Manuel Jiménez de Parga (Continuación)

Es una práctica habitual en las democracias modernas realizar periódicamente modificaciones en sus textos constitucionales. Por ejemplo, en Francia, a partir de 1992 y sólo en seis años, se llevaron a cabo media docena de reformas. Pero estas revisiones incesantes en casi todos los grandes países respetan escrupulosamente los principios esenciales y las normas básicas del sistema establecido. Se presentan como reformas del edificio jurídico-político, con el propósito de mejorarlo. Nunca son una embestida a los cimientos para destruir el modo de ser y de convivir que la Constitución formaliza.

Conforme transcurre el tiempo y se amarillean las páginas en que nuestra Constitución fue escrita, se pone de manifiesto que resulta oportuno y conveniente efectuar algunas modificaciones.…  Seguir leyendo »

Es probable que a algún lector cause asombro el rótulo que encabeza este artículo. ¿El poder impotente cuando los gobernantes nos acosan por todas partes? Lo habitual, en efecto, es atribuir los males que padecemos al Gobierno de turno. El inquilino de La Moncloa, tanto si es dirigente socialista como si pertenece al Partido Popular, tiene la culpa -se dice y repite- de que los problemas de los españoles no se solucionan satisfactoriamente.

Esta visión de lo que nos pasa infravalora, o simplemente desconoce, el reparto real de las fuerzas políticas en nuestra sociedad. En virtud de una mala legislación electoral determinados grupos minoritarios imponen en España sus criterios a los representantes de la mayoría.…  Seguir leyendo »

En las democracias contemporáneas hay unos problemas principales, relativos a la esencia del sistema, y unos problemas accesorios, que dependen de la respuesta que se dé a aquéllos. En España tenemos también esas dos clases de problemas.
No estamos habituados a unos debates políticos en los que se distingan claramente las cuestiones esenciales de las secundarias. La mezcla de lo que es principal y de lo que es accesorio se convierte en un obstáculo para mejorar el régimen democrático. La desilusión de los ciudadanos se extiende peligrosamente.

Un problema principal en la presente democracia española lo constituye la forma de elegir a quienes han de representarnos y de gobernarnos.…  Seguir leyendo »

No es la primera vez que considero la desvirtuación de la moción de censura, uno de los instrumentos principales de los sistemas parlamentarios, convertida improcedentemente en moción de venganza. En el otoño de 1987 se produjo, ante el asombro de los conocedores de la democracia parlamentaria, la reacción de Alianza Popular en Madrid, y en otros lugares de España, lanzando por doquier mociones de censura con el fin de vengarse de la caída de un compañero de la presidencia de la Xunta de Galicia. El sorprendente fenómeno se ha repetido ahora bajo la forma de presentación de mociones de censura sobre gestiones políticas apenas iniciadas.…  Seguir leyendo »

A 30 años de distancia empezamos a ver claro lo que el 15 de junio de 1977 puede significar en la historia de España. En tal día se celebraron las primeras elecciones democráticas de la Transición. La mayoría de los españoles nunca habíamos experimentado lo que era depositar libremente la papeleta en una urna con el fin de nombrar a quienes debían representarnos. A esa mayoría -pues por edad eran pocos los participantes en comicios democráticos antiguos- los adversarios no se presentaron por vez primera como «enemigos». Eran simples opciones entre personas distintas y programas diversos.

Fue positivo el efecto del 15-J para la convivencia en libertad.…  Seguir leyendo »

Muchas veces se ha dicho -y se dejó escrito- que quienes viven en unos momentos de cambios profundos no se dan cuenta de la revolución que está aconteciendo bajo sus pies. Los franceses de 1789, o los rusos de 1917, no percibieron el protagonismo histórico que estaban asumiendo. Quizá nosotros nos hallamos en situación parecida y serán nuestros nietos los que, con la suficiente perspectiva, describan la transformación que en la política se experimentó en los años finales del siglo XX y primeros del XXI.

Porque ahora nos comportamos de un modo nuevo, distinto de la manera de ser y de convivir que predominaba hace no más de veinte o veinticinco años.…  Seguir leyendo »

Parece que se está limpiando de asperezas el lenguaje de algunos de los políticos que hablan en nombre de los grandes partidos. Hay excepciones, pero si la limpieza se generaliza el pronunciamiento correcto y respetuoso mejorará la marcha de nuestra democracia. (Nicolás Sarkozy y Ségol_ne Royal nos acaban de dar un ejemplo de singular valor).

