuesta, la independentista, que en principio choca frontalmente con ese generalizado convencimiento. Alguien podría pensar, en efecto, que cuando daba la impresión de que se había apagado por completo cualquier forma de pasión política, esta reaparece con los ropajes de la aspiración a un Estado propio.…  Seguir leyendo »

Constituye un reiterado lugar común la afirmación de que el filósofo es, valga la paradoja, un especialista en generalidades, alguien que no sabe nada en concreto sobre cosa alguna sino que se mueve siempre en el plano de la reflexión más general, intentando preguntarse y preguntar cada vez mejor, pero incapaz, al mismo tiempo, de proporcionar respuesta concreta a ninguna de las tantas preguntas que se plantea. Como contrapartida, quizá el filósofo repara en aspectos que los que sí saben de cosas particulares desdeñan, pasan por alto o simplemente no perciben, como la inconsistencia lógica de determinados planteamientos o la escasa entidad de algunos razonamientos.…  Seguir leyendo »

“Te vas a casar con otro, con otro que no soy yo” El Fary (Paloma que pierde el vuelo)

En nuestra sociedad, cuando uno es requerido a hablar del amor, se diría que resulta poco menos que obligado hacerlo en términos elogiosos, cuando no abiertamente entusiastas. Parece como si constituyera una contradicción conceptual (que colocaría además en el lugar de un antipático aguafiestas al que se atreviera a sostenerla) referirse a dicho sentimiento de manera crítica, señalando sus limitaciones, sus contradicciones y ya no digamos la función oscurecedora o directamente engañosa que a menudo cumple la apelación a lo amoroso en el mundo actual.…  Seguir leyendo »

El ciudadano de a pie de este país se había ido acostumbrando a una secuencia que llevaba repitiéndose desde hace unos meses, y que bien pudiéramos denominar las cuatro fases del desdecirse.

Primer momento: el partido llamado a ocupar el poder negaba rotundamente en campaña electoral la pretensión de la medida X (referida, pongamos por caso, a recortes especialmente sensibles, como sanidad, educación, pensiones o subsidio de paro, a la subida del IVA, a la solicitud de rescate a Europa o cualquier otra medida de gran importancia).

Segundo momento: ya en el Gobierno, algún miembro del Ejecutivo o un alto cargo deslizaba la posibilidad de reconsiderar lo negado con vehemencia en campaña electoral.…  Seguir leyendo »

Antes de entrar en más afinados matices vaya por delante mi impresión de que en el ámbito de las ideas en este país ocurre algo parecido a lo que ocurre en el de la política. En este último, parece claro que un importante sector de la izquierda explotó, hasta dejarla exhausta, la identificación entre derecha y franquismo. La apuró tanto porque, sin duda, le había venido rindiendo durante años notables dividendos. Pero la identificación tenía fecha de caducidad, y hubo avisos de que tan fácil rentabilidad era el preludio de una ruina futura. Ya se vio lo que sucedía en el momento en el que aparecía algún joven dirigente del PP no identificado con las posiciones más extremas de su partido, capaz de asumir propuestas que en otros países asumiría sin pestañear un liberal conservador (como las de la legalización del matrimonio homosexual, la necesidad de promover y apoyar desde el Estado las diferentes lenguas y culturas existentes en el territorio nacional, la exigencia de luchar contra la corrupción o la conveniencia de ir introduciendo una perspectiva laica en determinadas esferas de la vida social): de inmediato dejaba con el paso cambiado, con esa imagen moderna, a una izquierda confiada en detentar el monopolio de los ideales de la Ilustración, de la democracia deliberativa e incluso de la política misma.…  Seguir leyendo »

Tuve recientemente la oportunidad de preguntarle a un alto responsable del Gobierno actual si no le inquietaba que la nueva reforma laboral hubiera obtenido respuestas favorables exclusivamente entre sectores empresariales, mientras que los relacionados con los trabajadores (sindicatos y otras organizaciones sociales) habían coincidido de manera unánime en su rechazo. Su respuesta no dejó de sorprenderme. A su juicio, era lógica esa respuesta porque, a fin de cuentas, son los empresarios (ahora rebautizados como emprendedores) los que crean empleo.

