Con un pan dulce debajo del brazo
Les voy a contar una historia de esas que no salen en los cuentos. En la que hay un bueno, un malo, un sueño y un final que aún no se ha visto, por eso de que las buenas historias nunca terminan. Un comerciante español -sí, español, les suene a patria o a otra cosa- monta una tienda en la que despachar telas, pantalones o batas de seda; el caso es ofrecer al cliente una realidad a su deseo. Y las cosas que se hacen con cariño tienen todos los ingredientes para salir buenas. Pero la suerte influye, la dedicación y la constancia por mejorar también juegan en esta ecuación.… Seguir leyendo »