La Constitución Española de 1978 menciona en dos ocasiones, de forma expresa, la «voluntad popular». Lo hace en el Preámbulo, al definir el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, y lo hace en el artículo 6, al considerar que los partidos políticos son unos instrumentos para la formación y manifestación de la voluntad popular.…  Seguir leyendo »

Se ha extendido la recomendación de sólo emplear en nuestro lenguaje las expresiones políticamente correctas. Una serie de tópicos, más o menos oficializados, se repiten con frecuencia. Las otras formulaciones, las heterodoxas, deben ser mal acogidas.

Acaso esto sea aquí una herencia del franquismo, sin perjuicio de la influencia norteamericana. En aquella época española -por fortuna ya lejana- se mencionaba mucho «la Revolución pendiente». Nunca se supo con certeza el cambio radical que se pretendía con esa invocación. Pero raro era el discurso político que no aludiera a «la Revolución pendiente». Así durante casi cuatro decenios.

Otra afirmación políticamente correcta en los años cuarenta del siglo XX era achacar todos los males a «la pertinaz sequía».…  Seguir leyendo »

El pueblo andaluz ha dado las espaldas a los políticos. Éstos le pidieron, con bastante insistencia, que el día 18 todos los andaluces fueran a depositar su voto en las urnas del referéndum. Pero uno de cada tres posibles electores se abstuvo de votar, y sólo uno de cada cuatro apoyó la reforma del Estatuto. Hace pocos meses se dio un espectáculo parecido en Cataluña. Ya tenemos una prueba de que los españoles, sean andaluces o sean catalanes, han desertado de la política. Si una consulta popular se realizase en el resto de España, lo más probable es que llegásemos a la misma conclusión: se ha producido un distanciamiento lamentable entre lo que dicen y proponen los políticos y lo que desean la gran mayoría de los ciudadanos.…  Seguir leyendo »

Resulta interesante considerar la importancia de las manifestaciones populares en esta época de la televización de lo público. Los poderes imperantes en la sociedad disponen a su favor de los medios de comunicación y, de forma especial (por su eficacia), de la televisión. Pero a los ciudadanos de a pie les queda el remedio de ocupar las calles y plazas de las ciudades con banderolas y lanzando gritos de reclamaciones. Es el espectáculo de los últimos días.

Atravesamos la frontera entre dos maneras de configurarse la democracia. De la vieja a la nueva. La democracia vieja, que, para entendernos, es la anterior a 1960 en varias partes del mundo, ha cosechado excelentes frutos.…  Seguir leyendo »

En los años finales del siglo XX y principios del XXI, se discutió en España sobre los calificativos que correspondían a nuestra democracia. Se estaba elaborando entonces la Ley de Partidos Políticos y un sector de los intervinientes en el asunto consideró que todas las ideologías tenían que admitirse y ampararse, sin la exclusión de ninguna por muy radical que pareciese. La democracia española -se sostuvo- no es una «democracia militante», sino que los poderes públicos han de permanecer abiertos y neutrales en el debate entre los ciudadanos y los grupos en que ellos se integren.

La opinión pública conoció así la existencia de democracias militantes en determinados países de Europa.…  Seguir leyendo »

Con motivo del XXVIII aniversario de la Constitución española se han hecho públicas diversas propuestas de reforma del texto aprobado en 1978. Ha transcurrido un tiempo suficiente para que se detecten lagunas en la protección de ciertos derechos fundamentales, aquéllos que tenían menos importancia en el momento de elaborar la superley, como es la libertad informática, y después de 28 años de vigencia se detectan errores en la aplicación de determinados preceptos, como puede ser el artículo 150.2, con transferencias de competencias que han perjudicado el buen funcionamiento del Estado. Los grandes partidos han sugerido reformas convenientes, pero el conjunto de ellas resulta insuficiente, a mi juicio, si deseamos que nuestro Ordenamiento jurídico sea completo y eficaz.…  Seguir leyendo »

La lectura de la reciente Instrucción Pastoral de la Conferencia Episcopal Española nos reafirma en la convicción de que las componendas en el campo doctrinal son muy peligrosas. Cuando en un documento se acepta la licitud de posturas de suyo irreconciliables, los intérpretes del texto pueden llegar a conclusiones contrapuestas: unos aseguran que sus opiniones han sido bien acogidas, mientras que otros creen que son sus ideas las que han recibido la bendición.

Es cierto que conseguir una amplia mayoría en una gran asamblea, como es la Conferencia Episcopal, obliga a flexibilizar las posiciones. Pero lo que es fácilmente explicable, en este caso, no evita los riesgos de la contemporización.…  Seguir leyendo »