No me sorprendió que la respuesta coincidiera, hasta en la sintaxis, con la que suelen proporcionar periodistas y opinantes varios en tertulias de derechas.…  Seguir leyendo »

Al finalizar su célebre conferencia ¿Qué es un clásico?, pronunciada en 1944, T. S. Eliot se refería a un particular provincianismo como el rasgo más característico de nuestra época. Si el provincianismo puede ser definido, en una primera aproximación apresurada, como esa particular estrechez de miras resultante de aplicar patrones adquiridos en un área limitada del conjunto de la experiencia humana o, desplazando levemente el enfoque, de confundir lo contingente con lo esencial, lo efímero con lo permanente, el nuevo provincianismo introduciría una determinación que le dotaría de una especificidad propia.

A diferencia del provincianismo clásico, este otro lo sería del tiempo, no del espacio y, formulado también con una considerable rotundidad, vendría definido por considerar que el mundo es propiedad de los vivos, "una propiedad sobre la que los muertos no tienen derechos", por enunciarlo con las propias palabras del poeta.…  Seguir leyendo »

Durante las últimas semanas, mientras leía las descripciones que los diarios presentaban del nuevo primer ministro italiano, Mario Monti, destacando unos rasgos que lo situaban en las antípodas del saliente Silvio Berlusconi y dando a entender que con el relevo era toda una época lo que quedaba atrás, no podía por menos que echarle un recuerdo a un particular tipo de damnificados por dicha época.

Los adjetivos con los que ha tendido a describirse a Monti han sido todos poco más o menos de parecido tenor: "justo", "riguroso", "austero", "sobrio", "competente", "europeísta", "prestigioso"... (también se le ha calificado de "pragmático", "tecnócrata", e incluso no ha faltado quien, aguando la fiesta de los elogios, ha recordado su pasado como director europeo de la Trilateral o como asesor de Goldman Sachs cuando esta compañía ayudó a ocultar el déficit del Gobierno griego de Karamanlis, pero eso hace menos al caso para lo que pretendo plantear a continuación).…  Seguir leyendo »

Hace unos años, un joven editor patrio me hizo una propuesta. Por aquel entonces estaba significando un relativo éxito de ventas el libro Crónica de un profesor de secundaria, en el que el autor relataba desde dentro las miserias y frustraciones de un buen número de docentes de dicho colectivo. La propuesta en cuestión era la de intentar repetir el modelo de ese libro, solo que aplicándolo al ámbito universitario. Como quien más quien menos ha oído hablar de las intrigas y mezquindades existentes y extendidas en nuestras facultades y departamentos, el editor en cuestión se relamía imaginando el sabroso relato que podía elaborarse del comportamiento de ilustres profesores universitarios cuando de defender sus particulares intereses profesionales se trata.…  Seguir leyendo »

Hace ya unos cuantos meses publicaba Josep Ramoneda en estas mismas páginas un artículo (La construcción cultural del fascismo, EL PAÍS, 17 de noviembre de 2010) en el que analizaba el lugar y la función ideológico-política que, a su juicio, desempeña en la esfera pública un personaje tan popular de nuestra televisión como Belén Esteban, a la que, resumiendo un tanto abruptamente el texto, el autor veía como la encarnación de un populismo fascistoide que, lejos de representar y dar voz a las clases populares, como los promotores del personaje gustan de proclamar, las enardece para que sigan calladas.

No voy a fingir que desconocía hasta ese momento la existencia de Belén Esteban (aunque un intelectual de cejas altas como Dios manda sin duda lo haría): precisamente uno de los rasgos más característicos de nuestra sociedad de consumo es la imposibilidad -casi metafísica- de ignorar quiénes son determinados personajes muy característicos de ella, los denominados famosos.…  Seguir leyendo »

Regresa, imparable, la derecha al poder político en todas partes, no solo en España, sino también en Europa y buena parte del mundo (me anticipo al sarcasmo: del otro, del económico, es obvio que nunca se fue). Y trae consigo en su regreso una de las consignas que más dividendos parece haberle rendido en el terreno propagandístico desde hace medio siglo, la consigna -teorizada paradigmáticamente por Daniel Bell- del final de las ideologías, apenas maquillada en otras formulaciones análogas posteriores como gobierno de expertos o -uno de los últimos hallazgos publicitarios locales- gobierno de los mejores. El objetivo último de la consigna es intentar justificar por enésima vez que la vieja distinción entre derecha e izquierda ha dejado de tener sentido, y que lo único que hay que reclamar a los responsables políticos es eficiencia para resolver los problemas que la sociedad en su conjunto (¿han reparado en cuánto se habla últimamente de transversalidad ahora en estas latitudes a costa de la independencia?)…  Seguir leyendo »

Como resulta bien fácil constatar, cuando un grupo de personas de una cierta edad se reúnen con cualquier motivo y surge en la conversación el tema de la juventud actual, lo más normal es que se reiteren una serie de tópicos que, por lo general, inciden en la apatía vital de aquella, en la indiferencia de las nuevas generaciones hacia lo público o en su falta de interés por cualquier otra cosa que no sea su bienestar material o su propio provecho, tópicos que, en todo caso, revelan una enorme distancia y extrañeza hacia los jóvenes por parte de quienes los sostienen.…  Seguir leyendo »

Cuesta poco, bien poco, estar de acuerdo con el filósofo norteamericano Harry Frankfurt cuando en su libro Las razones del amor señala que el amante no puede dejar de dedicarse con altruismo a su amado y, por tanto, no se puede considerar, en este aspecto, que sea libre. Por el contrario, la naturaleza misma de las cosas lo lleva a estar cautivado por su amado y su amor, hasta el punto que cabe afirmar que su voluntad se encuentra bajo una rigurosa coacción. En ese sentido, remata su razonamiento, el amor no es cuestión de decisión.

No cuesta el acuerdo, decíamos, porque semejante convencimiento no solo permite la inteligibilidad de la idea misma de amor (¿acaso no resultaría autocontradictorio hablar de un amor interesado?),…  Seguir leyendo »

Muchos lectores recordarán la costumbre, absolutamente habitual hace unos años, de exponer en los escaparates de las tiendas de fotografía imágenes de bebés desnudos y sonrientes. También es fácil que recuerden el anuncio, que alcanzó mucha fama en su momento, del bronceador Coppertone, con un simpático perro tirando del bañador de una niña -que con el tiempo supimos que era Jodie Foster- y dejando al descubierto con su travesura las nalgas de aquella. Siguiendo por esta línea, no costaría evocar muchos otros casos, en su momento tenidos por completamente normales, que no solo han dejado de serlo sino que con toda probabilidad moverían hoy a escándalo a más de uno.…  Seguir leyendo »

Al ignorante, por su condición de tal, todo debería sorprenderle y, sin embargo, nada parece venirle de nuevas. Pensaba en esta sencilla idea hace algún tiempo, mientras veía distraídamente un programa de la televisión pública catalana dedicado a las novedades semanales de la cartelera cinematográfica de Barcelona. Tras informar de una película (juraría que sobre vampiros) dirigida primordialmente al público adolescente, el programa incluía un reportaje realizado a la salida del cine en el que se proyectaba el filme en cuestión. Las opiniones que, en caliente, manifestaban los espectadores no llamaron mi atención hasta que terminé por darme cuenta de algo que tendía a repetirse, y que me desconcertó levemente.…  Seguir leyendo »

Supongo que debe haber sido mi sufrida condición de funcionario la que me ha hecho particularmente sensible a un cierto tipo de comentarios. En todo caso, bienvenido sea el detonante si sirve para pensar en asuntos que a todos conciernen. Uno de ellos, particularmente importante a mi juicio, es la generalización de determinados tópicos en sectores que en principio deberían sentirse muy alejados de ellos. Con otras palabras: tengo la sensación de que sectores populares parecen hacer suyas banderas que no les corresponderían, interiorizando reivindicaciones y críticas propias de otros sectores.

Es el caso, por el que empezaba este artículo, de una extendida actitud hacia los funcionarios, tomados como objeto de todo tipo de diatribas precisamente por aquellos que más los necesitan y más recurren a sus servicios.…  Seguir leyendo »

Solo quien ama vuela (Miguel Hernández)

Como de algún cabo hay que empezar tirando para plantear la cuestión que me interesa abordar a continuación, elegiré uno próximo. Resulta llamativo que un autor como Ortega, capaz de pensar en algunos momentos con hondura acerca de la naturaleza del amor (y escribir cosas así: "Amar una cosa es estar empeñado en que exista; no admitir, en lo que depende de uno, la posibilidad de un universo donde aquel objeto esté ausente"), retroceda a la hora de analizar experiencias amorosas de indudable calado, como la constituida por el anhelo que experimentan los amantes de que su pasión sea eterna, y desdeñe su importancia, dando la impresión de ser ciego para percibir lo que ahí se encuentra en juego (y que al mismísimo Platón no se le había escapado).…  Seguir leyendo »